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Childhood & Philosophy

versión impresa ISSN 2525-5061versión On-line ISSN 1984-5987

child.philo vol.20  Rio de Janeiro ene./dic 2024  Epub 04-Feb-2024

https://doi.org/10.12957/childphilo.2023.78888 

Artigos

Filosofía para niños: semilla ético-política para una cultura de paz desde un pensamiento polivalente

Philosophy for children: ethical-political seed of a peace culture

Filosofia para crianças: semente ético-política para uma cultura de paz a partir de um pensamento polivalente

Carlos Fernando Velasco MorenoI 
http://orcid.org/0000-0001-6132-2052

Icorporación universitaria minuto de dios, bogotá, colômbia - E-mail: carlosfdovelasco@hotmail.com


resumen

Después de enseñar la asignatura de Ética, y de aplicar unas normas familiares escolares tradicionales, los estudiantes no se apropian de elementos éticos por varias causas: no les ven utilidad, no comprenden el contexto, o simplemente no les afecta, anulando cualquier interés al respecto. Esto impide que su obrar en la cotidianidad sea tolerante en su ambiente escolar, generando dificultades en el docente para mediar comportamientos opuestos a una cultura de paz. Ante esto, se propone la Filosofía para Niños (FpN) como apuesta ético-política que permita robustecer el pensamiento crítico, creativo y cuidadoso para mirar hacia una cultura de paz. Diego Pineda, el fundador de FpN en Colombia, sostiene que es necesario desarrollar en los estudiantes habilidades de pensamiento que, adicionales a conocimientos éticos-ciudadanos, los lleve a tomar decisiones acertadas en el abordaje pacífico del conflicto. El desarrollo paulatino del pensamiento, la cercanía a las comunidades de indagación, la incursión en habilidades cognitivas y éticas producto de las herramientas pedagógicas propias del programa de FpN, constituyen una preparación para asumir posiciones argumentadas frente a dilemas que acontecen dentro de los conflictos escolares, ello facilitará al estudiante estructurarse y lograr tomar decisiones iluminadas por la razón.

palabras clave: pensamiento crítico; creativo y cuidadoso; cultura de paz; filosofía para niños; conflicto; apuesta ético-política

abstract

After teaching the subject of ethics in a formal way, and in applying traditional school family rules to daily life, students typically do not appropriate ethical principles, for several reasons: they do not see them as useful, they do not understand the context in which they are applied, or they simply do not affect them, thus nullifying any interest in exploring them. This prevents them from developing a peace culture in their school environment, and makes it difficult for the teacher to introduce and mediate behaviors embodying such a culture. Given this situation, Philosophy for Children (PfC) curriculum and pedagogy represent an ethical-political dispositif that allows for strengthening critical, creative and caring thinking, thus preparing the ground for a peace culture. Diego Pineda, the founder of PfC in Colombia, argues that it is necessary to develop thinking skills in students that, in addition to a knowledge of civics, lead them to make ethically sound judgments in the process of resolving conflict. The gradual development of dialogical thinking follows on the closeness among the members of the inquiring community, and the steady acquisition of cognitive and ethical skills, enhanced by the PfC facilitator’s use of the pedagogical tools of the program. As such, the practice of PfC acts to prepare students to assume reasonably argued positions as they face the inevitable conflicts that occur in a school setting, thereby enabling them to formulate arguments and to reach judgements enlightened by the inherent values of a functioning culture of peace.

keywords: critical, creative and careful thinking; culture of peace; philosophy for children; conflict; ethical development

resumo

Depois de ensinar a disciplina de Ética e aplicar as regras tradicionais da família escolar, os alunos não se apropriam de elementos éticos por vários motivos: não os consideram úteis, não entendem o contexto ou simplesmente não os afetam, anulando qualquer interesse por eles. Isso os impede de agir de forma tolerante no ambiente escolar, dificultando a mediação dos professores em relação a comportamentos que se opõem a uma cultura de paz. Diante disso, a Filosofia para Crianças (FpC) é proposta como uma aposta ético-política que permite fortalecer o pensamento crítico, criativo e cuidadoso, a fim de buscar uma cultura de paz. Diego Pineda, fundador da FpC na Colômbia, defende que é preciso desenvolver nos alunos habilidades de pensamento que, além do conhecimento ético-cidadão, os levem a tomar decisões acertadas na abordagem pacífica do conflito. O desenvolvimento gradual do pensamento, a proximidade com as comunidades de investigação, a incursão em habilidades cognitivas e éticas, produto das ferramentas pedagógicas do programa FpC, constituem uma preparação para assumir posições argumentativas diante de dilemas que ocorrem no interior dos conflitos escolares, o que ajudará o aluno a se estruturar e a alcançar decisões iluminadas pela razão.

palavras-chave: pensamento crítico; criativo e cuidadoso; cultura de paz; filosofia para crianças; conflito; compromisso ético-político

filosofía para niños: semilla ético-política para una cultura de paz desde un pensamiento polivalente

introducción

En la escolaridad, los conocimientos y experiencias personales auxilian a la formación del pensamiento y permiten iniciarse en la toma de decisiones que establecen futuros comportamientos. Esto va tejiendo el deseo de la comunidad educativa para proponer el desarrollo de habilidades de pensamiento, mediante la propuesta de Filosofía para Niños (FpN) como punta de partida. En Colombia, uno de los estándares de la educación básica primaria indica: “Asumo, de manera pacífica y constructiva, los conflictos cotidianos en mi vida escolar y familiar y contribuyo a la protección de los derechos de los niños” (MEN, 2004, p. 18). Por eso, se pretende profundizar en la posibilidad de que FpN pueda ocuparse en el abordaje alternativo de los conflictos, atendiendo satisfactoriamente esta necesidad educativa y social.

En Colombia, se realizó una investigación dentro de la maestría de Paz, Desarrollo y Ciudadanía, en la Corporación Universitaria Minuto de Dios, que buscara epistemológicamente elementos novedosos en la atmosfera ético-política, para redimir la ciudadanía con miras a una sociedad más justa, pretendiendo una ética que, desarrollada sin prejuicios políticos o religiosos, lograra encontrar el matiz teórico y práctico eficaz para una transformación cultural que se oponga a todas las formas de violencia legítima.

Los instrumentos aplicados en el ejercicio investigativo fueron: la entrevista, la matriz de análisis y la caracterización de una experiencia pedagógica. Este artículo quiere dar a conocer los frutos de una investigación documental que obedece al propósito de edificar nuevo conocimiento. Además, agregándole un enfoque interpretativo, ella misma fue capaz de revisar lo que se ha escrito al respecto, la manera como se ha abordado científicamente, e incluso identificó las tendencias y el estado de desarrollo de lo que se quiso resolver.

abordaje de conflictos

Docentes de distintas áreas han observado que los juicios valorativos de los educandos de 5º grado asumen el conocimiento y la sanción en otros, siempre y cuando no se vean perjudicados a sí mismos. No aceptan término medio, ya que cada uno cree tener la razón; podemos inferir, de manera general, que esto se da por la carencia de contenidos y argumentos que les permita una mejor toma de decisiones y una objetividad más clara.

Ejemplo de ello es la actitud ante la pérdida en un encuentro deportivo futbolístico. Generalmente el niño busca culpables entre sus compañeros por equivocaciones mínimas, sin reconocer el trabajo en equipo. El árbitro casi siempre es malo según ellos y, cuando hay tarjetas amarillas o rojas, no se entiende y se excusa la falta, se discute, trayendo rivalidades que desembocan hasta en agresión algunas veces. Sin embargo, el panorama no es tan oscuro cuando el docente saca ventaja de su turno de acompañamiento para abordar el conflicto asertivamente, sin limitarse a aplicar los procesos inscritos en los manuales de convivencia, que solo buscan una autoridad que evite problemas mayores. Situaciones como estas podrán ser aprovechadas por el docente que desee aplicar FpN.

Toda la comunidad educativa debe estar enterada de lo que se propone con una educación ético-política, por lo que es de vital importancia actualizarse constantemente en el manejo, implementación y seguimiento de los estándares básicos de Competencias Ciudadanas. Con esto, no solamente se procura la unidad con el resto del país, sino que además se considera como un valor agregado en la formación en valores que se desea. De la misma forma, se debe aprovechar el espacio de las jornadas pedagógicas para concientizar al docente en que

Así como la educación se ha propuesto formar el pensamiento, también es posible fomentar el desarrollo moral de los seres humanos y éste es un aspecto fundamental para la formación ciudadana. El desarrollo moral se entiende como el avance cognitivo y emocional que permite a cada persona tomar decisiones cada vez más autónomas, y realizar acciones que reflejen una mayor preocupación por los demás y por el bien común. (MEN, Estándares Básicos de Competencias Ciudadanas, 2004, p. 8)

Sintetizando lo que el Gobierno colombiano desea aportar desde una dimensión ético-política, se pretende implementar un

proceso de construcción de una sociedad civil fuerte y organizada, cimentada en los valores de la democracia, la justicia, la solidaridad, la paz, el respeto por el medio ambiente, el respeto por los Derechos Humanos y el desarrollo de los seres humanos, como mínimos para asegurar la convivencia democrática (MEN, 1998, p. 39).

