Introducción
El estudio de las elites es relativamente reciente, en el caso de América Latina, y específicamente en Brasil1, iniciándose prácticamente en la década de 1990 (Hofmeister, 2007; Espinoza, 2015). De la revisión de la literatura al respecto se observa que hay pocos estudios o análisis sobre los grupos sociales que han accedido a la educación, sobre todo aquellos que han obtenido sus más altas credenciales profesionales2. Gran parte de los científicos sociales, desde la segunda mitad del siglo XX, han dedicado sus investigaciones a la escolarización de los segmentos populares o pobres, bajo la influencia (exclusiva) de los fundamentos marxistas de clase social.
De cara a esta evidencia, se observa dos argumentos a la hora de estudiar las minorías más escolarizadas que son justificados por las tentativas de entender “[...] para quien están reservadas las más altas posiciones sociales” y para “[...] comprender los procesos de construcción social de desigualdades3 educativas” (Almeida; Nogueira, 2002, p. 7-8).
En esa línea, el objetivo que nos planteamos es establecer un diálogo entre diferentes sociologías - de las élites, del trabajo y de las profesiones - tomando como objeto el análisis empírico del segmento social que posee postgrado - máster y doctorado - en Brasil. El análisis que proponemos se basa mayormente en los datos estadísticos presentados por el Centro de Gestão e Estudos Estratégicos (CGEE) referente al periodo de 2009-2015 mediante variables esenciales como el área de conocimiento del postgrado, sexo, grupo ocupacional y remuneración mensual medio. Los datos estadísticos del Instituto Brasileiro de Geografía e Estatística (IBGE), Relação Anual de Informações Sociais (RAIS) y de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) permitieron también entender la relación de ese segmento social con la población brasileña.
Élites y Desigualdades en Brasil
El termino elite viene del latín eligere y del francés elire que significa escoger o elegir y era utilizado para nombrar productos de calidad excepcional durante el siglo XVII, posteriormente pasó a referirse a las personas que poseían alguna capacidad superior y a los grupos sociales (Bottomore, 1965). En los inicios del siglo XX el concepto fue utilizado por Vilfredo Pareto4 y sirvió para resaltar los diferentes grupos dentro de una sociedad: los gobernantes (la élite) y los gobernados (la masa5). Según Jiménez y Solimano (2012, p. 9), “[...] hay por lo menos dos corrientes de pensamiento sobre las élites que provienen, respectivamente, de la escuela sociológica y la escuela económica”, respectivamente representadas por Charles Wright Mills y por Vilfredo Pareto.
Sobre las acepciones al rededor de ese concepto debemos preguntarnos: ¿Es posible considerar la élite en su sentido singular? ¿Qué se entiende por poder y cómo él es ejercido sobre la masa? ¿La masa es homogénea, desorganizada y acrítica? Esas fueron y siguen siendo algunas de las polémicas existentes a lo largo del siglo XX y que han provocado determinadas (re)elaboraciones del concepto de élite y de su relación con los demás.
Según Boudon y Bourricaud (1993, p. 197), Pareto es uno de los pocos dentro de la Sociología de las élites que argumentó la utilización de su concepto en sentido singular. Por lo tanto, hay una tendencia a considerar que se debe hablar en élites, es decir en su plural, ya que se identifica una heterogeneidad de reconocimientos y pertenencias a una y/u otra. Es decir, un individuo puede diferenciar entre ser reconocido o sentir que pertenece a una o más élites, bajo uno o más criterios - origen social, económico, cargo o posición, merito y/o educación, por ejemplo (Hofmeister, 2007; Espinoza, 2015).
Las élites fueron inicialmente utilizadas en oposición a las clases sociales, pero a lo largo del siglo XX prácticamente esa defensa fue disipada dado que una clase social posee “[...] muchos grupos que pueden estar empeñados en diversos niveles de cooperación, competición o conflicto entre ellos” (Bottomore, 1965, p. 16). En este punto es necesario destacar las palabras de Bottomore (1965, p. 15), cuando ele afirma que el este estudio puedo ser provechoso porque permite conocer “[...] el tamaño de la élite, su número, el relacionamiento entre ellos y con los poseedores de poder político”, y, además, permite identificar “[...] la forma de reclutamiento de sus miembros y el consecuente grado de movilidad social”.
En América Latina aún existe la tendencia de reconocer la pertenencia a una determinada élite “[...] en muchos casos por la procedencia y el poder económico, lo que tiene que ver sobre todo con la distribución desigual de ingreso y rentas. América Latina, como confirman año tras año las estadísticas internacionales, es la región más ‘desigual’ del globo” (Hofmeister, 2007, p. 127).
