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Revista Estudos Feministas

Print version ISSN 0104-026XOn-line version ISSN 1806-9584

Rev. Estud. Fem. vol.31 no.1 Florianópolis  2023  Epub Jan 01, 2023

https://doi.org/10.1590/1806-9584-2023v31n183210 

Artículos

Las protestas del orgullo LGBTIQ+ en escenarios locales mexicanos

LGBT+ Pride Protests on Local Mexican Stages

Os protestos do orgulho LGBTIQ+ em cenários locais mexicanos

Ericka López Sánchez1 
http://orcid.org/0000-0001-9929-5942

Emanuel Rodríguez Domínguez2 
http://orcid.org/0000-0003-3679-2479

1Universidad de Guanajuato, Departamento de Estudios Políticos y de Gobierno, Guanajuato, Gto., México. 36000 - sacademica.ddpg.cgto@ugto.mx

2Universidad Nacional Autónoma de México, Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, Ciudad de México, CDMX, México. 41000 - antrologia@politicas.unam.mx


Resumen:

Las marchas LGBTIQ+ en México han trascendido los escenarios asentados en las zonas metropolitanas más importantes de este país, para celebrarse en pequeños enclaves municipales. Mediante la selección de cuatro marchas municipales que derivan de un estudio más amplio que analizó las movilizaciones acontecidas en 2019, la propuesta aquí presentada da cuenta de la conformación de un circuito nacional de protesta que acontece en diversas partes de la República Mexicana durante los 365 días del año. El circuito construye dinámicas oscilantes entre los nodos que conforman cada una de las movilizaciones, y pese a que cada contexto posee características sociopolíticas particulares, la porosidad de las fronteras territoriales, simbólicas, sonoras y políticas de las localidades hace que espacios aparentemente disímiles se encuadren en sentidos de lucha festivos-carnavalesco, conmemorativos de remembranza o de protesta.

Palabras claves: Marchas del Orgullo LGBTIQ+; Circuitos de Protesta Nacional; Sensorialidad y Política; Conmemoración y Protesta; Encuadres de Lucha Local

Abstract:

The LGBTIQ+ pride marches in Mexico have transcended the large stages settled in the most important metropolitan areas of this country, to be held in small municipal enclaves. Through the selection of four municipal marches deriving from a more extensive study that analyzed the mobilizations occurred in 2019, the proposal presented here accounts for the formation of a national protest circuit taking place in various parts of the Mexican Republic during the 365 days of the year. The circuit builds oscillating dynamics between the nodes that make up each of the mobilizations; even though each context has particular socio-political characteristics, the porosity of the symbolic, sound, and political territorial borders of the localities make seemingly dissimilar spaces framed in a festive-carnival fight, commemorative of remembrance or protest senses.

Keywords: LGBTIQ + pride marches; National protest circuits; Sensoriality and politics; Commemoration and protest; Local fight frames

Resumo:

As marchas do orgulho LGBTIQ + no México transcenderam os grandes palcos armados nas áreas metropolitanas mais importantes deste país, a serem realizadas em pequenos enclaves municipais. Através da seleção de quatro marchas municipais que derivam de um estudo mais amplo que analisou as mobilizações ocorridas em 2019, a proposta aqui apresentada dá conta da formação de um circuito nacional de protesto que ocorre em vários pontos da República Mexicana durante os 365 dias do ano. O circuito constrói dinâmicas oscilantes entre os nós que compõem cada uma das mobilizações, e, embora cada contexto tenha características sociopolíticas particulares, a porosidade das fronteiras territoriais, simbólicas, sonoras e políticas das localidades faz que espaços aparentemente díspares se enquadrem em sentidos de lutas festivo-carnavalescas, comemorativas de lembrança ou protesto.

Palavras-chave: Marchas do Orgulho LGBTIQ+; Circuitos Nacionais de Protesto; Sensorialidade e Política; Comemoração e Protesto; Quadros de Luta Locais

Introducción

El presente artículo se desprende de una investigación más amplia1 que analizó las protestas del Orgullo LGBTIQ+2, acontecidas durante todo el año de 2019 en los entornos subnacionales y municipales de México. Este seguimiento permitió detectar que las marchas del Orgullo no se constriñeron sólo al mes de junio, ni únicamente sucedieron en las grandes ciudades3, pues éstas transcurrieron durante los 365 días del año y aparecieron hasta en las localidades más pequeñas del país. Por ello, se propuso la categoría de un circuito nacional de protestas, el cual se encuentra conformado por al menos 73 marchas que aparecen de manera oscilante en sus tonalidades, sonidos, prácticas y huellas diferenciadas que deja cada una al irrumpir en el espacio público. Esta oscilación fue un primer indicador para determinar la existencia de convergencias y divergencias en las prácticas de lucha implementadas por las personas de las diversidades sexuales y de género, ya que los nodos del circuito tienen cierta porosidad en sus fronteras y encuadres de protesta al compartir utilería, consignas, sonoridad y significaciones políticas en los momentos de cierre o de clausura, los cuales permiten interpretar el sentido político que toma cada una de estas manifestaciones.

Retomamos cuatro casos representativos de los sentidos oscilantes del circuito nacional de marchas que fueron documentados de manera detallada, mediante entrevistas y registros audiovisuales, con el objetivo de presentar un análisis de las prácticas de protesta local del Orgullo LGBTIQ+.4 Se analizan: una marcha celebrada en un centro metropolitano cercano a la capital del país (Toluca); dos marchas acontecidas en una región conservadora como el Bajío5, pero con dinámicas sociales y económicas diferenciadas (como es el caso de Silao y Querétaro); así como la desarrollada en un entorno con alta población indígena y fuerte presencia de turismo nacional e internacional (Valladolid).