La identificación de un contexto ético-social de los estudiantes constituyó un diagnóstico para la investigación. Esto ha permitido tener cercanía con las dinámicas escolares, así como la interacción con docentes y padres de familia, de quienes se ha recopilado información relevante. Por el nivel de desarrollo de los niños, las soluciones que empíricamente han venido dando a los conflictos y su experiencia escolar individual, se infiere que podrían analizar problemas, estableciendo juicios orientados, proponiendo estrategias de solución a los problemas que les afectan, independientemente del resultado de ellas. Aquí, debe fructificar el conocimiento filosófico para educar en un criterio argumentado.

Este criterio argumentado ensambla con los atributos de la FpN, debido a que ella misma es una propuesta que retoma y renueva la práctica filosófica desde sus comienzos en la Grecia clásica, relacionándola con las actuales corrientes en el ámbito de la vida social que han revitalizado la Filosofía, como el criticismo y el existencialismo. Por ende, su objetivo central es involucrar a los niños en su aprendizaje autónomo, mejorando su capacidad de raciocinio, de hallar un por qué a partir de inferencias lógicas y percepciones simples con una finalidad.

Con el propósito de preparar futuros ciudadanos, conscientes y responsables de su rol en la transformación de una sociedad, y reconociendo que sus pilares están en la educación, a nivel nacional se indica, desde la Constitución Política, la prioridad que el Estado tiene que dar a la formación en el valor de la paz. Ello se evidencia en el estudio de los principios y valores democráticos de participación ciudadana, que el artículo 41 instaura en obligatoriedad (Constituyente, 1991). Asimismo, en sus literales a, b, c y d, la Ley General de Educación 115 de 1994 Art. 13, en los objetivos comunes para todos los niveles, demanda acciones con miras a la formación integral y ética en la totalidad de las instituciones educativas.

En este nuevo paradigma educativo brotó un hecho histórico que une la construcción de paz con la FpN. En la presidencia de Juan Manuel Santos se puso fin a uno de los conflictos armados que padece el país hace varias décadas. Luego de un proceso de diálogo de varios años, se creó la Comisión Nacional de Garantías de Seguridad en el marco del acuerdo final entre el gobierno y las FARC-EP (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo), el 26 de septiembre de 2016, por lo que el Congreso le otorga al mandatario la facultad de expedir el Decreto 154 de 2017, concluyendo las negociaciones. Además, es producto del Gobierno Santos, el Plan Decenal de Educación 2016-2026, que en el 7º desafío estratégico titulado Construir una sociedad en paz sobre una base de equidad, inclusión, respeto a la ética y equidad de género, recomienda lineamientos específicos encaminados a una formación que le permita a las instituciones trabajar para ser territorios de paz (MEN, 2016).

Pretendiendo concretar el problema de esta investigación, basado en esta misma tendencia, Colombia no ha logrado transitar hacia una cultura de paz, por lo que, gracias al Plan Nacional Decenal de Educación, el gobierno consigna en uno de sus principios orientadores el “aportar a la construcción de una cultura ciudadana y un desarrollo individual y colectivo que contribuyan a las transformaciones sociales, políticas, económicas y culturales que requiere el país” (MEN, 2016, p. 14).

La pregunta-problema que perseguía este ejercicio investigativo giró en torno a ello: “¿De qué manera la FpN como apuesta ético-política aplicada a estudiantes colombianos de grado 5° de básica primaria, permite fortalecer el pensamiento crítico, creativo y cuidadoso para la construcción de una cultura de paz?” (Velasco, 2019, p. 13).

principios y competencias de FpN para una cultura de paz

principios de FpN

FpN es una propuesta educativa eficaz para el docente en la enseñanza de habilidades para la construcción de una sociedad en paz. Desde su implementación en el ejercicio pedagógico, involucra directamente al estudiante en la construcción del conocimiento, ya que se constituye en gestor y protagonista. El lector podrá acercarse hacia los inicios de FpN y a la caracterización de cada habilidad de pensamiento contenida en ella, para, después, concluir con la relación entre la finalidad de la investigación y esta propuesta, es decir, llevar a la vida práctica dichas habilidades desde una apuesta ético-política para transitar hacia una cultura de paz.

Para explicitar los inicios de FpN, se alude a la experiencia que vivió su fundador, una mirada reflexiva que él mismo describe así:

A finales de los 1960's era profesor de tiempo completo de Filosofía en Columbia University, en Nueva York. Advertí que a mis alumnos de licenciatura les faltaba razonamiento y juicio, pero que era demasiado tarde para mejorar su proceso pensante de manera significativa. Pensé (y nadie me secundó en esta opinión entonces) que esto tenía que ser hecho durante la niñez. Debería haber cursos para niños sobre Proceso Pensante Crítico cuando los niños tuvieran once o doce años. (Lipman, 2016a, p. 6).

El fundamento de la propuesta de FpN radica en el intento por revelar actitudes y comportamientos que despiertan interés en el hombre al utilizar la razón para penetrar en lo inexplicable de la vida. En este sentido, Lipman afirma “que los niños y adolescentes en un momento dado son filósofos naturales” (Lipman, 2016a, p. 4), pues son ellos los que interactúan con base en lo que logran entender de su propia realidad.

Es el mismo fundador “quien, desde sus cátedras de Filosofía en la Universidad de Columbia, EE. UU., plantea la necesidad de acercar la Filosofía a los niños y adolescentes, como herramienta para el desarrollo de su pensamiento crítico” (González & Mendez, 1998). Este pensamiento va surgiendo con pequeños análisis de casos que incentivan su maduración a medida que su complejidad crece, pudiendo ser abordados con la práctica de herramientas cognitivas eficaces. Ejemplo de ello es el programa de lectura crítica que manejan muchas instituciones, ya que se evalúa transversalmente este tipo de pensamiento.

El descubrimiento de Harry es su primera novela. Allí es donde los niños descubren la Filosofía. A partir de aquí, se redactaron manuales docentes, que son finalmente la propuesta pedagógica de este autor. Al final de su obra Lipman afirma que son:

Instrumentos de razonamiento básicos, técnicas de pensamiento crítico y de lógica formal e informal que los niños podrán aplicar en cursos superiores a problemas específicos de las diferentes áreas. Ofrece un modelo de diálogo entre niños y de éstos con los adultos, tanto en el aula de clase como en la vida familiar o en sus relaciones como amigos. Los niños empiezan a pensar en el pensamiento, a descubrir en un proceso comunitario de búsqueda los principios del razonamiento y a saber aplicar esos principios que van descubriendo a las situaciones de la vida cotidiana (Lipman, 1988a, p. 72).

Utilizando preguntas en las comunidades de diálogo, producto de la reflexión, surgen continuamente situaciones susceptibles al análisis. Lipman, basado en Sócrates, toma el método filosófico de la mayéutica para dar a luz el conocimiento. Elige este autor griego porque “con su sistema de diálogo llevó al hombre a conocerse a sí mismo para que, reconociendo que no sabe nada, se dé a buscar la verdad y, con ello, a conseguir la virtud” (Vélez, 1968, p. 424). Esto resulta valioso para el docente y para el estudiante, al gestar un ambiente en donde se adopta una postura crítica frente a los conflictos.

FpN suscita diversas opciones de tipo semántico. Diego Pineda (1992) plantea la cuestión de si se trata de ‘Filosofía para niños’, ‘Filosofía con los niños’ ‘programa de Filosofía para niños’ o ‘Filosofía de los niños’. Comenta que “se puede hablar de «Filosofía para Niños», en un sentido amplio, refiriéndonos a aquella actividad que propicia la investigación y el diálogo filosófico con niños de diversas edades” (Pineda, 1992, p. 104). Su reflexión lo lleva a delimitar cada una de estas cuestiones, porque no quiere encapsular el desarrollo de FpN a una sola propuesta; por el contrario, pretende que el acto de filosofar de los niños se universalice.