En caso de Brasil hay una tendencia a considerar que las elites brasileñas son heterogéneas (Riedner; Pereira, 2012). Algunos investigadores y investigadoras se han dedicado a conocer cómo les parecen a las élites el origen de las desigualdades6 y de la pobreza en Brasil y cuál es la responsabilidad de ellas en su disminución. Hay una tendencia a un consenso de que las elites brasileñas ven la pobreza como algo que debería ser resuelto, que ellas no están implicadas y que les parece que tales condiciones deben ser resueltas por el Estado (Reis, 2000; Gimenes; Ripari; Ribeiro, 2013; Silva; Lopez, 2015).
Otro aspecto que merece igual atención se refiere a la capacidad de poder o de autoridad de una élite y, a la vez, si hay y cómo apropiación y sumisión por parte de la(s) masa(s). Es verdad que Pareto y Mosca consideraban la masa como desorganizada y acrítica, condición que puede ser reexaminada si se considerada que las luchas establecidas entre los diferentes es el motor de la historia. De esa manera aunque una élite sea vista como en oposición a la masa, ella debe ser teórica y empíricamente tratada en su perspectiva dialéctica.
Además, hablar en élites es a la vez no solo hablar de su relación con las masas más igualmente considerar que ellas existen en consecuencias de las desigualdades sociales (Bottomore, 1965; Silva; Lopez, 2015). A las élites pertenecen aquellos que fueron elegidos y que se destacan porque son desiguales en relación a los demás. Pero, desigualdad ¿de qué? Para contestar tal respuesta reportarse a la diversidad de criterios de reconocimiento y de pertenencia a las élites, como mencionado anteriormente, y tales criterios derivan de las desigualdades entre los grupos sociales.
Igualmente importante es la (re)producción de la desigualdad que ocurre a partir de la herencia del capital cultural de los padres y sobre todo la desigualdad de riqueza, pues esta es una herencia familiar de posición y de oportunidades (Sánchez Herrera, 2004). Hay que considerar que las personas que pertenecen a los segmentos sociales más favorecidas económicamente suelen obtener más éxitos en sus procesos de escolarización. La corriente analítica que toma este segmento social suele denominarlo como clase acomodada, clase alta o ser considerado como perteneciente a un determinado tipo de élite (Brandão; Lellis, 2003; Nogueira, 2005). En caso de la desigualdad de renta y la desigualdad de riqueza ellas suelen (re)producir a una élite económica u otros tipos de élite. En resumen, las desigualdades económicas generan diferentes trayectorias individuales, de medios de acceso a las oportunidades y de movilidad social.
Entre las diferentes desigualdades, una de las más importantes es la desigualdad de renta, que permite comparar las condiciones sociales de la población. Para Piketty (2014) la desigualdad de renta se puede descomponer en tres términos: la desigualdad de renta del trabajo, la desigualdad de la propiedad del capital y de las rentas que resultan de las dos. La desigualdad de renta de la población brasileña puede ser visualizada a partir de la Tabla 1.
Clases de renta mensual | Año* | |||||
---|---|---|---|---|---|---|
2009 | 2011 | 2012 | 2013 | 2014 | 2015 | |
Hasta 1/2 salario mínimo | 8,0 | 6,9 | 7,8 | 7,3 | 7,4 | 7,2 |
Más de 1/2 a 1 salario mínimo | 17,1 | 16,7 | 17,8 | 16,8 | 17,6 | 18,0 |
Más de 1 a 2 salarios mínimos | 21,9 | 22,5 | 23,2 | 23,5 | 23,3 | 24,1 |
Más de 2 a 3 salarios mínimos | 7,7 | 9,1 | 7,8 | 9,6 | 9,9 | 8,5 |
Más de 3 a 5 salarios mínimos | 6,7 | 6,0 | 7,0 | 5,6 | 6,5 | 6,1 |
Más de 5 a 10 salarios mínimos | 3,9 | 4,1 | 3,6 | 3,8 | 4,0 | 3,9 |
Más de 10 a 20 salarios mínimos | 1,5 | 1,4 | 1,2 | 1,4 | 1,4 | 1,4 |
Más de 20 salarios mínimos | 0,5 | 0,5 | 0,4 | 0,5 | 0,5 | 0,4 |
Sin renta | 31,1 | 30,4 | 29,0 | 29,1 | 27,7 | 29,4 |
Sin declaración | 1,5 | 2,6 | 2,0 | 2,4 | 1,8 | 1,1 |
Total | 100,0 | 100,0 | 100,0 | 100,0 | 100,0 | 100,0 |
Salario Mínimo (R$) | 465,00 | 540,00/ 545,00 | 622,00 | 678,00 | 724,00 | 788,00 |
Fuente: IBGE (2019.
* No hay datos para el año 2010 porque no se hace la encuesta de la PNAD en los años del Censo Demográfico.