De manera inicial, en este trabajo se expone el entramado teórico-conceptual y los antecedentes históricos que guían el análisis de las acciones colectivas de las personas LGBTIQ+. Posteriormente, se puntualiza el origen bajo el cual emergen las marchas del Orgullo. Ambos debates dan pauta para caracterizar a nivel sociopolítico y económico los contextos donde se desarrollan las movilizaciones. De manera complementaria, se presentan las particularidades de cada marcha desde sus formas de aparecer en el espacio público, las improntas de sus liderazgos, la sonoridad que construyen, el contenido de sus consignas, sus lógicas comunitarias, entre otros elementos. Todo lo anterior constituyen los insumos necesarios para explicar los encuadres que guían las protestas y encontrar puntos divergentes y convergentes que permitan establecer el sentido político de las marchas, lo que, a su vez, da forma al circuito nacional de protesta LGBTIQ+ y permite identificar los sentidos oscilantes dentro del mismo.

En el análisis de las prácticas de protestas aquí presentado, se ponderaron algunos elementos que se consideran como residuales en los estudios clásicos de la acción colectiva, enfocados tradicionalmente al actuar estratégico de grupos sociales de obreros y campesinos. Es el caso de las marcas sensoriales que deja la manifestación, en particular su sonoridad. Estas huellas permiten flexibilizar la forma rígida con la que se estandarizan sus acciones, lo que permitió identificar marchas cuyas prácticas eran monolíticas en sus formas de interacción y marchas en donde predominan acciones porosas o compartidas con otros nodos del circuito nacional de protesta.

Cuerpos disidentes y espacio público en las protestas LGBTIQ+

Las prácticas de protesta de las personas LGBTIQ+ se articulan a partir de la irrupción de sus cuerpos en el espacio público. La intención de esta aparición reside en retar el orden social descorporizado, que permite sólo una enunciación discursiva, pero no da lugar a la aparición del cuerpo en la dinámica pública o la otorga bajo ciertas condicionantes que no alteren la estética de la corporalidad occidental que se ha instaurado como hegemónica (Gustavo A. ENRÍQUEZ; Cecilia MARTÍNEZ, 2016). El orden implementado por la modernidad se cimenta en ciudadanías abstractas despojadas de sus cuerpos y los referentes económicos, culturales y políticos inscritos en los mismos. Las personas de las diversidades sexuales y de género aparecen desde la materialidad corpórea negada, cuestionando la ciudadanía hegemónica que apela a cuerpos occidentales con sesgos clasistas, racistas, capacitistas, cisgénero, heterosexuales y racionales. Principalmente, trastocan la moral conservadora que busca anular el deseo, el erotismo, la sexualidad e impone un orden “natural” inamovible basado en el “sexo verdadero” (Sofía ARGÜELLO, 2014).

La acción colectiva de las personas LGBTIQ+ reta tanto al orden político, como a la moral social, delineados a partir de los imperativos de una biopolítica (Michel FOUCAULT, 1983) basada en el binarismo, la reproducción, la familia heterosexual y la construcción del género vinculado a los genitales (Cristina LÓPEZ, 2014). El espacio público que demandan las personas de la disidencia sexual y de género cuestiona las arquitecturas corporales instituidas por el régimen de poder, asociadas con la distribución de lugares como formas de disciplinamiento. En este sentido y según Michel Foucault (1998), las anatomías políticas de la modernidad ordenan a los sujetos en el espacio, distribuyen lugares, nombres y funciones, y este ordenamiento resulta, en sí mismo, una reducción del espacio social y se constituye en tanto régimen policial con la finalidad de anular la posibilidad de resistencia y el antagonismo (Álvaro SEVILLA, 2014, p. 209).

El between bodies que se forma cuerpo a cuerpo (Judith BUTLER, 2011) en el espacio público a partir de las multitudes LGBTIQ+ manifestantes pone en entredicho el significado de lo público porque refuta la configuración y significado del espacio preexistente (SEVILLA, 2014, p. 209). Las prácticas de protesta de las diversidades sexuales y de género denuncian, entre otras muchas cosas, el origen excluyente de la democracia liberal, al evidenciar la falacia de la igualdad tanto en la esfera pública, como en el reconocimiento ciudadano (Iris Marion YOUNG, 1998; Nancy FRASER, 1993), pues la condición ciudadana se supedita a la propiedad privada, categorías raciales, funcionalidad corporal, imperativos cissexistas y heterosexuales, entre muchos otros requisitos que atraviesan el cuerpo. Las personas LGBTIQ+ salen a las calles a denunciar la invisibilización que les hace el poder y les obliga a vivir en el abyecto social (BUTLER, 2011). Denuncian que el Estado tiene sexo y género y que el marco legal, las instituciones y la política pública se orientan bajo esos marcos de comprensión (ARGÜELLO, 2014).

Las luchas de las diversidades sexuales y de género demandan su existencia en el espacio público y la materia prima de estas protestas será su cuerpo. Estas luchas en su origen no emergen con una agenda explícita sobre demandas materiales concretas, sino que apelan a repensar el marco de inteligibilidad del orden corporal y sexual en el campo de la acción política, por lo que las protestas de estas poblaciones, así como las de las feministas, tienen profundos puntos coincidentes que trascienden las demandas ideológicas de izquierda-derecha o socialismo-capitalismo. Son luchas que trastocan los arbitrios que se han hecho al cuerpo, al sexo, al género desde la racionalidad que implementó la modernidad negando la comprensión holística del sujeto, que al ser cuerpo no puede ser sólo mente, sino que también es la suma de sus sentidos sensoriales y las vivencias encarnadas (Ana Lidia DOMÍNGUEZ; Antonio ZIRIÓN, 2017).