Inicialmente, Pineda descarta el término ‘Filosofía de los niños’, porque supondría etapas del desarrollo, lo que restaría vigor a la cuestión filosófica. Una ‘Filosofía con los niños’ es posible como parte del proceso que conduce a FpN, ya que podría prepararlos con preconceptos que faciliten el filosofar; sin embargo, él mismo concreta la propuesta como ‘Programa de Filosofía para Niños’, no sin antes haber filosofado con ellos, porque esa es la esencia del programa de Lipman, reafirmándolo cuando defiende lo siguiente: “en la medida en que podemos hablar de una Filosofía para Niños, nos referimos a un pensamiento hecho con ellos y por ellos” (Pineda, 1992, p. 110).

competencias que se desarrollan

En FpN, se desarrollan ciertas competencias, puesto que se despliegan tres formas de pensamiento: el crítico, el creativo y el cuidadoso. Aquí residió el núcleo teórico de la presente investigación y donde Lipman justificó el desarrollo de sus objetivos. Habiendo analizado este pensamiento multidimensional, se pudo establecer el impacto que tiene FpN en la dimensión sociopolítica de los educandos.

Para definir las principales competencias de FpN, es necesario contextualizar el término competencia, que, aterrizado a lo que el gobierno colombiano aspira en materia educativa, va atado a lo que el MEN propone en todos sus proyectos:

conjunto de conocimientos, habilidades, actitudes, comprensiones y disposiciones cognitivas, socioafectivas y psicomotoras apropiadamente relacionadas entre sí para facilitar el desempeño flexible, eficaz y con sentido de una actividad o de cierto tipo de tareas en contextos relativamente nuevos y retadores (MEN, 2014).

El estudiante, al entrar en relación con el mundo real, interpreta las situaciones que se le presentan, ante las cuales toma cierta posición. Éste es el terreno para vislumbrar competencias que fortifiquen una ciudadanía que piensa por sí misma. Generalmente, la primera decisión con relación a su creencia, que no es la más acertada, se relaciona con su formación básica, carácter y estado de ánimo. Sin embargo, hay una segunda, que es la que se desea con el pensamiento crítico y que responde a lo esbozado por Sumiacher (2016) al afirmar que: “más allá de la existencia de una gran variedad de definiciones de pensamiento crítico que podrían servir aquí, yo asumiré la siguiente: pensamiento crítico es pensamiento razonable y reflexivo enfocado en decidir qué cosas creer y cuáles no” (p. 10).

Formar el pensamiento crítico estimula en el docente el desarrollo de la observación directa, ya que está en contacto permanente con el estudiante, de quien emergen situaciones que requieren análisis y soluciones; él es quien reestructura el aula a partir de experiencias, enriqueciéndose con las mismas, por ello debe ampliar su campo de acción, adquiriendo conocimientos que fundamenten sus actuares. La formación del docente le permite ejecutar estrategias que incentiven el pensamiento crítico. Ello puede identificarse con un grupo de investigación de la Universidad de los Andes, a partir una propuesta de tres etapas, contenida en la Revista Iberoamericana de Educación:

En una primera etapa, el profesor debe comprender los conceptos sobre pensamiento crítico autónomo que subyacen a la herramienta. De manera simultánea el profesor debe aprender a usarla, empleándola para analizar sus propias clases. En este proceso de aprendizaje el profesor irá aclarando los conceptos inmersos en la herramienta y a la vez irá sofisticando su capacidad de auto observación y acción dentro de sus clases. En una segunda etapa, el profesor debe haber comprendido los conceptos que fundamentan la herramienta y debe haber sido capaz de auto observarse de tal forma que detecte manifestaciones de pensamiento crítico y actúe tanto cuando se presenten como cuando no se presenten, en el momento mismo del desarrollo de sus clases. Además, habrá podido rediseñar sus clases atendiendo a las situaciones particulares que haya ido observando y analizando. En una tercera etapa, el profesor puede modificar la herramienta de acuerdo con los análisis realizados a sus clases, de modo que la ajuste tanto a sus necesidades y fortalezas como a su contexto y comprensión particular del pensamiento crítico autónomo (Mejia, Orduz & Peralta, 2006, p. 3).

Para analizar el conflicto en consonancia con las directrices educativas de Colombia en materia de evaluación, tomé como referencia parte de la propuesta de competencias ciudadanas del Icfes (Instituto colombiano para la evaluación de la educación). Allí, se da importancia al desarrollo del pensamiento crítico, se ofrecen las herramientas de la argumentación, el multiperspectivismo y el pensamiento sistémico. La primera se entiende como la respuesta al abordaje de situaciones haciendo uso de conocimientos adquiridos desde la teoría o desde la práctica, para proponer “una conclusión que se afirma unida a una razón que se aduce para justificar esa conclusión” (Saber Pro ICFES, 2018, p. 23).

Después que el estudiante utilice elementos de juicio frente a una situación, surgen diversos puntos de vista, ello es relevante para el docente dentro de FpN, no solamente porque hace verla con discernimiento, sino porque permite la realización de la segunda herramienta: el multiperspectivismo. Éste se entiende como la "comprensión de las perspectivas desde las que diferentes personas se aproximan a la realidad en general y a alguna situación particular” (Saber Pro ICFES, 2018, p. 24).

Finalmente, aparece el pensamiento sistémico. Éste “permite a los ciudadanos desarrollar una comprensión más rica y completa de las situaciones de lo público, dada la complejidad de lo social” (Saber Pro ICFES, 2018, p. 25), solo a través de él, se entiende la complejidad de las distintas situaciones, porque permite al individuo una visión holística que diferencia las partes del todo, por lo que las concibe como componentes estrechamente relacionados, descartando su posible disgregación. Este pensamiento también permite intervenir más asertivamente, involucrando la totalidad de los elementos que son objeto de análisis.

Sumado al pensamiento crítico, se encuentra el pensamiento creativo en la FpN. Éste permite al sujeto, habiendo interpretado las situaciones, contribuir con soluciones efectivas luego de abordar el conflicto con cierta particularización de los hechos:

(…) el pensamiento creativo es ejemplificado por el que tiene lugar en la producción artística, por el código idiosincrásico que cada obra tiene para nosotros. Es la discriminación o la creación de relaciones, patrones y órdenes, que nos produce el desconcierto ante lo desconocido. El pensamiento creativo -pensar como decir lo que merece ser dicho, pensar como producir lo que merece ser producido y como hacer lo que merece ser hecho- potencia la problematicidad. Otras características de este pensamiento son la originalidad y la inteligibilidad (Lipman, 2016b, p. 53).

El pensamiento crítico produce el raciocinio, y adicionalmente el pensamiento creativo le da sus respectivas orientaciones, podría decirse que es consecuencia del crítico. Surge lo creativo al generar en el estudiante la necesidad de formular soluciones e interrogantes, de innovar y valorar cada situación cuando ella se particulariza. “La creatividad proporciona fluidez, flexibilidad, originalidad, sensibilidad ante los problemas y la capacidad de reelaborar” (Sánchez, Fabián, Moreno & Muñoz, 2017, p. 3).

El pensamiento cuidadoso es el resultado de los dos anteriores, una combinación de lo crítico y lo creativo para comprometer al educando con el sentido ético. Formarse en él significa examinar el contexto del abordaje de un conflicto, cooperar desde la creatividad y practicar lo que se desarrolla desde la ética. Esta habilidad cognitiva destaca la sensibilidad, “sin emoción, el pensamiento sería plano y carecería de interés. Ni siquiera la imaginación dramática de un artista nos impactaría. Cuidar implica centrarnos en aquello que respetamos, apreciar su valor, valorarlo” (Lipman, 2016b, p. 58).

Desarrollar el pensamiento cuidadoso es adquirir empatía, actividad, apreciación, afectividad, reconocimiento de las distintas situaciones, es lograr que el estudiante identifique la norma, la evidencie en su diario actuar, que aborde el conflicto con sencillez y proponga situaciones alcanzables, siempre respetando la persona.

El pensamiento cuidadoso contiene un doble significado. Por un lado, pensar cuidadosamente significa pensar de forma solícita acerca de aquello que es materia de nuestro pensamiento. Por otro lado, pensar cuidadosamente implica estar comprometido con la propia manera de pensar (Lipman, 1982, p. 2).

de lo ético-político a la construcción de una cultura de paz

Esta investigación sugiere un sujeto que argumente, interprete y proponga alternativas basadas en elementos filosóficos que ponen en evidencia un comportamiento ético-político en situaciones escolares conflictivas. En ese orden de ideas, centrándonos en la ética, Lipman la precisa como la disciplina que se propone entender la moralidad. “Representa una investigación objetiva y desapasionada sobre problemas y situaciones morales. Su fin nunca es adoctrinar, sino ayudar a las personas a que comprendan con mayor claridad cuáles son sus opciones morales y cómo es posible evaluar críticamente esas opciones” (Lipman, 1988b, p. 21).