A través de los valores por clases de renta presentados, la Tabla 1 indica que casi la mitad de la población brasileña que posee alguna renta mensual recibe hasta dos salarios mínimos. Sobre la suma de las tres primeras clases de renta mensual, el porcentaje varió de 47,1%, en 2009, para 49,2% en 2015. Aun sobre esas clases, se identifica la migración o un movimiento entre ellas, donde la tasa de individuos que reciben hasta la mitad del salario mínimo redujo de 8,0%, en 2009, para 7,2% en 2015, mientras que los porcentuales de las dos clases posteriores avanzaran en el mismo periodo. Para la clase que recibe más de la mitad del salario a 1 salario mínimo, el porcentual pasó de 17,1%, en 2009, para 18% en 2015, y en la misma dirección, la clase de renta que recibe más de 1 a 2 salarios mínimos aumentó de 21,9%, en 2009, para 24,1 en 2015.
Los movimientos pueden ser, en parte, explicados por las políticas de control de la inflación y recomposición inflacionaria del salario mínimo que mantuvieran el poder de compra de las familias. Ese escenario posibilitó la generación de empleo y el aumento del salario real para las familias. Por lo tanto, los factores importantes que también pueden explicar eses cambios de las clases de renta serian los relacionados a los programas públicos de transferencias de renta7, el aumento del nivel de escolaridad y los cambios en el mercado de trabajo (Souza; Carvalhaes, 2014; Paula; Pires, 2017).
Otro aspecto que puede ser considerado se refiere a la constancia de los porcentuales de las clases de renta media mensual en que se podrían encontrar los profesionales con más escolaridad - máster y doctorado -, como será discutido en un apartado más adelante. Es decir, la clase de renta media mensual de más de 5 a 10 a salarios mínimos y la clase de más de 10 a 20 salarios mínimos, donde los porcentuales, en el periodo analizado, presentaron poca alteración.
Cuando comparamos los porcentuales de los años de 2015 con relación al año anterior, los datos presentan que la crisis política y social que empezó en 2014 afectó de manera general la renta de la población. Hubo una disminución porcentual de las personas que cobraban más de dos salarios mínimos, excepto para las personas con renta de más de 10 a 20 salarios mínimos. Los valores fueron dislocados proporcionando el aumento de las personas sin renta y de más de más de medio a dos salarios mínimos.
Sobre el Brasil, en cuanto a primeros años del siglo XXI, se constata que:
Después de un período de expansión (2004-2013), en que la tasa de crecimiento promedio fue del 4,0% [al año], acompañada por un proceso de mejora en la distribución de la renta y la pobreza, se contrajo abruptamente a partir de 2014, una fuerte y prolongada recesión en 2015-2016, con una tasa de crecimiento del PIB promedio negativa en el 3,7%, acompañado de un empeoramiento en varios indicadores sociales (Paula; Pires, 2017, p. 125, traducción nuestra).
Hubo disminución de la desigualdad en Brasil en la primera década del siglo XXI pero desde 2014 el país vive una prolongada y fuerte recesión. Así puesto, el país sigue siendo uno de los más desiguales del mundo.
Élite Académica en Brasil y Profesionales con Postgrado
En el caso de Brasil hay que preguntarse quienes pertenecen a la denominada élite académica, cuáles son sus rasgos y algunas polémicas que hay entorno de su análisis.
Bajo la denominación de élite académica hay dos líneas de investigaciones. Una que se dedica a analizar los alumnos dentro de la enseñanza superior y sus trayectorias escolares y condiciones económicas (Almeida; Nogueira, 2002; Almeida, 2006). Otras investigaciones toman como objeto de análisis los profesionales académicos que actúan en la enseñanza superior o en institutos de investigación (Brandão; Lellis, 2003; Café; Carvalho; Menezes; Oddone, 2011; Carrazco Lopez, 2014; Guimarães, 2019).
Por profesión académica se entiende que puede haber diferentes grupos y que entre ellos se establece una jerarquía. Para Schwartzman y Balbachevsky (1992) hay tres grupos de profesores académicos bien distintos en Brasil con diferentes niveles de formación que actúan en diferentes instituciones y consecuentemente con diferentes vínculos de empleo y salarios. Para los autores son tres grupos que pueden ser caracterizados como: (i) profesores más cualificados con becas de investigación que participan en asociaciones académicas en Brasil y en el exterior, (ii) con cualificación media y producción científica pequeña y (iii) aquellos con baja especialización académica, sin estabilidad, que ministran un gran número de clases y que trabajan en diferentes instituciones - el proletario académico (Schwartzman; Balbachevsky, 1992, p. 18-19).
Los profesionales académicos que pertenecen a la élite académica están adscritos a instituciones de educación superior y a sistemas de investigación dentro y fuera de ellas, siendo “[...] una minoría que intenta incidir en decisiones relevantes e influir en la opinión pública, con lo que estarían cumpliendo con características que permitirían considerarles como académicos de élite” (Carrazco Lopez, 2014, p. 87). Es decir, es un profesional con determinada formación académica y que ejerce determinada influencia sobre los demás. Nos preguntamos cuál es el papel de la formación académica y cómo se establece o se identifica la relación de poder de esa minoría. Suelen considerar que sus miembros poseen postgrado, preferencialmente doctorado, y que presentan tres características: actúan en los medios de comunicación, pertenecen a un sistema de investigadores y a instituciones de educación superior de prestigio (Carrazco Lopez, 2014, p. 18). Las personas son también consideradas como parte de las élites culturales o de las élites de intelectuales.