Las luchas desde el cuerpo, al igual que las que se enuncian desde las cuestiones identitarias, ponen en jaque el dogma del sujeto cartesiano y justo por eso se convierten en las protestas más incómodas para el status quo (Ericka LÓPEZ, 2021). La estrategia para neutralizarlas será la desatención, bajo el argumento de que hay otras agendas prioritarias y no las basadas en el libertinaje, el placer, el deseo. La satanización que existe del cuerpo desde la iglesia, la filosofía y la moral cívica harán factible los desprecios por esta lucha (y todas aquellas) que se enuncia desde el cuerpo (Elsa MUÑIZ, 2010).

Contextos nacionales e internacionales de emergencia de las luchas LGBTIQ+

Las movilizaciones de Stonewall en 1969 marcaron un hito en las protestas internacionales de las personas de las diversidades sexuales y de género que demandaban tratos dignos, estar y existir en el espacio público, frenar las vejaciones sufridas por el aparato policiaco vigilante de la moral conservadora, y tener derecho a establecer relaciones sexo-afectivas de manera libre. Estas protestas iniciadas en la ciudad de Nueva York marcaron el inicio de la salida a las calles de las personas LGBTIQ+, cuya esencia ontológica de sus demandas empataron con los movimientos feministas también en auge para esos años (Leo BALISTRIERI, 2019).

México no quedó exento de estas movilizaciones y la acción colectiva que acontecía de manera clandestina empezó a aparecer en las calles bajo el resguardo de los activismos de izquierda, que venían cuestionando el régimen político desde 1968. Fue en 1979 la primera marcha del Orgullo, que salió a disputarle al régimen heterosexual y cissexista la emblemática Avenida Paseo de la Reforma de la Ciudad de México, pero, como sería lógico para la moral de esa época, su trayecto fue desviado por calles aledañas a la arteria central de la ciudad, aunque ello no evitó el precursor quiebre que estos cuerpos hicieron a la arquitectura cis y heteronormada de la capital del país (SECRETARÍA DE CULTURA, 2019). Esta marcha articuló corporalidades masculinas con expresiones de género femeninas, así como mujeres lesbianas masculinizadas y otras identidades más difíciles de definir en el marco de comprensión de la época, lo cual desestabilizó a los cuerpos “normales” y la idea de derechos vinculados a la noción de ciudadanía.

Las movilizaciones LGBTIQ+ surgieron con gritos de protesta diferentes a lo que se escuchaba en los contextos de tensión socialismo vs capitalismo o izquierda vs derecha, fueron indignaciones surgidas del agotamiento del modelo de la sociedad conservadora parsoniana, mediante la demanda por la liberación sexual que dislocaba el orden binario heterosexual y enunciaba dicha liberación como un derecho político asociado, en consecuencia, a la idea de ciudadanía (Ericka LÓPEZ; Emanuel RODRÍGUEZ, 2020). Así, lo personal es político cuestionará la forma en que el Estado entonces tuvo (y sigue teniendo) incidencia velada pero contundente en los deseos eróticos de la población en aras de alimentar y fortalecer la “célula de la sociedad”: la familia monogámica heterosexual (Ericka LÓPEZ; Tzintli JUÁREZ, 2020). La aparición y los gritos colectivos de lucha son una primera huella vivencial de la disputa por el espacio público. Cada consigna gritada en esta atmósfera sonora autoritaria y conservadora irrumpió como un sonido, sólido y agudo, que daba cuenta de otras realidades las cuales exigían ya no quedar confinadas a lo privado:

¡No es delito, no es una enfermedad, no es producto de la inmadurez emocional!

¡La policía fuera de mi cama!

¡En mi cama mando yo!

¡Alto a la represión de homosexuales y lesbianas!

¡No hay libertad política, si no hay libertad sexual!

¡Por un socialismo sin sexismo!

¡Nadie es libre hasta que no seamos libres todos! (SECRETARÍA DE CULTURA, 2011)

El movimiento de liberación sexual demandaba una forma diferente de repensar lo humano, alejada de los imperativos biologicistas que disciplinan el cuerpo, que lo generizan a partir de genitales y determinan roles y estereotipos en clave binaria perfectamente bien definidos e innegociables. Una nueva lucha se suma a todas las que surgieron en las décadas de los sesenta y setenta del siglo XX, que, al centrarse en el tema tabú del cuerpo y el sexo, se leyeron como prácticas de libertinaje que atentaban contra los valores de la sociedad. Estos marcos interpretativos de comprensión dieron pauta a percibir la salida a las calles de las personas LGBTIQ+ como carnavales de lo absurdo. Ante el reto de mirar hombres afeminados o mujeres machorras, la sociedad conservadora pasó del escándalo a la diversión. El Orgullo con el que emergieron a las calles las personas de las diversidades sexuales y de género como símbolo de redignificación, tras siglos de estar confinadas a la vergüenza y la culpa, fue transformado como un derroche de lógicas sin sentido que atenuaban a la moral trastocada (Jordi DIEZ, 2011). No obstante, el orgullo fue el sentimiento político que impulsó su salida a las calles, su visibilidad, sus gritos de denuncia, su activismo y una parte de ellas, ellos y elles empezaron a buscar cargos de representación popular, sin renunciar a poner como eje de lucha a sus cuerpos diversos (LÓPEZ; RODRÍGUEZ, 2020).

