El libro Devenir pregunta: filosofía e infancias entre la escuela y la universidad narra la práctica y los efectos de la Filosofía con niñas y niños (FcN) en la Escuela Graduada "Joaquín V. Gonzalez" (EG) de la UNLP. En este relato, Agratti se pregunta por las condiciones y posibilidades transformadoras y emancipadoras de esta práctica y además, por su presencia y permanencia en la escuela y la tensión que esta práctica produce en la relación con los saberes tradicionales y, en especial, en la subjetividad docente. Bajo estos interrogantes, la autora pone en diálogo la institución escolar con la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación (FaHCE), realizando un recorrido histórico-problemático que contextualiza y responde a la pregunta sobre la posibilidad de llevar adelante dicho proyecto.
El libro se divide en dos partes. La primera, titulada "La formación de profesoras/es de filosofía en la FaHCE de la UNLP", examina este tema a lo largo de tres capítulos. El primero sigue la evolución de la enseñanza de la filosofía desde que Guillermo Obiols asumió como docente de la asignatura "Planificación didáctica y Prácticas de la enseñanza en Filosofía" en la FaHCE tras la apertura democrática. Debido a su práctica docente, Obiols comenzó a reflexionar e investigar sobre la enseñanza de la filosofía. Laura Agratti asistió a su primer curso como estudiante y se convirtió en ayudante alumna al año siguiente. Obiols fue para Agratti un profesor-filósofo en cuya enseñanza encontró “un problema que la compromete” (p 41). A lo largo del capítulo, Agratti describe la trayectoria intelectual del profesor. Apoyándose en un breve fragmento de de Amézola (2004), identifica cinco temas principales que condensan las preocupaciones de Obiols y aportan a la transformación de la práctica de la filosofía y su enseñanza. Estos temas incluyen su compromiso por posicionar los temas de la enseñanza de la filosofía en la comunidad académica, la importancia de examinar los problemas de la escuela media, la definición de los problemas didácticos de la filosofía, la prioridad de preguntar por el sentido de la filosofía antes que la estrategia didáctica y la necesidad de conformar un modelo formal general para la enseñanza de la disciplina. Agratti argumenta que estos temas sintetizan las principales preocupaciones de Obiols, quien sentó las bases de una perspectiva crítica sobre la enseñanza de la filosofía tanto a nivel nacional como internacional. A su vez, argumenta que esta reflexión pedagógica es un precedente para el proyecto de FcN en la EG que surgirá varios años después.
El segundo capítulo de la primera parte revisa el camino que sigue construyéndose después de que Obiols deje su cargo de profesor en la FaHCE. Agratti continúa dictando la asignatura “Planificación Didáctica y Prácticas de la Enseñanza de la Filosofía”. Lejos de abandonar la perspectiva crítica iniciada por el profesor, coincide en que la enseñanza de la filosofía es una práctica con problemas propios y asume el desafío de formar a profesoras/es desde una perspectiva problematizadora que deshaga la lógica de la transmisión del conocimiento filosófico bajo la que sus estudiantes se encuentran formados. El principio fundamental sobre el cual es posible problematizar la educación recibida y ejecutada o por ejecutarse es la pregunta. Deleuze es uno de los interlocutores con los que Agratti dialoga para reflexionar sobre la especificidad de la pregunta en la disciplina filosófica. Las preguntas que necesitamos pensar no pueden ser dadas (aunque sí inspiradas) por otros filósofos. Por el contrario, debemos fabricar nuestras propias preguntas, que derivan de nuestro filosofar sobre lo que nos interpela en nuestro presente.
En el último capítulo de la primera parte, Agratti conecta las ideas desarrolladas en el capítulo anterior con el ámbito de la formación de profesoras y profesores de filosofía en la FaHCE, enfocándose en el tema central del libro: el proyecto de FcN en la EG. Este capítulo se divide en cuatro secciones. La primera, "Primeros pasos en la FaHCE", describe las diversas actividades realizadas por la cátedra "Planificación didáctica y prácticas de la enseñanza en Filosofía" a mediados de los años 90 para difundir la propuesta de Filosofía para Niños (FpN) desarrollada por Matthew Lipman y Ann Sharp. El primer bloque de actividades fue un ciclo de conferencias a cargo de la Dra. Ann Sharp y la Lic. Angélica Sátiro que trascendió los muros de la Universidad, convocando a estudiantes y profesores de Filosofía, así como a profesores de escuelas secundarias de la UNLP y maestros de la EG. La atracción generada por estas actividades llevó a la organización de dos seminarios: el primero, un intensivo de FpN dentro de la FaHCE, a cargo de Waksman, Kohan y Vino, y un segundo, unos meses más tarde, de análisis crítico sobre los fundamentos teóricos del programa FpN, a cargo de Kohan. Estas actividades dieron lugar a la problematización filosófica sobre dicho programa, teniendo en cuenta nuestra contextualidad. La FpN abre la posibilidad de pensar filosóficamente el vínculo entre la filosofía y la infancia, y las actividades y seminarios organizados permitieron la problematización filosófica sobre dicho programa. A pesar de las tensiones y críticas que surgieron hacia el proyecto cuando fue implementado en las aulas, Agratti reconoce a Limpan como un profesor-filósofo que se enfrentó a las problemáticas encontradas en su práctica de enseñanza, valiéndose de la filosofía.