Tales características de los profesionales de la élite académica nos remeten a la explicación de Bourdieu (1994) sobre la configuración del campo científico. Para él, tal campo
[…] es siempre el lugar de una lucha más o menos desigual entre los agentes desigualmente provistos de capital específico, por lo tanto en condiciones desiguales para apropiarse del producto del trabajo científico (y también, en ciertos casos, de los beneficios externos tales como las gratificaciones económicas o propiamente políticas) que producen por su colaboración objetiva, puesto que el conjunto de competidores ponen en juego el conjunto de medios de producción científicos disponibles (Bourdieu, 1994, p. 144, énfasis del autor).
Las argumentaciones de Bourdieu (1994)8 son extrapolables a la actualidad y muy pertinentes para entender los procesos de evaluación profesional de profesores e investigadores académicos y la lucha por el monopolio de la competencia científica a lo largo del siglo XXI en diferentes países. Bourdieu considerara que la elite académica de profesores es heterogénea y que ella debe ser analizada a partir da identificación de sus luchas - que consiste en condiciones materiales y simbólicas - que ocurren mediante conflictos y consensos en su interior sino en relación a los diferentes del campo (otras élites o las masas).
Las luchas por la (re)producción de la autoridad científica implican en tener bajo control la prensa, instituciones de financiación de investigación y también las instituciones de enseñanza superior. En cuanto a las instituciones de financiación vienen acompañadas de jerarquías mediante criterios de productividad a partir de títulos de postgrado, experiencia de investigación, de la tipología y calidad de las publicaciones; esto para que haya el permiso de subvención al demandante. En Brasil tomase como ejemplo el Conselho Nacional de Desenvolvimento Científico e Tecnológico (CNPq) que cuenta con la bolsa de produtividade (beca de productividad) (Brasil, 2012) con una jerarquía con tres niveles9 y que tiene por finalidad ser “[...] destinada a los investigadores que se destacan entre sus pares” (Coordenação de Aperfeiçoamento de Pessoal de Nível Superior, 2019).
Otra lucha establecida por la élite académica de profesores ocurre en el interior de las instituciones de la enseñanza superior y se refiere a definición de diferentes políticas académicas, incluso la política interna de formación profesional, y sus relaciones con las entidades corporativas profesionales y con las políticas del gobierno. Tales políticas se destinan a establecer diferencias entre las carreras de grado y, sobre todo, de postgrado (máster y doctorado), en cuanto a la tipología de credenciales, área de conocimiento, número de plazas y criterios de acceso. Basado en tal aspecto se entiende que la enseñanza superior es, a la vez, lugar de cambio y de conservación social interna - para profesores, investigadores o alumnos - y para aquellos que están fuera de ella.
En el año de 2000 la población brasileña que poseía el nivel educativo con estudio finalizados de postgrado era del 0,18% (IBGE, 2003) y en 2010 alcanzó el 0,41% (IBGE, 2012). En 2013 Brasil tenía 7,6 personas con estudios de doctorado por cada 100.000 habitantes, por lo tanto en número de titulados supera exclusivamente a México (4,2) y Chile (3,4) de entre los países pertenecientes a la Organización para La Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Entre 1996 y 2014 había entre la población brasileña 168.143 doctores y 445.562 personas con el título de máster (Centro de Gestão e Estudos Estratégicos, 2016; Galvão et al., 2016).
A partir de datos presentados por el informe del Centro de Gestão e Estudos Estratégicos (2016) entre los años 2009 y 2014 hubo un crecimiento de 35,9% en el número de cursos de de postgrado en Brasil y mantuvo un ritmo creciente año tras año a lo largo del periodo. En el año de 2009 había 2.679 cursos de másteres y 1.422 de doctorados siendo que en 2014 los números evidenciaban, respectivamente, los valores de 4.101 y 2.202. Hubo, respectivamente, un aumento de 35,3% y de 37,4%. Es decir, el número de cursos de doctorado creció más que el de máster. En 2014, había 27 mil personas con el título de máster en Brasil y en 2017 llegó aproximadamente a 50 mil personas.
Los profesionales con máster y doctorado están vinculados mayoritariamente a las instituciones públicas, de la esfera del gobierno brasileño o de los estados10 y que a lo largo del siglo XXI, aunque la actuación profesional en instituciones privadas está expandiéndose. (Centro de Gestão e Estudos Estratégicos, 2016; Galvão et al., 2016). Por lo tanto, “[...] el sector que más empleo para profesionales con máster y doctorado en Brasil es el de las entidades cuya principal actividad económica es la educación, en especial el grupo de enseñanza superior”11, siendo que del sector formaba parte el 75% de los doctores titulados en Brasil entre los años de 1996 y 2014 (Galvão et al., 2016, p. 156).