Al delimitar lo anterior dentro de una dimensión ético-política, cobra sentido la implementación de FpN. Por un lado, la ética aporta fundamentos, contenidos y conceptos que contribuyen eficazmente al análisis de las situaciones conflicto; por el otro, la política como ente regulador de las acciones sociales, invita a que los estudiantes socialicen las soluciones construidas. Cuando ambas dimensiones trabajan armoniosamente, el ejercicio filosófico pedagógico llega a su práctica colectiva.

Lograr ciudadanos pensantes y conocedores de la democracia es consecuencia de las estrategias propias del pensamiento crítico mencionadas anteriormente:

Lo esencial para que una democracia funcione efectivamente es la existencia de ciudadanos capaces de hacer valer sus derechos y de cumplir responsablemente con sus deberes, de ser tolerantes con las diferencias, de las que además buscan enriquecerse; y, sobre todo, ciudadanos que tienen la capacidad de pensar por sí mismos, de hacer juicios propios, y que están dispuestos a participar activamente en las decisiones sociales (Pineda, 2004a, p. 3).

La anterior actitud democrática debe anclarse con el ejercicio ético-político, puesto que esta combinación ha de procurar la participación colectiva dentro de parámetros que permitan expresar, escuchar, conciliar, deliberar y decidir. Oscar Brenifier se ajusta a estos requerimientos con su propuesta pedagógica del debate, ya que, a través de distintas formas de discusión, se llega a abordajes efectivos del conflicto:

La utilización de la palabra y del debate en tanto que medio de confrontación y de intercambio generador de sentido ofrece una posibilidad interesante de tratar más allá de la ilusoria o absurda pretensión de resolverla a toda costa. Para ello, la alteridad debe ser explicitada y no simplemente ignorada o directamente rechazada (Brenifier, 2011, p. 35).

En consecuencia, el matiz ético-político debe tener identidad en la comunidad de indagación: los mismos educandos se reconocen como un compromiso político. “A decir verdad, es un compromiso con la libertad, el debate abierto, el pluralismo, el autogobierno y la democracia” (Sharp, 1991, p. 9).

Para el éxito de la aplicación de FpN, han de tenerse en cuenta, aparte de estos elementos, el alcance de las metas propuestas y la generación de una cultura de paz a partir de ello.

Delimitando estos elementos, debemos entender el contexto escolar como lugar en el que acontecen las diversas situaciones ético-políticas, en el que se adhiere la vida de los estudiantes y la comunidad de indagación; allí se puede abordar el conflicto como un factor dinamizador de la vida social, como el suceso donde se ve reflejada la contraposición de intereses. Ahora bien, la situación objeto de análisis y de solución tiene unas causas que lo generan, unas primeras consecuencias que de él se desprenden y que llevan a una reconstrucción del hecho en sí mismo. La sistematización de esas soluciones, acompañada de una socialización que incluya fundamentos éticos, permite una comunidad de diálogo en la que se evalúa paralelamente su impacto mientras se unifican criterios y conocimientos.

El elemento ético-político ha de aterrizarse al ejercicio del liderazgo, a la aplicación de la norma, al análisis de conflictos, al reconocimiento de puntos de acuerdo y desacuerdo debidamente argumentados y a las soluciones concertadas. Con ello, reconocemos que “la combinación ético-política es indispensable para la recuperación de la confianza de los ciudadanos, porque si bien la política delibera sobre lo que es mejor o peor para la sociedad, corresponde a la ética moderar los deseos de los políticos y funcionarios preocupándose por el bien general” (Bautista, 2007, p. 12).

FpN quiere formar en el niño una estructura ético-política que le permita, a través del pensamiento crítico, creativo y cuidadoso, aportar favorablemente a soluciones fundamentadas, asumiendo el carácter que estas soluciones representan. La pluralidad de intereses comunes se puede satisfacer en quienes deliberan los asuntos públicos y en quienes ejecutan las decisiones, solo si no se carece de valores éticos, por tanto, la resolución del conflicto se daría transparente.

Ciudadanos pensantes es la practicidad que trae consigo la formación filosófica, lo cual genera un compromiso permanente del docente a partir del uso de las tres competencias incluidas en las tres formas de pensamiento que propone FpN. De esta manera, él mismo podrá verificar el desarrollo del pensamiento que demuestra argumentación y estructura conceptual. La presentación de teorías, propuestas e ideas dentro de lo ético-político conceden una búsqueda de soluciones desde el mismo abordaje del conflicto y una amplitud en el juicio.

Así pues, la paz es búsqueda y resolución no violenta de conflictos. Esta es la tarea educativa en la que hemos de comprometernos y, además, este es el proyecto moral en el que nos aventuramos, porque nadie puede enseñar lo que antes y simultáneamente no se enseña a sí mismo (Casado & Sánchez-Gey, 2003, p. 162).

La propuesta de FpN para transitar hacia una cultura de paz se engrandece con el desarrollo del pensamiento crítico, creativo y cuidadoso. Cada uno de ellos tiene elementos de tipo axiológico que no solo harán más argumentadas las actuaciones de los educandos, sino que además complementarán la labor del maestro. Asimismo, el pensamiento ha de considerarse como una dimensión, “esto se debe a que el término pensamiento nos restringe a una sola área del ser humano, su pensar, mientras que el termino dimensión permite considerar las propiedades de estas tendencias en todos los ámbitos del vivir, incluyendo los pensamientos, el discurso y las acciones” (Sumiacher, 2016, p. 4).

Esta investigación pretendió innovar incorporando la cultura de paz, y aprovechando el momento coyuntural que vive el país, se buscó hacer partícipe y sensibilizar al estudiante para que la apropie desde el pensamiento crítico, creativo y cuidadoso, haciendo que aborde este cometido con la mayor autenticidad. A lo largo de muchos años en pedagogía se ha asumido la cultura de paz desde la formación en valores; no se pretende eliminar esta formación sino ser más arriesgados en la propuesta.

El análisis y la discusión de los conflictos forman parte de la cotidianidad y son reconocidos en la cultura de paz como elementos que aportan a la formación del pensamiento multidimensional. En la revista Pensamiento Jurídico de la Universidad Nacional de Colombia, Cardona (2011) describe los requisitos que se deben tomar para apropiarse de una cultura de paz, siendo ellos:

una educación ciudadana, donde la tolerancia, la responsabilidad social, la participación, el diálogo y la reflexión; la resolución no violenta de los conflictos, el consenso y la comunicación, sean las bases que promuevan la toma de conciencia de los derechos y deberes de todos los ciudadanos, así como su rol y responsabilidad social (Cardona, 2011, p. 3).

Los requisitos que menciona Cardona no solo contribuyen a la formación de la persona, sino que pueden ser aprovechados por el docente de FpN como fundamentos teóricos del abordaje pacífico de los conflictos; el mismo docente se da cuenta que al imprimir fuerza, actualización y dinamismo permanente, conduce a los educandos hacia la edificación de la paz concebida como:

Una obra permanente, multidimensional y dinámica, que requiere el enraizamiento de valores pacíficos en la población. Debido a que la paz se construye, se aprende, nadie nace con los valores y actitudes que la avivan. Aquí radica la importancia de una educación para una auténtica cultura de paz, ella es a la vez una estrategia y un componente privilegiado para lograrlo (Cardona, 2011, p. 4).

Método

instrumentos

Los instrumentos elegidos para la investigación fueron: la matriz de análisis, el cuestionario de una entrevista semiestructurada y la sistematización de una experiencia pedagógica. El profundizar desde la experiencia de cada entrevistado y el poder conversar con personas expertas en el campo, permiten esclarecer la manera como la FpN acopla todas las categorías de la investigación, desentrañando sus objetivos. Con esta intencionalidad, fueron estructurados los guiones de cada entrevista.

Las entrevistas permitieron comprender cómo la FpN desarrolla las competencias mencionadas. Según el campo de cada experto, cada entrevistado aporta información contundente para relacionar las habilidades de pensamiento en el abordaje alternativo de los conflictos con la construcción de una cultura de paz. Por otro lado, el testimonio de estas personas en FpN conectó experiencias pedagógicas con eventuales problemáticas, siendo útiles para ejecutar los objetivos.