En la segunda sección de este capítulo, “Filosofía para Niños y una dificultad al empezar”, Agratti avanza en la narración sobre la primera experiencia de FpN en el Bachillerato de Bellas Artes (BBA), haciendo uso de los libros que propone el programa. Esta experiencia, que al principio resultó frustrante, dio lugar a la investigación sobre los límites que presentaba este dispositivo en las aulas de una escuela pública en Argentina, ya que la temática tratada por las novelas del programa no resultaba interesante para las/os niñas/os. Sin embargo, Agratti resalta el valor de algunas de las formas de trabajo que presentaba el programa, como el diálogo argumentado, la disposición circular, y el diario de clase. Estas formas afirman la posibilidad de un vínculo pedagógico igualitario y crean las condiciones para el desarrollo del diálogo filosófico y para que el grupo conozca las ideas y pensamientos de sus compañeras/os. Específicamente, la instancia de evaluación en la que el grupo participa activamente en la formulación de criterios es uno de los momentos que más disfrutan, ya que se constituye como un espacio tanto de pensamiento como de aprendizaje. A su vez, en este apartado se ponen de manifiesto los motivos que impulsan a Lipman a crear el programa FpN: ayudar a niñas y niños a pensar racionalmente y por sí mismos. Así, como lo evidencia Agratti, la filosofía no es para Lipman un fin en sí mismo, sino una herramienta para alcanzar su objetivo. Lipman considera que el pensamiento crítico es esencial para formar ciudadanos racionales y reflexivos que hagan posible la construcción de una sociedad democrática. Agratti menciona también el análisis de Vaksman y Kohan, quienes examinan las consecuencias políticas y filosóficas del programa diseñado por el profesor e invitan a quitar la atención de las aspiraciones del mundo adulto y centrar la atención en las infancias, dejando que ellas y ellos decidan sus intereses. En resumen, el cambio de preposición implica que se trata de hacer filosofía con niñas/os, no de acercar el canon de la filosofía a ellos.
La segunda parte de este libro se titula “La filosofía y la formación docente se proyectan en la Escuela Graduada” y se desarrolla en tres capítulos. El primero de ellos, dividido en dos partes, narra la historia de la Escuela Joaquin V. Gonzalez -único colegio de la UNLP que se ocupa de la formación primaria e inicial- desde sus inicios hasta la actualidad. En la segunda sección de este capítulo, Agratti relata la experiencia de formación de docentes en FcN no sin antes problematizar, dialogando con autores como Bethencourt (2009), Steiner (1999), Cerletti (2009) y Deleuze (1972), la violencia implícita que encarna el gesto de dar a leer sea un texto a estudiantes o, como es el caso de este libro, una experiencia de formación. En el caso de su escritura acerca de la experiencia de FcN en la EG, siguiendo Foucault se encuentra lejos de transmitir una verdad-experiencia, por el contrario la afirma con el fin de problematizarla, consolidándose así como una doble experiencia. En el segundo apartado de este capítulo, Agratti repasa las etapas de lo que fue la experiencia de formación en FcN iniciada en el año 2007, gracias al programa de preparación específica para los docentes de dicha escuela. Así, durante el primer cuatrimestre de 2008 se da el ingreso de la filosofía a la EG.