Un análisis complementario del colectivo de la élite académica se refiere a la identificación de las características personales de su colectivo en cuanto al sexo y color o su localización regional en Brasil. Con relación al sexo de la élite de investigadores brasileños que poseen beca de productividad en el CNPq, específicamente, los datos estadísticos evidencian que, del total de becas distribuidas por año, en 2007 el 33,7% estaban destinadas a las mujeres y en 2015 el porcentual llegó al 35,5%. Aunque hay ocurrido un aumento de becas para las profesionales femeninas, los datos indican que: ¡es una élite mayoritariamente masculina! Si se considera el nivel más alto de la jerarquía de becas, el sénior, en 2015 las becas destinadas a los hombres fueron el 75,8% del total de las distribuidas. Es decir, en cuanto más alta la jerarquía de la élite de investigadores en el CNPq más masculina será.
Los Profesionales con Postgrado: ¿también una élite económica?
Las élites económicas son mencionadas pero no son ampliamente estudiadas en las áreas de economía o ciencias sociales y sobre su utilización hay algunas controversias y consensos (Figueroa; Renteria, 2016; Atria et al., 2017). Para Jiménez y Solimano (2012, p. 7) las élites económicas son compuestas por “[...] una minoría que concentra un alto porcentaje de ingreso nacional, muy superior a su importancia numérica en la población, y que controla una significativa proporción de la propiedad de los recursos productivos de un país”. Además, para ellos, la escuela económica suele considerar tres tipos de élite:
a) elite de talentos (en la innovación tecnológica y la academia), b) elites empresariales básicamente dedicadas a la creación de riqueza productiva; y c) las elites políticas y ponen acento en la dimensión de movilidad internacional de élites en una época de globalización y creciente interdependencia entre países (Jiménez; Solimano, 2012, p. 11).
Tiende a haber un consenso que el término está directamente relacionado a las desigualdades económicas, específicamente sobre la concentración de riqueza resultado de la desigualdad de renta. Según los argumentos de Piketty (2014) sobre los diferentes orígenes de la desigualdad de renta se considerará que la élite económica puede ser heterogénea. Así puesto, puede ser considerada como perteneciente a una élite económica un grupo de trabajadores que cobra altos salarios en relación a los demás y que vive de la renta de su trabajo, las personas que ocupan altas posiciones gerenciales en la economía o los propietarios de un gran capital económico - en caso de este grupo también pueden ser incluidos los empresarios o las elites empresariales.
Por lo tanto, ¿cómo identificar las elites económicas? o ¿quiénes son los ricos y los muy ricos?
Hay diferentes criterios considerados por los institutos que analizan la (des)igualdad en Brasil y en el mundo, condición que nos dificulta precisar tanto teórica como metodológicamente. Algunos consideran la desigualdad entre la población, otros establecen clases a partir de la estratificación social, por ejemplo. Hay economistas que consideran que los ricos equivalen el 5% y los súper-ricos el 1% de la población (Jiménez; Solimano, 2012; Atria et al., 2017). Otros remeten al análisis de la distribución de renta por vivienda, valiéndose del Coeficiente de Gini12 o no, considerándose los extractos A y B como los dos más altos y el C como de la clase media (Jiménez; Solimano, 2012).
Para aclarar al lector/a los criterios que serán considerados, tomase como élites económicas los colectivos de las clases de renta mensual de más de 10 salarios mínimos, el 1,8% (Tabla 1). Se considerará aquí práctica y exclusivamente los grupos de trabajadores en relación a los 98,2% de la población brasileña y no se evidenciará la riqueza de los propietarios poseedores de gran capital. Souza (2016) argumenta que las estadísticas de viviendas realizadas por el IBGE no son suficientes para distinguir los ricos y los super-ricos y que para ambos sería necesario considerar no solo las rentas percibidas sino el patrimonio declarado ante la administración de hacienda, en Brasil denominado de Receita Federal.
Los estudios que analizan las elites económicas dentro de la enseñanza superior, así como en las que se dedican a las elites académicas, contemplan el análisis de los alumnos (Almeida; Nogueira, 2002; Almeida, 2006) y hay otros sobre las trayectorias y condiciones de trabajo de los profesores o investigadores (Brandão; Lellis, 2003).
Almeida (2006) afirma que hay una tendencia a considerar que los alumnos que frecuentan la universidad pública pertenecen a élite económica en Brasil y que hay un uso indiscriminado del término porque ni todo ellos pertenecen a las con más poder económico. Aunque sea institución pública, dependiendo del área de conocimiento, de la cantidad de plazas, del horario de funcionamiento (diurno o nocturno), por ejemplo, considerase que hay carreras universitarias con una demanda mayor de personas provenientes de clases con mejores ingresos que otras. Ristoff (2014, p. 734), a través de análisis de las encuestas del perfil socioeconómico de los alumnos universitarios brasileños, evidencia que son los alumnos de las carreras de medicina, odontología, derecho y psicología que poseen renta familiar mensual de más de 10 salarios mínimos.