El siguiente esquema permite comprender mejor el proceso preparatorio que se llevó a cabo:

Elaboración propia

Figura 1  Fuente Proceso preparatorio de entrevista 

Los resultados de las entrevistas fueron validados por varios auditores externos, entre los que se destaca la asesora del proceso investigativo, Catalina Quiroga Manrique, antropóloga de la Universidad Nacional de Colombia y PhD en geografía humana de la Universidad de Lund en Estados Unidos. Cada entrevista viene estipulada en la siguiente tabla:

Tabla 1  Entrevistas con expertos 

No ENTREVISTAS INSTITUCIÓN
1 Diego Antonio Pineda Pontificia Universidad Javeriana. Facultad de Filosofía
2 Didier Santiago Franco Centro de Ética Aplicada Universidad de Los Andes
3 Víctor Andrés Rojas UNIMINUTO. Coordinador ICPIC 2019
4 Ingrid Victoria Sarmiento UNAD y Colegio San Bartolomé La Merced

Fuente: Elaboración propia

fases de la investigación

Se revisó la bibliografía relacionada a las categorías de los objetivos: Cultura de paz, Filosofía para niños, conflictos, apuesta ético-política, pensamiento crítico, creativo y cuidadoso. Posteriormente se construyeron las entrevistas a peritos, lo que permitió indagar más profundamente a partir del procesamiento de la información recogida en la investigación. Para este fin, se elaboraron matrices de análisis comparativas. Aquí se analizaron las competencias éticas propuestas en todas las áreas de estudio, descubriendo y valorando su conexión con la política para apostar por una cultura de paz.

En esta etapa, se encuentra el proceso de análisis documental. Luego de la revisión de todos los documentos pertinentes a la investigación, se codifican y analizan todos los datos, desprendiéndose de ello conceptos e ideas que sirvieron para elaborar una interpretación de los documentos a la luz de las categorías mencionadas en los objetivos. Dicho análisis se hizo mediante fichas bibliográficas:

Adaptación propia con información tomada de (Pinilla y Paniagua, 2010)

Figura 2  Fuente Proceso de análisis documental 

Se acude a algunas personas involucradas directamente con esta investigación documental para entrevistarlas dentro de un enfoque interpretativo, entendido como:

Un método de investigación útil en la identificación, análisis y solución de múltiples problemas sociales. Este método cambia la concepción positivista e incorpora el análisis de aspectos cualitativos dados por los comportamientos de los individuos, de sus relaciones sociales y de las interacciones con el contexto en que se desarrollan (Nolla, 1997, p. 2).

Luego del análisis, ya se pueden establecer las bases epistemológicas de la FpN para la ejecución de los objetivos de la investigación. Por ende, fue necesario acudir a las experiencias pedagógicas de los expertos entrevistados, para desde allí, descubrir más detalladamente las situaciones conflictivas que pueden ser alternativamente abordadas desde las habilidades de pensamiento promovidas por la FpN, el pensamiento crítico, creativo y cuidadoso. Predominantemente una de estas experiencias clarificó el interrogante de si las competencias desarrolladas por FpN capacitan o no a los estudiantes para abordar razonablemente un conflicto, conduciendo a una cultura de paz.

Resultados

experiencias pedagógicas

FpN es un programa que tiene en cuenta la totalidad de la etapa escolar. Sus creadores, Sharp y Lipman, proponen enseñar el diálogo filosófico socrático, introduciendo las comunidades de investigación filosófica en las aulas (Sharp, 1991; Lipman, 2016a). Desde su aparición en 1968, la FpN es una propuesta que retoma y actualiza la práctica filosófica desde sus orígenes griegos clásicos, relacionándolos con actuales corrientes que han revitalizado la Filosofía en el ámbito de la vida social (Moriyón, 2010).

La FpN no quiere una comercialización de la Filosofía, sino que apuesta al desarrollo de habilidades de pensamiento duraderas y transferibles. Para ello, se dispone de lacomunidad de indagación, que es un espacio de discusión filosófica, cuyo objetivo es indagar y reflexionar conjuntamente, con miras a una aproximación de la verdad, y por ende, se concibe también como un proceso metodológico de diálogo para el aprendizaje y la formación filosófica (Pineda, 2004b). Las actividades propias de la comunidad de indagación exigen que los niños se dispongan en círculo.

Asimismo, “el diálogo filosófico cultiva la racionalidad, la sensibilidad y el cuidado del otro porque nos hace más atentos a los argumentos de los demás y nos predispone a cambiar de opinión” (Nomen, 2021, p. 31). De esto se deduce que la persona que practique asiduamente esta forma de diálogo aprenderá a ser más razonable y sensible, capaz de integrar las opiniones ajenas cuidadosamente, por tanto, sería alguien menos manipulable, siendo un ciudadano libre que participa activamente en democracia, ejercitándose en los consensos mínimos para resolver los problemas sociales.

El diálogo filosófico es un antídoto para la intolerancia, se da en medio de una diversidad que enriquece porque los demás aportan experiencias y argumentos que no se habían contemplado previamente, lo cual predispone a aprender del otro y forja un carácter empático. “Cuando un grupo construye un vínculo común para el aprendizaje, cuando se convierte en una «comunidad de indagación», se produce la magia del encuentro entre seres humanos más allá de las divergencias, en el respeto y la tolerancia” (Nomen, 2021, p. 35).

la filo-polis

Se trae a colación a Filo-polis, una experiencia pedagógica desarrollada por la docente Ingrid Victoria Sarmiento, recibiendo, por supuesto, algunos aportes de algunos de los expertos entrevistados. En Filo-polis, se puede observar con claridad cómo los estudiantes de cualquier nivel de escolaridad adquieren las tres competencias básicas de FpN, permitiéndoles abordar pacíficamente los conflictos. Esta experiencia es llevada a cabo en el colegio San Bartolomé la Merced, en la ciudad de Bogotá desde el año 2018 con niños que comparten un área geográfica común, el centro de la capital colombiana.

La Dra. Sarmiento creó Filo-polis, poniendo en marcha una Filosofía para la paz. Allí, en torno a la actual coyuntura del país, estudiantes desde preescolar hasta grado 11 (5-17 años) se reúnen conformando comunidades de diálogo. Los docentes trabajan en el tema de la paz desde los distintos escenarios de una ciudad, el laboratorio axiológico, el teatro, la emisora, el museo, el café, y en cada lugar se analiza el tema de la paz para culturizarla por toda la metrópolis. Esta experiencia se retroalimentó por toda la comunidad educativa, virtualizándose en una revista de plataforma institucional.

La comunidad de indagación hace del conflicto una oportunidad de enriquecimiento comunitario, siendo el escenario que se construye por un año y en el cual se desarrolla el programa de FpN, por eso se da como preparación hacia Filo-polis. La comunidad de indagación se funda con la creación de elementos simbólicos que la representan, como el muñeco de la palabra, que es rotado o dejado en el centro cuando sea momento de reflexión. Debe ser reconocida, pues ella existe entre los estudiantes no por el hecho de que compartan un salón de clase, existe por decidir hacer parte de ella cuando se realizan acciones concretas que los vinculan a la comunidad, como ponerle un nombre si se quiere generar una identidad. La comunidad es un lugar donde deben sentirse seguros. Por eso, los más jóvenes escogen el lugar para su fundación. La intención es generar la unidad en medio de la diferencia, generando el hábito de expresar las cosas para la confrontación y los desacuerdos.

En las comunidades de indagación, se debate utilizando lo que les ha sido heredado. Cobra protagonismo el ejercicio lógico y argumentativo identificando los elementos que comparten, pero también los que los alejan. Además, más allá de las diferencias, se busca emparentar desde los sentimientos, forjar empatía moral, que es lo que persigue la comunidad de indagación. A través de la narratividad y los roles todo ello es estimulado, intentando que el niño se ponga en el lugar del otro y salga de su particular manera de entender el mundo.

Luego es conformada una comunidad de diálogo en cada espacio de Filo-polis, que es más profunda y compenetrada que la de indagación. Esta se reúne en el círculo de la palabra para la construcción conjunta de una visión del mundo, incentivada con una capacidad de discernir que se estimula hallando lo profundo que hay en ellos antes de poner en práctica el diálogo con el otro. Aquí, no siempre se dialoga, hay momentos en que los estudiantes producen a través del arte, de una ficha técnica de museo, de una cuña publicitaria, una obra teatral o cualquier otra actividad según el rol que desempeñen en Filo-polis.

FpN es contemplado como un modo de investigación en Filo-polis, ya que la ciudadanía busca comprender la construcción de una cultura de paz. Para este fin, saber aplicar la investigación filosófica con los estudiantes es fundamental para ejecutar una estrategia pedagógica en FpN. Las claves de la investigación filosófica son:

Elaboración propia con información tomada de Pineda (1992)

Figura 3  Fuente Claves de la investigación filosófica 

La apuesta ético-política opera bajo tres ámbitos según FpN. Estos resultan ser la dimensión práctica de la investigación filosófica:

  • 1° El campo del saber: relativo a las ideas, a lo que pensamos.

  • 2° El campo de los afectos y las emociones: los sentimientos.

  • 3° El campo de la acción.