El segundo capítulo relata y analiza la experiencia del proyecto de FcN que ha estado en marcha desde 2008 en la EG, en colaboración con los estudiantes avanzados de Filosofía de la FaHCE y las maestras de grado. Se estructura en tres secciones que describen diferentes experiencias vividas en el aula de filosofía. “Un grado pone a prueba la filosofía” cuenta la historia de la clase 1ºB, en la que parece ser imposible desarrollar la experiencia, a pesar de haber considerado varias opciones. Finalmente, ocurre algo inesperado que posibilita el encuentro filosófico. En "Un espejo para la filosofía", con el objetivo de trabajar sobre la identidad personal, Agratti lleva un espejo a la clase, que pasa de mano en mano hasta completar el círculo, respondiendo a la pregunta: “¿Qué es lo que más te gusta de vos?”. Hasta que un estudiante cambia el enfoque de la tarea, no respondiendo acerca de lo que le gusta de sí mismo, sino sobre cómo se siente al verse. Este hecho tiene un impacto en sus compañeras/os, que continúan expresando sus sentimientos frente a la duplicación de sí mismos. Esta experiencia da lugar a un trabajo sobre un poema de Borges en una clase de 1º. En "Quien está empezando a escribir registra una clase de filosofía", se cuenta el caso de una alumna de 1º recién alfabetizada, que comienza a registrar lo que sucede en las clases de filosofía en su diario.
El tercer capítulo, basado en una entrevista realizada por Agratti para este libro, relata la historia de Malena Bertoldi. Bertoldi es una maestra que, en 2005, a los 36 años, ingresó como docente a la EG. Es en esta escuela donde años más tarde se encontró con el proyecto de FcN. La filosofía se presentó a Malena como una actividad conmovedora y significativa que la atravesó profundamente al punto de transformar su práctica docente y generar un vínculo con la disciplina, lo que la llevó a explorar por su cuenta. Motivada por el ejercicio de la pregunta que propone la praxis filosófica, Malena escribió sobre cómo el proyecto FcN en la EG ha permitido que la comunidad de indagación se extienda más allá de las aulas y la escuela se cuestione sobre el significado de "hacer escuela". Además, expresó su deseo de multiplicar la experiencia de hacer filosofía y contribuir a la formación de un cuerpo docente que pueda enfrentar las políticas educativas actuales. En la entrevista, Bertoldi reflexiona sobre la importancia del preguntar en la educación. Malena identifica dos formas de preguntar y escuchar: una en la que se busca una explicación y otra en la que el preguntar es un corrimiento de lugar que permite explorar nuevos temas e ideas. En su experiencia, las preguntas de los estudiantes no solo buscan obtener información, sino que también muestran lo que ya saben. Con la filosofía, este proceso de preguntar y escuchar toma una perspectiva diferente y más profunda, involucrando la intencionalidad tanto del estudiante como del maestro. La filosofía en la EG se proyectó como una formación docente y una actividad comprometedora que la condujo a participar de diversos talleres y espacios de formación en distintas ciudades del mundo.
En “Devenir pregunta: Filosofía e infancia entre la escuela y la universidad” Laura Agratti aborda la enseñanza de la filosofía a partir de la pregunta: ¿por qué y cómo fue posible la presencia y permanencia de FcN en la EG? La autora logra contextualizar y conceptualizar su rica experiencia con el proyecto, repasa y analiza el recorrido histórico que permitió su desarrollo a la vez que recorre el camino intelectual de su profesor Guillermo Obiols, quien inauguró los debates y reformuló las propuestas sobre cómo enseñar filosofía en Argentina. El libro muestra los efectos transformadores y emancipadores del proyecto de FcN en la enseñanza de la filosofía, así como su capacidad de modificar las concepciones sobre la misma, generar tensiones sobre los saberes tradicionales que imparte la escuela e impactar en la subjetividad docente. Sin desviar el enfoque de la investigación sobre la práctica de la Filosofía on Niños/as, Agratti se centra en las posibilidades de autotransformación que esta actividad del pensamiento otorga al docente. En su investigación, se percibe la necesidad de elegir un significado amplio y plural de infancia, que incluya tanto el sentido cronológico como el no cronológico del término. De esta manera, Agratti considera que "Filosofía con Infancias" (FcIs) es una expresión que hace visible a todas las personas involucradas en la práctica (docentes y estudiantes), entendiendo el aula como un espacio en el que convergen la infancia etaria y la infancia existencial. Su visión profunda y profunda y detallada sobre el proyecto de FcN en la EG, resalta la importancia de las/os maestras/os filósofas/os en la primera escuela, espacio en donde se inicia la relación con el saber, para que se dé lugar a una educación filosófica que, como identificó Malena, permita conocerse a una/o misma/o y en base a eso mantener una relación con las/os otras/os, con el mundo, con el saber; haciendo preguntas que posibiliten nuevas ideas.