Pasando precisamente al análisis de nuestro objeto, destacamos la investigación de Brandão y Lellis (2003). Ellas estudiaron el perfil de los profesores de la enseñanza superior como élites académicas y las estrategias educativas de sus familias utilizándose de metodología cualitativa y cuantitativa en un grupo que formaba parte de una institución de alto prestigio en la ciudad del Rio de Janeiro y presentaba el más alto nivel de titulación universitaria con relación a las demás instituciones de Brasil. Una de las conclusiones de las autoras fue que los profesores no solo pertenecían a la élite académica sino igualmente a la élite económica de Brasil, pues sus ingresos estaban entre los dos grupos más altos según la jerarquía del IBGE (Brandão; Lellis, 2003).
Gran área de conocimiento | Años | |||||
2009 | 2010 | 2011 | 2012 | 2013 | 2014 | |
Total | 8.880,30 | 9.289,81 | 9.263,00 | 9.329,25 | 9.415,02 | 9.719,21 |
Ciencias agrarias | 7.033,83 | 7.652,19 | 7.580,84 | 7.764,32 | 7.799,82 | 8.284,20 |
Ciencias biológicas | 6.488,78 | 6.976,50 | 6.904,80 | 6.956,03 | 6.980,46 | 7.132,06 |
Ciencias de la salud | 8.662,25 | 9.254,08 | 9.217,90 | 9.207,70 | 9.345,01 | 9.324,80 |
Ciencias exactas y de a tierra | 8.711,64 | 9.024,78 | 9.107,79 | 9.296,44 | 9.462,82 | 10.157,84 |
Ciencias humanas | 6.748,32 | 7.154,86 | 7.131,51 | 7.190,48 | 7.304,49 | 7.661,03 |
Ciencias sociales aplicadas | 12.543,19 | 12.698,10 | 12.552,54 | 12.524,11 | 12.453,20 | 12.429,33 |
Ingeniarías | 10.632,98 | 11.084,67 | 11.175,68 | 11.364,65 | 11.647,89 | 12.387,19 |
Lingüística, letras y artes | 5.798,54 | 6.303,40 | 6.307,11 | 6.364,10 | 6.491,81 | 6.821,97 |
Multidisciplinar | 8.110,91 | 8.541,50 | 8.530,37 | 8.576,49 | 8.556,64 | 8.903,16 |
Fuente: CGEE (2016). Elaborado a partir del Coleta Capes 1996-2012 (Brasil, 2012) y Plataforma Sucupira 2013-2014 (Capes, 2019) y RAIS 2009-2014 (Brasil, 2014).
* Según el informe del CGEE fue considerada como remuneración mensual de cada individuo la suma de las remuneraciones recibidas en todos los vínculos de empleo durante el mes de diciembre bajo análisis, pero excluye el 13º. Salario o paga extra.
Sobre la remuneración media mensual de los profesionales con máster, los datos presentados pelo CGEE (Tabla 2) indican que a lo largo del periodo 2009-2014 hubo un progresivo aumento, aunque tenga ocurrido una ligera disminución en el año de 2011 con relación al valor del año anterior. Por lo tanto, considerándose el año inicial y el año final del periodo hubo una ganancia de 9,4% sobre la remuneración. Las Ciencias Sociales fue el área que a lo largo del periodo prácticamente mantuvo el mismo valor, incluso con una pequeña perdida en 2014 con relación al valor de 2019. Las áreas con mayor ganancia en sus remuneraciones a lo largo del periodo considerado fueron los profesionales de ingenierías y los de ciencias exactas y de la tierra, ambas áreas con el 16% de ganancia entre los años de 2009 y 2014.
Comparando la renta mensual media de la población brasileña (Tabla 1) con remuneración de los profesionales con máster (Tabla 2), en 2014 la remuneración mensual media de una persona con titulo de máster era de R$ 9.719,21 siendo que el sueldo mensual medio de la población brasileira era de R$ 1.774,00 y el salario mínimo mensual de R$ 724,00. Es decir, la media mensual se equivalía a aproximadamente 13 salarios mínimos. En 2014, en conformidad con los datos del IBGE, el 1,4% de la población brasileña cobraba más de 10 a 20 salarios mínimos.
Por lo tanto, si nos basamos en los datos del informe del CGEE, sobre el valor de la remuneración media de profesionales con máster o doctorado hay diferencias no solo si se considera el área de conocimiento sino el tipo de naturaleza jurídica de la institución de trabajo, el sexo, el color, el tiempo de obtención del título y la región brasileña. En cuanto a la naturaleza jurídica, una de las conclusiones fue que:
La categoría de empleadores que pagaba, en el año de 2014, la más elevada remuneración mensual media era a de las empresas estatales (R$14.834,00) […]. Los profesionales con máster de la administración pública federal aparecían en segundo lugar en la escala de los mejores remunerados y cobraban, en aquel año, R$12.572,00. Todas las demás categorías pagaban remuneraciones debajo de la media de todos los profesionales con máster (R$9.719,00), siendo la categoría de empleadores clasificados como personas físicas la que pagaba la más baja remuneración, apenas R$3.901,00 (Centro de Gestão e Estudos Estratégicos, 2016, p. 208, traducción nuestra).