En México, a partir de 1979, empezó la tradicional marcha anual del Orgullo gay celebrada en el mes de junio como remembranza a los hechos violentos de Stonewall. Al paso del tiempo, la marcha anual creció no sólo en multitud - hoy en día el contingente ronda en el medio millón de personas-, sino en la conformación de la visibilización de más identidades disidentes, más allá de hombres gay y mujeres lesbianas. También empezaron a parecer pequeñas marchas en otras ciudades importantes del país e incluso en enclaves municipales y locales donde era impensable que acontecieran. Hoy se celebran marchas en buena parte del territorio nacional durante todo el año, pues, al sumarse más sitios, el mes de junio no alcanza para la conmemoración. Las costumbres, creencias, encuadres políticos y sociales de cada localidad, así como sus historias de lucha, matizan a las marchas del Orgullo, que también van adquiriendo diversos nombres. No todas se llaman igual ni visibilizan de la misma manera a las identidades disruptivas al sexo y al género hegemónicos.

Las marchas del Orgullo y sus escenarios locales

Las marchas del Orgullo tienen una condición espaciotemporal que abarca todo el territorio nacional los 365 días del año. Esto ha generado en México un circuito nacional de protestas, donde cada enclave local dota de características particulares a la marcha en función de los contextos sociopolíticos en los que se desarrolla la protesta, la tradición de lucha particular de cada lugar y las improntas de quienes irrumpen en el espacio público. Se utilizan cuatro ejemplos de marchas representativas de las prácticas de protesta LGBTIQ+ acontecidas en los entornos locales de tres regiones del país, con el objetivo de dar un panorama de las particularidades y los elementos compartidos en cada movilización. Para la región centro se retomará el caso de la marcha de Toluca en el Estado de México; en la Región Bajío se desarrollarán las marchas de Querétaro y Silao en Guanajuato; y en la región sureste se expondrá la marcha de Valladolid en Yucatán.

Fuente: Elaboración propia con información de trabajo de campo

#PraTodoMundoVer: La imagen representa el mapa territorial de México con delimitaciones estatales. Hay cuatro círculos de diferentes tamaños que indican el número aproximado de manifestantes en cada marcha analizada. Los dos más pequeños corresponden a las marchas “La diversidad nos une” en Silao de la Victoria, Guanajuato, y “#YUCATÁNENDESACATO, #TUHOMOFOBIANOPARAMILUCHA” en Valladolid, Yucatán, ambas con menos de 100 asistentes. El círculo mediano concierne a la marcha “AmoresunionQro, en Querétaro, Querétaro, a la que asistieron 500 personas aproximadamente. El último círculo de mayor tamaño simboliza una asistencia de entre mil y dos mil quinientas personas a la marcha “XV Marcha LGBTTTIH” en Toluca, Estado de México

Mapa 1 Número de manifestantes en cuatro marchas LGBTIQ+ de México 

Cada marcha posee sus propios rasgos, pues las condiciones geográficas, políticas, sociales y culturales acotan las protestas del Orgullo. Si bien hay elementos compartidos en todas ellas que las hacen formar un circuito nacional de protestas poroso, cada una conserva los significados de la localidad donde emergen. Al analizar una de las marchas que acontecen en la región centro, se pretende destacar las claras diferenciaciones que esta movilización tiene con relación a la megamarcha de la Ciudad de México. En tanto, las marchas del Bajío se tornan peculiares por los fuertes rasgos conservadores que prevalecen en esta región. La movilización de Valladolid en la zona sureste del país guarda el atractivo de ser un “Pueblo Mágico” con alta afluencia de turismo internacional y fuertes anclajes en el pueblo originario maya.

Primer nodo del circuito: XV marcha LGBTTTIH. Toluca, Estado de México. 10/08/2019

El enclave de Toluca, en su carácter de capital del Estado de México, ha tenido un auge industrial y económico significativamente importante. Por su ubicación geográfica, tiene estrecha relación económica y política con la Ciudad de México. Es la capital de un estado donde existen municipios con altos índices de violencia, inseguridad, desapariciones forzadas y feminicidios que han generado indignación y la demanda de que se activen las alertas de género (Israel DÁVILA; Rubicela MORELOS, 2021)6. Toluca está compuesta por un perímetro de zonas contradictorias, con espacios conurbados donde residen tanto grupos de nivel socioeconómico alto (clase empresarial), como asentamientos donde predominan la pobreza y la falta de infraestructura urbana para el desarrollo de una vida digna.

El activismo LGBTIQ+ que convocó a la marcha es un colectivo apegado a los hábitos cívicos de la sociedad civil. En el cartel se enfatizaron las formas “correctas” de protestar: una movilización apartidista, libre de consumo de alcohol, ciudadana e incluyente. La marcha del Orgullo toluqueña se enunció por la defensa de la ecología y se exhortó a las personas participantes a ir vestidas de color verde. Pero, su aparición “políticamente correcta” se vio desbordada por la presencia de mujeres feministas lesbianas, mujeres transfeministas y hombres trans provenientes de municipios conurbados a la capital mexiquense que tienen altos índices de violencia. Estos contingentes llegaron a alterar el mensaje friendly de protesta y establecieron un grito de denuncia e indignación por los diversos crímenes de odio. Su grito transgresor de alto a los asesinatos y a la indolencia de la gente frente a éstos contrastó con los cantos memorizados que fueron entonados uniformemente por quienes convocaron a la marcha. En su trayecto, la movilización dejó ver dos narrativas contradictorias en este enclave de protesta: la coexistencia y enfrentamiento de activismos gobernados al tratar de encajar en lo políticamente correcto, y los activismos periféricos que, dados los olvidos institucionales, tienen prácticas disruptivas y confrontativas.