Luego de vivenciar los tres niveles en los que aparece el conflicto durante la ejecución del proyecto, los estudiantes exponen sus puntos de vista con un matiz ético, lo que evidencia su pensamiento cuidadoso; no retuercen los argumentos para quedar bien frente a los demás, sino que se cuestionan, esa actitud reflexiva es propia del pensamiento crítico; además no se aferran al supuesto de ser poseedores de la verdad, sino que la buscan de distintas maneras, he ahí el pensamiento creativo. Filo-polis al formar al educando en la capacidad de diálogo, forma sujetos para una cultura de paz.

FpN no es propiamente una metodología para resolución de conflictos. Inicialmente fue concebida como un programa para llevar la Filosofía a la educación básica, desconociendo en su momento una variedad de ventajas que traía consigo su aplicación. Filo-polis logró la creación de una comunidad de diálogo en cada escenario anteriormente descrito, haciendo que los sujetos piensen mejor mediante la práctica de las tres formas de pensamiento, crítico, creativo y cuidadoso. Con esto, Filo-polis consigue la práctica de los valores democráticos a partir del rol que cada uno asume dentro de la ciudad, viendo la paz como algo más que ausencia de violencia, es decir, concibiéndola como la capacidad de diálogo para construir juntos, lo que supone razonamiento, indagación y empatía, tres aportes contundentes de FpN a una cultura de paz.

Las diferencias se superan o se median construyendo la paz, que es un proyecto político en el cual las personas construyen un mayor grado de tolerancia y luchan por un ambiente pacífico. Además, la construcción de una cultura de paz prima el diálogo en cualquier circunstancia, ahuyentando la imposición del propio punto de vista. Este perfil de ciudadano, detalladamente descrito en la tabla 2, fue precisamente lo que Filo-polis persiguió constantemente.

Tabla 2  Relación de Filosofía para niños con competencias ciudadanas 

En FpN hay cuatro grupos claves de competencias En competencias ciudadanas se trabajan con otros núcleos
Habilidades de indagación
Habilidades de razonamiento
Habilidades de traducción o interpretación
Habilidades de Formación de conceptos.
Paz y solución de conflictos
Derechos y deberes en la participación ciudadana
Multiculturales y reconocimiento de las diferencias

Nota: Elaboración propia con información tomada de Pineda (2004a)

Se trae a colación un trabajo que apoya la viabilidad de Filo-polis en el fortalecimiento del pensamiento crítico, creativo y cuidadoso para la construcción de una cultura de paz. En la Escuela Europea de Madrid, año 2014, Félix García Moriyón capacitó a un grupo de docentes a través de un curso intensivo. Con la ayuda de Elena Morilla, coordinaron todo el proceso para que FpN fuera integrado al plan de estudios. Los estudiantes asistieron a una clase por semana desde la primaria hasta el final de la secundaria (desde los 6 hasta 18 años). Estos son los resultados:

Figura Fuente Tomado de Félix García Moriyon et al. (2014, p. 53)  

Tabla 3  Análisis de investigación de Moriyon 

Índices
Competencia cognitiva (pensamiento crítico y creativo) General (G)
Verbal: Matemáticas y lenguaje (Gc)
No verbal: Razonamiento e inteligencia espacial (Gf)
Personalidad: se midieron algunas habilidades sociales relacionadas al pensamiento cuidadoso, que contribuyen a la construcción de una cultura de paz pues permiten un abordaje pacífico de la situación conflictiva. Psicoticismo (P): vulnerabilidad a conductas impulsivas, agresivas o de baja empatía.
Extraversión (E): Los extravertidos se interesan por el mundo exterior de la gente y de las cosas, tratan de ser más sociables y de estar más al tanto de lo que pasa en su entorno.
Neuroticismo (N): Elevado nivel de estrés, preocupación y tensión
Honestidad (S)

Nota: Elaboración propia analizando figura 4 de García Moriyon et al. (2014)

experiencia personal con FpN hacia una cultura de paz

Se aplicó FpN con estudiantes de 5° grado de básica primaria, de condiciones socioeconómicas similares, la mitad de ellos de familias disfuncionales. En los talleres, los estudiantes son filósofos que intentan aclarar, explorar y recrear los conceptos, pues estos son la materia prima del filósofo. Al aclararlos, exploran su definición y contexto, luego al examinarlos los diferencian y los cuestionan, finalmente al recrearlos les dan un significado mayor. Los manuales de FpN traducidos por Diego Pineda, novelas como Lisa y Harry o Clínica de muñecas muestran en cada pasaje un comentario que aclara los conceptos implícitos; también hay unos planes de diálogo, es decir, una serie de preguntas orientadoras que ayudaron a explorar esos conceptos, pudiendo distinguirlos y aplicarlos en ciertos contextos. De igual manera, encontramos recreación conceptual habiendo actividades lúdicas, de escritura y corporales.

Metodológicamente hablando, en este punto los educandos ya se apropiaron del contenido con las actividades mencionadas anteriormente, por lo que entra en escena el pensamiento creativo con la construcción de alternativas frente a las fallas detectadas. Para ello, se utilizaron diferentes estrategias y materiales, por ejemplo: coplas, juegos de roles, realización de infografías, elaboración de frisos, dramatizaciones, invención de canciones, entre otras. Estas actividades llevan al niño a interactuar con sus compañeros, a establecer acuerdos discutiendo cuál puede ser la solución más acertada, lo que estimula el trabajo en grupo y genera una comunidad de diálogo en la que se puede aprobar o disentir con base en lo aprendido y en el respeto a la opinión del otro.

Finalmente, viene la socialización del trabajo. Aquí fue clave la participación del docente, pues va más allá de una evaluación cuantitativa, desempeñando el rol de orientador en la formación del pensamiento cuidadoso de los estudiantes. En algunos casos, las propuestas que ellos hacen son desproporcionadas al considerarse una lesión al otro antes que una solución, otras son aprovechadas por su contenido ético, haciéndolos descubrir el beneficio que trae el bien común, transitando hacia la construcción de un concepto de paz que cobra vida en acciones y compromisos, principalmente a corto plazo.

Antes de la aplicación de los talleres, los niños intentaron defender su inocencia a toda costa y proteger su imagen sin responsabilidad alguna dentro de un eventual conflicto (Velasco, 2017). Según el observador estudiantil (documento institucional que hace referencia a la hoja de vida escolar) y las entrevistas a los profesionales, los estudiantes tienen ciertos conocimientos éticos previos que manipulan para un beneficio personal. Esto acontece por no aceptar la realidad circundante o por la carencia de argumentación y conocimiento teórico que pueda sustentar una respuesta distinta, por tanto, es mucho más fácil negar el punto de vista del compañero y responder con un NO rotundo.

Se hizo una encuesta sobre el manejo del conflicto luego de varios talleres. Las respuestas de los estudiantes fueron S (sí); N (no) o NS/NR (no sabe, no responde).

Tabla 4 Encuesta sobre el manejo del conflicto 

No. PREGUNTAS S N NS/NR
1. Consideras que una forma de resolver los conflictos es analizar antes de tomar acciones. 37 0 0
2. Crees que puedes construir historias o anécdotas a partir de los conflictos que se presentan en tu colegio. 24 8 5
3. Consideras importante el sentarte a dialogar con tus profesores y compañeros los conflictos que hay en tu colegio. 30 5 2
4. Consideras que las soluciones que se van dando a cada conflicto se convierten en experiencias valiosas para solucionar otros. 31 4 2
5. Podrías hacer un registro de anécdotas valiosas y de soluciones a los conflictos que se presenten en tu grado en tu cuaderno. 22 8 7

Nota: Tomado de Velasco (2017, p. 45)

Graficando la tabla 4 se obtuvo lo siguiente:

Tomado de Velasco (2017, p. 46)

Figura 5  Fuente Ponderación de encuesta sobre el manejo del conflicto 

Respecto al impacto de FpN, se evidencia el gusto por la búsqueda de solución de conflictos por medio del análisis y el diálogo, posiblemente gracias al ejercicio que se realiza de generar las salidas más adecuadas teniendo en cuenta el accionar grupal. De igual manera, llamó mucho la atención de los niños la proposición de mecanismos de solución a partir de la construcción y el registro de anécdotas.

El trabajo continuo de FpN en el aula y en todos los escenarios de la vida escolar, se convierte en una práctica pedagógica que permite evaluar frecuentemente el impacto de los talleres. Esto exige una reflexión constante sobre el quehacer docente y la reformulación de estrategias que contribuyan a generar un compromiso con el conocimiento y con el entorno social del estudiante, favoreciendo la formación en valores democráticos como la igualdad y el reconocimiento de las diferencias.