En cuanto a los profesionales que poseían el titulo de doctorado (Tabla 3), sobre los valores medios de 2009 a 2014, la tendencia fue de un aumento progresivo, el 59% de ganancia a lo largo del periodo. Hubo más ganancia para los profesionales con doctorado que los con el título de máster. Los profesionales doctores del área de ciencias sociales aplicadas tuvieron un aumento de 40% sobre su remuneración mensual, diferente de los profesionales con máster que mantuvieron prácticamente el mismo valor a lo largo del periodo. Además, si comparamos con otras áreas, los doctores en ciencias sociales aplicadas fueron aquellos que obtuvieran la más alta remuneración y los de lingüística, letras y artes la más baja.
Gran área de conocimiento | Años | |||||
2009 | 2010 | 2011 | 2012 | 2013 | 2014 | |
Total | 8.702,55 | 10.641,05 | 11.176,63 | 11.696,46 | 12.749,29 | 13.860,86 |
Ciencias agrarias | 8.345,03 | 10.560,57 | 11.123,31 | 12.339,36 | 13.008,15 | 14.163,75 |
Ciencias biológicas | 8.038,97 | 9.923,44 | 10.319,47 | 10.942,13 | 11.927,52 | 12.920,48 |
Ciencias de la salud | 8.708,19 | 10.405,34 | 11.008,62 | 11.426,89 | 12.443,91 | 13.386,12 |
Ciencias exactas y de a tierra | 8.312,73 | 10.421,17 | 10.894,12 | 11.321,23 | 12.595,00 | 13.953,15 |
Ciencias humanas | 8.116,82 | 10.124,92 | 10.601,91 | 10.904,99 | 11.957,03 | 13.086,77 |
Ciencias sociales aplicadas | 11.425,34 | 13.124,58 | 13.770,56 | 14.150,11 | 15.152,97 | 16.029,91 |
Ingeniarías | 9.450,17 | 11.563,67 | 12.176,04 | 12.634,92 | 13.968,58 | 15.327,95 |
Lingüística, letras y artes | 7.333,08 | 9.328,91 | 9.869,73 | 10.221,33 | 11.461,10 | 12.622,96 |
Multidisciplinar | 8.719,23 | 10.254,53 | 10.723,56 | 11.186,23 | 12.089,20 | 13.180,08 |
Fuente: CGEE (2016). Elaborado a partir del Coleta Capes 1996-2012 (Brasil, 2012) y Plataforma Sucupira 2013-2014 (Capes, 2019) y RAIS 2009-2014 (Brasil, 2014).
* Según el informe del CGEE fue considerada como remuneración mensual de cada individuo la suma de las remuneraciones recibidas en todos los vínculos de empleo durante el mes de diciembre bajo análisis, pero excluye el 13º. Salario o paga extra.
En cuanto a la comparación con los salarios de la población brasileña en el año de 2014, las remuneraciones más alta y más baja entre los profesionales de todas las áreas de conocimiento se equivalían, respectivamente, a los valores entre 21 y 17 salarios mínimos. Es decir, los doctores representaban el 1,8% de la población brasileña que cobraban eses valores.
Sobre la remuneración media de los doctores según la naturaleza de la institución, la constatación fue de que:
Los doctores empleados por las empresas estatales cobraban, en el año de 2014, la más elevada remuneración media (R$19.400,00) [...]. Los doctores empleados en la administración pública federal aparecían en segundo lugar en la escala de los mejores remunerados y cobraban, en aquel año, R$ 15.556,00. Las demás categorías pagaban remuneraciones menores que la media de todos los doctores (R$13.861,00), siendo la categoría de los empleadores clasificados como personas físicas las que pagaban la más baja remuneración, apenas el R$4.080,00 (Centro de Gestão e Estudos Estratégicos, 2016, p. 228, traducción nuestra).
Si se considera la remuneración media más alta y más baja en las diferentes áreas de conocimiento, los profesionales con máster o doctorado pertenecen a una élite económica brasileña. Sus remuneraciones mensuales medias si localizan entre más de 10 salarios mínimos, el equivalente a 1,8% de la población brasileña. Por lo tanto, se considerara que es un grupo muy heterogéneo de cara a la existencia de una jerarquía de remuneración en el mercado de trabajo en consecuencia, entre otras, del tipo de naturaleza de la institución empleadora. Los profesionales con máster o doctorado que cobraban en el año de 2014 el R$4.000,00, perteneciendo a la denominada clase media o el 6,1% de la población brasileña. No debemos olvidarnos de los profesionales con máster y doctorado desocupados13 que figuraban en 2009 el 1,7% y en 2015 el 3,2%, según los datos de la Pesquisa Nacional por Amostra de Domicilios (PNAD) (IBGE, 2019).