Con una afluencia de entre 1.000 y 2.500 personas, la quinceava marcha del Orgullo de Toluca se sumó al circuito nacional de protesta LGBTIQ+. Derivado de su porosidad, compartió elementos con otras marchas. Además, por su cercanía a la Ciudad de México, guardó los matices multitudinarios y la festividad carnavalesca de las movilizaciones que acontecen en las grandes megalópolis, lo cual se puede observar en los carros alegóricos, la presencia de marcas locales y de vendedores ambulantes que ofertan souvenirs, entre otros elementos. Esta protesta, como muchas otras que suceden en el país, se cobijó en el discurso de la sociedad civil, que dentro de los marcos democráticos media entre la sociedad y el Estado (Jean COHEN; Andrew ARATO, 2000), para garantizar una logística correcta y legal en todo el trayecto de la marcha, la impronta de este cobijo hizo que la manifestación adoptara narrativas de defensa inapelables, como la ecología y los derechos humanos. Al respecto, vale la pena citar el siguiente testimonio:

Desde hace ya tres años la marcha ha ido evolucionando, hemos tenido mucha apertura, muy buena captación, la sociedad toluquense y la sociedad mexiquense ya está abierta al tema LGBT, los únicos temas que hemos tenido ahí es uno que otro grupo conservador que está en contra de lo que nosotros exigimos en materia de Derechos Humanos, pero de ahí en fuera hemos tenido muy buena aceptación (…) Hemos tenido muy buena aceptación por parte de los colectivos de muchos otros municipios en el Estado de México, estamos bien contentas y bien contentos de que respondieron muy bien a las invitaciones, de que vinieron de municipios muy lejanos (…) nosotros somos una asociación 100% ciudadana y nosotros generamos los ingresos para poder tener todo esto, no hay patrocinio (Entrevista realizada a presidenta del comité organizador de la marcha de Toluca, 10/08/2019).

Algunas marchas suceden en el marco de activismos locales que poseen diferentes características en las que se pueden ubicar los activismos gobernados, los transgresores y los de la sociedad civil. La movilización toluqueña emergió bajo un activismo articulado en las lógicas de los derechos inapelables, a los que nadie se puede oponer, es el caso del discurso de los derechos humanos. Este hecho atenuó la tensión política que pudo generar la aparición en las calles de las personas LGBTIQ+, porque el mensaje con el que pretendió aparecer fue desde un discurso friendly que no confronta a la autoridad ni a los imperativos morales de la sociedad local. El discurso de las personas organizadoras de la marcha buscó un blindaje a las disidencias para poder aparecer en las calles disminuyendo el riesgo de agresión y deambular en los planos de lo aceptable. Este mensaje fue trastocado con la llegada de activismos transgresores.

Sea festiva o transgresora, la marcha se inserta en una atmósfera sonora (DOMÍNGUEZ; ZIRIÓN, 2017). Parte elemental de esta atmósfera fue la auralidad de la música artificial, percusiones y los gritos de protesta de las voces individuales y colectivas de las, los y les manifestantes (Virginia MORALES, 2015). Para el caso de Toluca, en el primer elemento destacó la música que se emitió desde las consolas y bafles que reproducían las melodías de las cantantes íconos de la diversidad sexual y de género (Gloria Trevi, Dulce, Yuri, entre otras), así como música electrónica característica de los antros y ritmos pegajosos que incitan al baile (ritmos pop en español e inglés; reggaetón y música electrónica, principalmente). En el segundo estuvieron tambores, timbales y güiros ejecutados por un pequeño grupo. Finalmente, el grito de protesta de la marcha emergió bajo consignas conformadas de pequeñas frases repetidas colectivamente que tuvieron una rima y un contenido político de denuncia. Es importante decir que el grito de protesta que se generó en la movilización toluqueña estuvo a cargo del contingente transgresor que dislocó las formas correctas de enunciarse.

Gritos de consignas apegadas a las buenas formas:

¡Educar y respetar para no discriminar!

¡Queremos matrimonio y queremos libertad, por eso todos juntos salimos a marchar!

¡Menos closet más amor!

¡Los padres se preguntan ¿sus hijos dónde están? Estamos en la marcha del Orgullo estatal!

Gritos de consignas que dislocan la sonoridad disciplinada:

¡Señor, señora, no sea indiferente, se matan a transexuales en la cara de la gente! ¡Señor, señora, no sea indiferente, se matan a lesbianas en la cara de la gente!

¡No somos uno, no somos cien, pinche gobierno cuéntanos bien! ¡Ole, ole, ole, ole soy gay, soy gay!