Una de las estrategias para favorecer estos valores es la mediación. Como ya se ha dicho, FpN es un programa pedagógico con una estructura establecida que busca en el educando la toma de decisiones personales iluminadas por la razón. Debido a que se propone este programa para generar una cultura de paz, resulta viable aplicar la mediación dentro del mismo, porque se entiende como un método alternativo para abordar un conflicto, en el cual un tercer estudiante, ayuda a las partes involucradas a alcanzar cierto grado de satisfacción en las metas del proceso dialógico, que son la resolución del conflicto y la empatía entre compañeros.

Además, el conflicto puede ser abordado desde una perspectiva positiva dentro del mismo programa, porque él mismo se constituye en una oportunidad de mejora para las relaciones sociales de los estudiantes; sin este, las habilidades que se pretende enseñar quedarían frustradas al no tener materia prima para emprender en el terreno del diálogo o de la mediación, según sea el caso concreto que se aborda en los talleres. Entendiendo su beneficio, se puede observar en la encuesta aplicada que “cuando un conflicto concierne a metas, valores o intereses, desempeña funciones estabilizadoras y se convierte en un elemento integrador” (Fernández-Ríos, 1999, p. 37).

entrevistas

Diego Pineda

Pineda asegura que las competencias ciudadanas se pueden releer desde FpN, pues estas suponen una cierta claridad emocional que ayuda a entender las creencias. Por ejemplo, creer que algo puede hacerme daño implica tener miedo, creer que hay una injusticia evidente significa sentir ira o indignación. Entender emocionalmente las tres competencias ciudadanas que propone Pineda, hace posible construir la paz debido a que ella es un proyecto político en el cual las personas luchan por un ambiente pacífico y construyen un mayor grado de tolerancia superando las diferencias.

La construcción de una cultura de paz supone y hace primar la condición del diálogo en cualquier circunstancia sin la imposición del propio punto de vista. El diálogo no es sentarse a hablar, es algo más complejo: dialogar incluye algunas reglas para razonar apropiadamente. Supone indagación, no creer todo lo que se dice, sino cuestionar al otro pidiéndole justificaciones antes de evaluar los motivos de su actuar. Aquí se van dilucidando las condiciones de la investigación filosófica, por lo que una posición no debe defenderse a toda costa siendo estática, sino que se procura preguntar y comprender al otro.

En este punto conviene advertir que un diálogo se entiende como la conversación característica de la comunidad de indagación, lo cual no es lo mismo que un debate, pues este último implica necesariamente participantes que toman diferentes y opuestos puntos de vista. La tensión producida en el diálogo y a través de él podría conducir al conflicto, mas es la relación del diálogo con lo problemático lo que le da al pensamiento el potencial para ser creativo en diversas situaciones. (Splitter & Sharp, 1995).

Cada tipo de pensamiento produce una habilidad distinta:

Figura 6  Fuente Productos de competencias en FpN Elaboración propia con información tomada de la entrevista a Pineda (2019) 

El pensamiento solidario o cuidadoso se manifiesta con la recreación de la vida social. Hace ver el mundo en términos de justicia, ayuda a evaluar la propia condición, el sentido de la vida y el compromiso con los demás. La condición básica para pensar solidariamente es la empatía, aquella por la cual se pertenece a una comunidad que comparte unos sentimientos y que le halla sentido social a lo que hace. Este pensamiento es la síntesis de los anteriores con un criterio ético que prima sobre todo lo demás, el que piensa así no persigue solamente una solución correcta, sino una solución que sea socialmente viable al generar simpatía entre las personas.

En ese orden de ideas, la metodología de FpN pretende desarrollar una educación reflexiva aplicable a un contexto democrático en la educación formal y no formal. Diego Pineda elaboró una serie de textos de Ética llamada Vivencias, para los grados 3º-5º de primaria de Editorial Norma, en los que se depositó el estilo narrativo propio de FpN en el programa de competencias ciudadanas impulsado por el gobierno nacional, brindando estrategias de reconocimiento de derechos y deberes, de manejo del conflicto y de reconocimiento del otro desde la pluralidad, las cuales terminan siendo los pilares de dichas competencias.

El ejercicio democrático que pretende FpN se hace en una comunidad filosófica. No se trata de formar solamente pensadores analíticos con capacidad para computar matemáticamente, para eso bastaría un programa individualizado. En cambio, la investigación filosófica deja unos frutos que no pueden comprobarse de manera solitaria, los sujetos comunitariamente aplican las habilidades de pensamiento que pretenden desarrollar, de esta forma se hacen palpables los avances.

Didier Santiago Franco

Según Didier, el funcionamiento del pensamiento multidimensional no se trata de un esfuerzo exclusivo del área de Ética o de Filosofía, sino que debe cubrir todo el currículo. A partir de ello, se generan unas acciones concretas de parte de todos los miembros de la comunidad educativa, proyectándose hacia una cultura de paz, de lo contrario cada uno apunta a su lado y la ejecución de dicho pensamiento se disipa.

Didier Santiago piensa que la enseñanza del pensamiento multidimensional es más complicada que la de una cultura de paz, pues casi todos tienen una noción de esta última. Lo primero es más complejo porque hay un esfuerzo institucional por crear las condiciones epistemológicas óptimas para experimentar las habilidades de pensamiento de FpN. Habiendo hecho esto, sí se logra en los niños una habilidad social como la escucha del otro, la verticalidad cede ante un paradigma horizontal dentro del aula, donde tanto el docente como los miembros de la comunidad de indagación aprenden y enseñan a ser democráticos en un contexto escolar.

Si con el pensamiento crítico, creativo y cuidadoso se transforma un educando al punto de llevar dichos aprendizajes a las relaciones cotidianas, entonces existe la relación entre cultura de paz y estas habilidades. La cuestión por la que se verifica si las han adquirido o no, es la promoción de un ambiente de paz dentro del aula con la construcción paulatina de dos pilares indisolubles, lo democrático y lo ético.

El pensamiento cuidadoso es el más cercano a la construcción de la democracia como la forma de vida en la que se apuesta por las potencialidades y la diversidad de opiniones; ello se aparta de la democracia representativa y exalta el papel del diálogo como el vehículo por el que transitan las habilidades de pensamiento en FpN. Esta habilidad desarrolla las primeras nociones de democracia, convirtiéndola en la manera en la que nos relacionamos con los otros.

Víctor Rojas

Según Víctor Rojas, la ciudadanía, la política y la justicia hacen parte del pensamiento ético en la medida en que reflejan la toma de decisiones vitales. Cuando el sujeto piensa en el principio de sus acciones, aparece el cuidado en relación con el otro. Asimismo, como la acción ética no es resultado del azar, sino que se reflexiona, puede aparecer el pensamiento creativo al procurar el desarrollo de nuevas y mejores formas de ser y pensar desde la originalidad, la fluidez, la imaginación e incluso desde el carácter emocional.

Ahora bien, cuando la persona argumenta en torno a la paz el pensamiento crítico se evidencia en la cultura que se quiere construir. La argumentación aparece a partir del diálogo; el sujeto formula un juicio para conectarlo con otro y formar un raciocinio con cierto grado de complejidad, allí es donde entra la lógica. Estas habilidades conducen al sujeto a una práctica materializada de las competencias ciudadanas, no se llega a ellas sin pasar por el matiz de la reflexión.

La comunidad de diálogo aborda la apuesta ético-política desde la relación con el otro para entender el poder, el gobierno y la ciudadanía; sin todo ello, la noción de comunidad carecería de trasfondo. Este ejercicio de diálogo es favorable para el reconocimiento del otro desde la construcción de ideas a partir de la otra persona, lo cual se logra con la escucha. Se plantea un argumento para ser revisado, aceptado o rechazado, y gracias a la deliberación, se comparten públicamente mis ideas para ejercitar mi dimensión política, la otra persona las puede complementar o criticar.

El diálogo tiene varias dimensiones:

Elaboración propia con información tomada de la entrevista a Víctor Rojas (2019)

Figura 7  Fuente Dimensiones de diálogo 

Atendiendo a la necesidad de una cultura de paz, la formación del círculo es la estrategia pedagógica más eficaz realizada por Víctor en FpN. La transformación del aula en un espacio circular en el cual se aprende a ver la horizontalidad del pensamiento. En la educación tradicional, el estudiante se ubica hacia el tablero visto como el lugar de donde emana el conocimiento. Usualmente, ve la espalda de su compañero por estar en fila. Se debe descentralizar el conocimiento del docente, lo cual va en contravía del actual sistema educativo que sostiene al profesor como el que evalúa cuantitativamente a su educando, dejando de lado la posibilidad de una autoevaluación consciente y madura centrada en las razones que este da para colocarse una nota. Esto acontece porque se forma para una calificación, no para la autonomía que es pensar por sí mismo sin estar atado a la validación del otro.