Como afirma Piketty (2014) parte de las desigualdades sociales de los individuos provienen de la propiedad del capital y sus ingresos. Como la mayoría de los doctores en Brasil son oriundos de los seguimientos de clase A y B, su remuneración es sólo uno de los varios factores en la perpetuación del círculo vicioso de las desigualdades de ingreso en el país. La renta proveniente del trabajo refuerza las desigualdades sociales en la medida en que las diferencias salariales, incluso en instituciones de enseñanza superior, persisten.
Los profesionales portadores del título de máster o doctorado en Brasil están ubicados mayoritariamente en la enseñanza superior. El número de universitarios en el país tuvo un incremento del 31% entre 2009 y 2014. El Censo de Educación Superior en Brasil, de 2017 (Brasil, 2017), demuestra que el aumento de estudiantes fue mayor en las instituciones privadas. En la distribución entre instituciones la mayoría de los profesores doctores están en las universidades públicas mientras la mayoría de los profesores con máster están en las instituciones de enseñanza superior privadas.
Otra variable importante para explicar las desigualdades de ingreso entre los profesores es la desarmonía interna en las instituciones de enseñanza superior en relación a la remuneración. Parte de los profesores de estas instituciones poseen vínculo laboral precario, por lo tanto con salarios menores sumados a restringidos derechos laborales. Además, el hecho de ser oriundo de una élite económica y también perteneciente a la élite académica confiere al profesor doctor un status social reforzador de las desigualdades históricas vigentes en Brasil. La expansión de la enseñanza superior para las camadas medias de la sociedad a partir del inicio del siglo actual desplazó en parte el estatus social de la persona que poseía exclusivamente la carrera universitaria para las camadas de profesionales con máster o doctorado.
El vínculo de trabajo, si en instituciones públicas o privadas, influye significativamente en los salarios de los profesionales portadores de títulos de máster o doctorado. El promedio salarial de los profesionales del sector público es muy superior en relación a los mismos profesionales del sector privado. Las condiciones de trabajo y las propias funciones desempeñadas en cada grupo, público o privado, también son diferentes. Tradicionalmente las instituciones públicas de educación superior trabajan la tríada enseñanza, investigación y extensión. Al tiempo que las instituciones de educación superior privadas actúan básicamente con la enseñanza, salvo raras excepciones.
Consideraciones Finales
Los estudios sobre las élites año tras año muestran una tendencia que es la de que muy pocas investigaciones hay al respecto, sobre todo con relación a las diferentes élites económicas en Brasil. Las dificultades encontradas para la realización de este articulo han sido del orden teórico y especialmente porque se reveló como un desafío metodológico. Hay diferentes concepciones de élite o élite económica, aspecto que implica en escoger un criterio de clasificación económica de la población que mejor se adecuaba al análisis de la élite académica.
Uno de los problemas metodológicos se debe al hecho de que los datos que han sido presentados estaban todos basados en la media mensual. Pero suele decir en estadística de que cuando se habla de salario no es recomendable que se use la media y si la mediana. Eso porque la media es fuertemente influenciada por la presencia de valores extremos mientras la mediana tiende a ser poco afectada por los valores de salarios fuera del patrón. De cara a esta evidencia, si tenemos un valor mucho mayor la media igualmente saldrá mayor, ocurriendo consecuentemente un análisis superestimado. Una vez que ha sido identificada una heterogeneidad en las remuneraciones el análisis estadístico de la media suele engañar las conclusiones sobre la realidad.
Específicamente sobre los datos se llega a la conclusión que las personas con postgrado pertenecen a una elite académica, puesto que representan solamente el 0,50% de la población brasileña. A pesar de la crítica al uso del tipo de estadística para el análisis de la remuneración media, tales profesionales mayoritariamente ser clasificados dentro de la población con mayores niveles de renta y considerándolos como población rica o extractos A y B, su condición nos permite afirmar que pertenecen también a una élite económica. Por lo tanto, identificamos la existencia de una heterogeneidad de remuneraciones abajo y encima de la media mensual en consecuencia de las diferentes titulaciones, área de conocimiento e institución de ocupación. Además, sería necesario analizar la forma de actuación de las variables sociodemográficas tan relevantes como el sexo, el color, el tiempo de obtención del título y la región brasileña sobre la remuneración de los profesionales, aspectos que no hemos contemplados en este articulo, y que también interfieren en su condición de pertenecer o de transitar entre los extractos de renta.
Las dificultades encontradas por el individuo para alcanzar niveles elevados de enseñanza en Brasil, como el máster y doctorado, hacen que este segmento social sea reducido en términos numéricos y altamente escaso en el mercado de trabajo, formando así una de las principales élites económicas del país.