¡Alerta, alerta, alerta que camina la lucha feminista por América latina! ¡Y tiemblen y tiemblen y tiemblen los machistas que América latina será toda feminista!7

Las marchas LGBTIQ+ documentadas también están compuestas de diversas etapas en su recorrido que van constituyendo mensajes. Unos serán más climáticos que otros, pero particularmente en este tipo de movilizaciones el cierre revela el sentido político que orienta a la manifestación: ya sea festivo-carnavalesco o conmemorativo-transgresor. La marcha de Toluca se caracterizó por clausurar el trayecto de sus contingentes en la Plaza de Los Mártires, sede de los poderes estatales y locales, así como de la Iglesia Católica, con un festival que aglutinó la participación artística de las personas de las diversidades sexuales y de género. Esta marcha fue posible gracias a las gestiones de la organización CODISEM, A.C ante las autoridades estatales y municipales de Toluca; cabe mencionar que en los mensajes de cierre no estuvo presente ninguna autoridad de los gobiernos estatal o municipal. Al reflexionar sobre el recorrido y el acto de cierre, una activista comentó lo siguiente:

El recorrido se ha ido modificando con los años, primeramente se planteó como una mini marcha de ocho personas que recorrieron solamente la calle de Morelos hacia esta plaza, y posteriormente, ya que ha crecido el número de asistentes a la marcha hemos tratado de cubrir puntos estratégicos, sobre todos los portales de Toluca en los que se encuentran más personas, y por supuesto llegar aquí [señala Palacio de Gobierno], que es en donde están asentados los poderes, tanto municipal como estatal (Entrevista realizada a activista en el marco de la marcha de Toluca, 10/08/2019).

Segundo nodo del circuito: “La diversidad nos une. Tercera marcha de la diversidad sexual”. Silao de la Victoria, Guanajuato. 01/06/2019

Históricamente, Silao ha sido el centro de abastecimiento comercial para pequeños y medianos locatarios de municipios circunvecinos. En el despunte del auge económico del Bajío, forma parte del corredor industrial del estado de Guanajuato que alberga grandes complejos manufactureros del ramo automotriz. Su raigambre histórica como polo comercial de mayorista y minoristas, así como su impronta industrial de las últimas décadas, ha permeado sus dinámicas sociales que transitan entre los estilos de vida tradicionales y las lógicas de los grandes centros urbanos. En la sociedad silaoense prevalece una moral conservadora anclada en una férrea historicidad judeocristiana. Por lo que se entiende que su marcha del Orgullo sea muy joven, tercera edición, y tenga una atmósfera sonora caracterizada por música de fiesta, sin la escucha de consignas e incipiente aparición de pancartas, resguardando el cuerpo dentro de los autos y agradeciendo a las autoridades el apoyo para realizar la manifestación.

Las personas que encabezan la marcha de Silao mostraron alianzas y alineamientos con las estructuras políticas locales, tal como lo muestra el siguiente testimonio:

Esta marcha es el cierre de nuestra serie de actividades que tuvimos durante el mes de mayo, hay que recordar que el día 17 de mayo es el día nacional de la lucha contra la homofobia y tuvimos diversas actividades en las cuales la administración del Licenciado Toño Trejo [alcalde de un partido de derecha] nos patentó su compromiso de seguir trabajando en políticas públicas a favor de la diversidad sexual, es la primera vez que en la historia del municipio de Silao que un partido, como lo es [el Partido] Acción Nacional, apoya abiertamente a la diversidad sexual (Entrevista realizada a miembro del comité organizador de la marcha de Silao, 01/06/2019).

Otras marchas en su trayecto marcan un ritmo de protesta y este casi siempre tiene la intención de incomodar. En tanto, la de Silao buscó causar las menos incomodidades posibles. La movilización se celebró un sábado, justo el día en que la zona centro tiene su mayor auge comercial, pero la sonoridad de quienes se manifestaron encajó perfectamente en el ruido de las bocinas, los anuncios comerciales y los gritos de las personas vendedoras. La marcha fue un escaparate que amenizó el día de compras, pues las figuras centrales y visibles de la movilización fueron mujeres trans disfrazadas de personajes femeninos populares mexicanos. Cada movimiento de ellas era acompañado por aplausos, arengas verbales de la sociedad silaoense que miraba el tránsito de la marcha, en algunos casos desde las sillas postradas a las afueras de sus casas.

La movilización de Silao se caracterizó por la manifestación al interior de automóviles que fungieron como resguardos de las identidades disidentes a la hetero y las cisnorma. Al no ser una marcha multitudinaria que garantizara el anonimato, aglutinó a menos de 100 personas, los carros suplieron el acuerpamiento masivo a la identidad, el aparecer público significó “un estoy aquí, pero sin que sepas quién soy”. La manifestación de Silao respondió más a una inercia de integrarse al circuito nacional de protestas LGBTIQ+ en su gramática conmemorativa-carnavalesca, que a una práctica de denuncia que dislocara las lógicas conservadoras sexuales y de identidad de género. Aún no tiene la capacidad de conformar contingentes ni de reunir de manera visible a las diversas identidades LGBTIQ+. Cabe señalar que fueron los hombres gay quienes se resguardaron en los autos, las mujeres trans lo hicieron tras disfraces que generaron simpatía con el público espectador y no desde una expresión femenina que interpelara y pudiera causarles ofensas y agresiones.

Además de la música festiva que con ritmos pegajosos invitó al baile y a la algarabía (merengue, cumbia, reggaetón), llamó la atención la ausencia de gritos de consignas en su paso por las calles de Silao. Finalmente, el recorrido cerró en la Plaza Principal de Silao con un show enunciado por los organizadores (todos hombres gay) como una “celebración” o “festejo” de índole “familiar” donde diferentes mujeres trans imitaron a cantantes mexicanas emblemáticamente populares como Marisela.