Los colegios son verticalizados. ¿Cuándo la voz del estudiante es relevante para una decisión crucial? Casi nunca porque el consejo estudiantil no logra tener la fuerza deseada en la participación política de muchas instituciones educativas. El rector en la cima y el último sujeto en la pirámide resulta ser el estudiante. Es muy difícil remover las jerarquías triangulares de los sistemas de poder económico o religioso que nos han dominado por muchos siglos. Arduo trabajo es pasar de la verticalidad a la horizontalidad pues la educación sigue montada en estas estructuras, por eso ubicar las sillas en círculo ya es revolucionario.

Producto de esta estructura de poder, en la escuela actual se construyen personas reguladas en su comportamiento para ejercer una “buena ciudadanía”; aquí el buen ciudadano se comporta de acuerdo con la estructura social. En este orden de ideas, el espíritu del círculo es la horizontalidad para desmontar la figura de poder de alguien considerado superior al otro. Cuando se entienden en el mismo nivel son capaces de solucionar los conflictos con madurez.

El otro es una autoridad válida en el círculo, se conecta con él gracias a un sentido razonable de lo que dice para poder cambiar el propio comportamiento. Víctor sostiene que en el círculo juegan un papel relevante la escucha, el reconocimiento y la valoración del otro en sí mismo. La encarnación del movimiento dialógico es el objetivo de esta herramienta para que FpN se convierta en un proyecto de vida, abordando el conflicto sin llamar al policía, generando relaciones dinámicas con el otro desde la ciudadanía.

Ingrid Victoria Sarmiento

Cuando el estudiante analiza u organiza algo trabaja el pensamiento crítico, llevándolo a una reacomodación que explora paralelamente el pensamiento creativo. De igual modo, ningún ejercicio cognitivo o metacognitivo tiene una función en sí misma, sino que la persona razonable es la que piensa con el otro. FpN funciona en una estructura dialógica, porque es con el otro que se estimulan estas habilidades. El otro exige que se argumente mejor, exige mayor precisión en los juicios. Esto también estimula el pensamiento cuidadoso porque se aprende a aceptar puntos de vista distintos al propio.

El programa no busca que los sujetos sean filósofos profesionales que creen un gran sistema de pensamiento para comprender varios ámbitos de la realidad, sino que FpN integra algunos elementos cognitivos en el ámbito comunitario desde un ejercicio pedagógico permanente. Comprende que el pensamiento es producto de un encuentro con el otro y, por ende, no se teje sólo.

El sujeto conceptualiza el mundo, luego, se apropia de él y, posteriormente, aplica estos conceptos que él mismo construye para entenderlo. Entonces, la razonabilidad, que tiene un matiz lógico y creativo, siempre apunta a lo ético. Las habilidades del pensamiento crítico son estimuladas no solo para ser más competente sino para revelar una moralidad, todas ellas responden a un fin ético. El sujeto en FpN razona con otros sin reducirlos a un medio para adquirir una habilidad cognitiva, por lo que el propósito de una comunidad de diálogo es la construcción entre los miembros y no la competencia.

Con la construcción de una comunidad, el niño ira descubriendo los fines de esta, uno de ellos es sin duda una cultura de paz que se centra en los sentimientos y pensamientos de sus miembros. Allí se convive teniendo en cuenta que el niño se comporta con otros y no solo, lo mismo pasa con el sentir. En el plano de la convivencia se descubre la afectación por el otro, apareciendo el conflicto y las normas, que desde una apuesta ético-política, llevarán a explorar comunitariamente, en la intersubjetividad, las mejores opciones para una convivencia pacífica.

El razonamiento, la indagación y la traducción son impulsadas desde el plano de lo crítico, pero adquirir habilidades como la comprensión, la reorganización del pensamiento y la comparación resulta más complejo, estas últimas pertenecen al plano de lo creativo. El educando sube su nivel de complejidad en la medida en que es capaz construir con dicho conocimiento, por ende, las habilidades de creación y de juicio se encuentran en la cima, constituyéndose como herramientas fundamentales en la construcción de una cultura de paz.

conclusiones

El conflicto se aborda, pero no se cierra. Esto introduce las concepciones de paz desde un enfoque emergente y no tradicional. Los juicios drásticos sin argumentos son prueba palpable del vacío metodológico en el abordaje de los conflictos, lo que se puede contrarrestar con el potencial central del programa, es decir, el logro de una convivencia pacífica y democrática entre ciudadanos conscientes de su rol social.

FpN se ha convertido en un movimiento académico tomado como propuesta pedagógica en varios países. Allí, se ha relacionado el conocimiento con el desarrollo de las habilidades de pensamiento, las cuales fortalecen la argumentación y análisis para plantear estrategias de solución a conflictos escolares aplicando conceptos, en un marco filosófico y ético que es generado por el mismo estudiante en medio de las comunidades de indagación y diálogo. Allí, él reconoce la diferencia entre situaciones, contextos y factores que interactúan. El principal logro de FpN es conseguir que los participantes aprendan a dialogar, a reconocer al otro y a no tener una posición estática frente a la verdad, teniendo en cuenta esta se construye conjuntamente. De esta manera, se cimientan la inclusión y la aceptación de las diferencias, temas fundamentales en los procesos de paz.

El desarrollo de las competencias ciudadanas en el marco educativo colombiano sugiere: reconocer las diferencias culturales, formar en los derechos y deberes del ciudadano y participar activamente en la construcción de la paz. FpN complementa esta formación a través de la vivencia de una democracia participativa, progresando hacia la solución pacífica de conflictos a través de un diálogo y una concertación que se traducen en acciones de corto, mediano y largo plazo. Todo ello los capacita como seres pensantes para tomar decisiones políticas, combinando “el saber” como el conocimiento previo que se aporta desde la ética y la FpN y el “saber hacer” que responde al desarrollo del pensamiento crítico, creativo y cuidadoso en el que el educando propone soluciones reales para abordar el conflicto.

El pensamiento cuidadoso, en última instancia, persigue la cultura de paz que se logra en el abordaje y búsqueda de solución a los conflictos, en el sentido que, luego de una apropiada conceptualización del pensamiento crítico, reconoce el contexto de un conflicto, recoge los aportes de la creatividad y lleva a la práctica lo que se va desarrollando desde la ética. Una herramienta concreta para cultivarlo es la comunidad de diálogo porque mejora el ambiente escolar con tres acciones concretas, pedir la palabra, escuchar atentamente y disentir con argumentaciones sólidas, todas ellas en un clima de respeto por el otro, lo que permite la vivencia de una democracia.

Otra herramienta para construir paz en el aula desde las habilidades de pensamiento es la comunidad de indagación, que es la fase previa a la de diálogo. Ésta gira en torno al descubrimiento de la palabra tanto propia como del otro, siendo ella el centro de todo debate. Su intención es generar unidad en medio de la diversidad de personalidades que manifiestan sus miembros, puesto que el docente orientador quiere generar en el estudiante el hábito de abordar los desacuerdos, expresando las ideas y confrontándolas, poniéndose en el lugar del otro para entender que la propia visión del mundo no es definitiva, sino abierta a la construcción conjunta de la misma comunidad.

FpN es una práctica socrática que permite identificar el conflicto, partiendo del reconocimiento de sí mismo, como alguien pensante que siente y actúa en el propio perímetro. La Filosofía no se conforma con lo que ya está, sino que tiende a profundizar. Luego de examinar la propia visión del mundo, la Filosofía se aproxima otras maneras de entenderlo, sentirlo y pensarlo, reconociendo otros perímetros, otras maneras de ver las cosas; así es como el conflicto puede ser resuelto dialógicamente, pues se deconstruye paulatinamente la visión del otro como radical enemigo, cambiándola por alguien simplemente distinto en su manera de ser, de hacer y pensar. Debido a esta concepción del programa, el conflicto se ve como una oportunidad de avanzar en las relaciones interpersonales, puesto que la FpN estimula las habilidades dialógicas necesarias para una cultura de paz, haciéndola escenario real y común entre la ciudadanía.

Las habilidades de pensamiento permiten materializarlo estructuralmente. En la criticidad, están las habilidades de conceptualización, formulación de preguntas, razonamiento, indagación y habilidades de investigación. El pensamiento creativo está ligado a las competencias emocionales pues se cultiva la dimensión de la sensibilidad y de la percepción. El pensamiento cuidadoso recoge los anteriores aportes, trayendo consigo competencias comunicativas que forjan la cultura de paz, pues no solo se escucha al otro, sino que se valora tanto su dignidad humana como su opinión. El estudiante piensa por sí mismo al aplicar estas tres competencias, cultivando una Filosofía que aborda el conflicto pacífica y comunitariamente.

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Recibido: 31 de Agosto de 2023; Aprobado: 03 de Diciembre de 2023

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