Tercer nodo del circuito: #AmorEsUnionQro. Tercera marcha del Orgullo, Querétaro, Querétaro. 15/06/2019

El contexto socioeconómico de Querétaro resalta por su alto nivel de crecimiento económico, mayor a la medida nacional, así como por su impronta cosmopolita que ha propiciado un elevado nivel de gentrificación y expansión urbana. Esto ha tenido implicaciones en los estilos de vida de la sociedad queretana, anclados más en las dinámicas de consumo de clases medias con rasgos globales. Sin embargo, en los márgenes de estos anhelos cosmopolitas persisten y resisten poblaciones indígenas apegadas a sus formas de vida originaria, las cuales serán comercializadas en los entornos citadinos con fines de atracción turística. Los empleos generados por la llegada de la industria nacional e internacional han propiciado una migración interna y transnacional hacia este enclave estatal, lo cual ha promovido transformaciones a las dinámicas comerciales y urbanas tradicionales, conformándose pequeños y medianos comercios basados en lógicas del emprendedurismo y de lo “socialmente responsable”. Muchos de esos pequeños o medianos negocios se caracterizan por estar lidereados por personas activistas de diversas luchas, como la defensa de los derechos de las personas LGBTIQ+.

En Querétaro se ha conformado una sociedad civil que se posiciona frente a la defensa de derechos, pero desde las formas marcadas por los modelos liberales capitalistas. En consecuencia, sus manifestaciones no serán desde la transgresión, sino desde la conciliación y la gobernanza política que reúne al gobierno, la sociedad civil y el empresariado (Mario BASSOLS; Cristóbal MENDOZA, 2011; COHEN; ARATO, 2000). La marcha #AmorEsUnionQro fue encabezada por pequeños y medianos empresarios que tienen sus negocios en zonas del Centro Histórico de Querétaro, quienes enarbolaron su movilización bajo la demanda: “mismos impuestos mismos derechos”. Estas movilizaciones no enfocaron su crítica a la transformación del núcleo de la estructura de exclusión, sino que demandaron simplemente insertarse dentro de ésta para acceder a los derechos que gozan los cuerpos y trayectorias de vida heterosexuales y cisgénero reconocidos por las hegemonías políticas y económicas. Sobre la intencionalidad de la marcha, uno de los organizadores comenta:

El objetivo de esta tercera marcha, precisamente es llegar a la sociedad en general, no nada más al colectivo LGBT, es que la sociedad en general apadrine el movimiento, que la sociedad pueda estar presente también ahí, como lo platiqué hace un momento, nos dimos cuenta el año pasado que gran parte de las personas que asistían a la marcha no eran LGBT, que eran familias, que eran niños, que eran abuelitas, etcétera, que apoyaban a sus miembros de familia LGBT, y eso nos hizo brincar la chispa y decir “bueno es que realmente amor es unión”, es por eso que nuestro eslogan este año es unión, nosotros por amor (Entrevista realizada a organizador de la marcha de Querétaro, 16/06/2019)

Bajo este sentido cívico-empresarial, la marcha salió a las calles del centro histórico queretano agrupando alrededor de 500 personas, desde una visibilidad que paradójicamente incomodó a la sociedad, pero no trastocó a los poderes hegemónicos locales. Esto se hace tangible con la presencia de contingentes empresariales. Las consignas si bien fueron confrontativas, siempre se enunciaron bajo el cuidado de buenas formas expresivas, evitando las palabras altisonantes. La logística del evento se desarrolló desde lo artístico-cultural. Existió un patrocinio y apoyo directo de empresas para facilitar la infraestructura de los actos de cierre de la marcha. El apego a las formas cívicas del ejercicio ciudadano posibilitó las gestiones con el gobierno local y el sector empresarial, a partir de lógicas de gobernanza y no desde el asistencialismo. Sin embargo, la presencia pública de las autoridades locales es nula y únicamente se le otorga un breve espacio en el acto de clausura a la rectora de la Universidad Autónoma de Querétaro y a un legislador y una legisladora pertenecientes a una minoría de oposición en el Congreso Local, quienes realizaron una breve intervención. La dinámica del acto de clausura mostró a las “redes” de la sociedad civil mediante las cuales buscan implementar una gobernanza que se alinea y respeta las formas de la democracia liberal. Al respecto, conviene citar el siguiente testimonio:

El gobierno pues sí terminó siendo un obstáculo porque nos fue frenando ciertas ayudas, cosa que bueno, no nos detuvo, nosotros buscamos la forma tanto con iniciativa privada, como con conocidos, de tener esas ayudas que necesitábamos (baños públicos, ambulancia, servicio de basura, paramédicos, etcétera). Por fin pudimos conseguir que el gobierno nos pudiera facilitar el Jardín Guerrero, pero iniciativa privada nos apoyó con templetes y sonido, luz, etcétera. Entonces creo que fue un poco triste ver que te acercabas a diferentes dependencias de gobierno y se te cerraban las puertas automáticamente cuando decías que era para cuestión de la marcha, es más, nosotros hicimos la extensión a los 25 diputados del estado de Querétaro (…) realmente nosotros exigimos a nuestras autoridades que tomen cartas en el asunto por algo que se llama Derechos Humanos (Entrevista realizada a organizador de la marcha de Querétaro, 16/06/2019).

A nivel performativo, la marcha LGBTIQ+ queretana tiene muchos puntos coincidentes con las que ocurren en las megalópolis, hubo un making off por parte de las, los y les participantes en donde se produjo su imagen para exponerla tanto en la marcha, como en sus redes sociales digitales. La música y las coreografías estuvieron presentes en los contingentes; aunque por el entorno patrimonial en donde se desarrolló la movilización, en su trayecto no estuvieron presentes grandes carros alegóricos y, a diferencia de otras marchas, las mujeres trans no fungieron como personajes de entretenimiento y diversión.

La atmósfera de la sonoridad estuvo marcada por la iniciativa individual de cada grupo o persona a lo largo del trayecto de la marcha, algunos contingentes utilizaron pequeñas bocinas para amenizar su recorrido y entonar canciones características del Orgullo, otres entonaron consignas y gritos enmarcados en las demandas, las cuales más que transgredir persiguen una interlocución con los poderes locales. En contraparte, algunas voces disidentes emergieron esporádicamente, aunque no trastocaron las buenas formas de protesta que impuso la mayoría de los contingentes, al buscar encajar en una protesta desde la lógica de la sociedad civil. En el recorrido de la marcha, destacaron las siguientes consignas:

¡Juana de Arco le dijo a la virgen, no seas closetera, no seas closetera, no seas closetera vamos a perrear!

¡Ahora que estamos juntas, ahora se va a poder, abajo el patriarcado se va a caer, se va a caer!

¡No somos uno, no somos cien, mira gobierno, cuéntanos bien!

¡Esta marcha no es de fiesta, es de lucha y de protesta!

¡Impuestos iguales, derechos iguales!

El acto de clausura fue un festival artístico que se llevó a cabo tras el lanzamiento de una convocatoria de participación a las personas de las diversidades sexuales y de género. En el cierre celebrado en el Jardín Guerrero, ubicado en el Centro Histórico, participaron diversas personas LGBTIQ+ mediante coreografías de tango, danza aérea, voguing, canto y, entre cada número artístico, se presentó un apartado del pliego petitorio; cada punto fue leído por una persona representante de cada identidad disruptiva a la hetero y la cisnorma.

Cuarto nodo del circuito: #YUCATÁNENDESACATO, #TUHOMOFOBIANOPARARÁMILUCHA. Quinta marcha por la diversidad sexual, Valladolid, Yucatán. 29/06/2019

El enclave de Valladolid tiene la etiqueta de “Pueblo Mágico”, que busca comercializar turísticamente la cultura, el patrimonio y los recursos naturales. Detrás de esta fachada, Valladolid guarda fuertes rezagos sociales, económicos y políticos, y según datos de la Secretaría de Desarrollo Social, tiene un índice de marginalidad de grado medio. Su economía depende totalmente del turismo, lo que potencializa el empleo informal. Este lugar mantiene dinámicas paradójicas en su vida cotidiana al tener una fuerte presencia indígena, pero también un gran arribo de turistas. Esta presencia entreteje lógicas tradicionales con lógicas globales que reconfiguran los imaginarios de la sociedad local de acuerdo con los marcos de interpretación foránea, lo que da pauta a la conformación de un discurso desde la sociedad civil instaurado en los derechos humanos desarraigados de las dinámicas identitarias locales.

La protesta de Valladolid destaca la presencia de una sociedad civil local que utiliza un marco interpretativo basado en el discurso global de los derechos humanos. Este marco disloca las exigencias encarnadas, generando demandas sin arraigo identitario bajo una gramática de corte asistencialista, en donde todos los integrantes de la sociedad civil pueden encabezar cualquier lucha, pues el objetivo es reivindicar su carácter de “buen ciudadano” en la defensa de los derechos humanos, la cultura de la paz, el medio ambiente, o cualquier otra lucha posmoderna. Este énfasis asistencialista y de buen comportamiento cívico no trastoca las lógicas excluyentes y conservadoras de Valladolid, incluso encuentran un punto de convergencia en la “buena moral”, por lo cual la gente de la comunidad sale a la calle y coloca sus sillas para ver pasar la marcha, como si se tratara de un espectáculo de fin de semana.

La quinta marcha LGBTIQ+ en Valladolid congregó a menos de 100 personas. Fue organizada por un hombre gay cis y una mujer académica cis heterosexual, y acuerpada por un conjunto de juventudes cis heterosexuales. Esta protesta del Orgullo se caracterizó por el liderazgo de la sociedad civil heterosexual y cisgénero, que lo mismo sale a defender la cultura de la paz que a los pueblos indígenas de Valladolid, por lo que estos cuerpos aliados tuvieron que vestirse y uniformarse utilizando camisetas blancas con la leyenda: “soy heterosexual y apoyo la igualdad”. En efecto, al tiempo que se desmarcaron públicamente de pertenecer a la diversidad, se colocaron como una sociedad civil generosa y empática hacia los “grupos vulnerables”. En las narrativas registradas entre una de las aliadas que organiza la marcha se reafirma esta actitud:

Como maestra y activista por los derechos humanos, me parece sumamente importante que las personas que tienen otra orientación sexo-genérica sean visibilizadas, sean reconocidas y se apropien de este movimiento. Yo seguiré invirtiendo mi tiempo, mi esfuerzo, mi dinero incluso, pero me gustaría mucho que sean más personas, aquellas que están desde su casa reprimidas, silenciadas, las que se apropien de la construcción de esta lucha y salgan a ocupar las calles de mi ciudad (Entrevista a organizadora de la marcha de Valladolid, 29/06/2019).

Las personas de las diversidades sexuales y de género quedaron neutralizadas en el trayecto de la marcha. Esta desactivación política fue notoria en las atmósferas que se generaron, pues desde la sonoridad el grito de consigna fue casi nulo, al igual que el uso de pancartas. Entre las pocas consignas que se gritaron, fueron:

Alerta, alerta, alerta que camina, la diversidad sexual por América Latina.

No somos cuatro, no somos diez, Felipe Cervera cuéntanos bien.8

Estos gritos de protesta no sonaron más de diez veces. El recorrido por las diversidades sexuales y de género de Valladolid concluyó en la Plaza Central en un templete desde donde se escucharon los breves discursos de la académica organizadora (mujer cis-hetero), un hombre travesti de Mérida, el hombre gay-cis organizador y luego vino el show de mujeres trans.

Fuente: Elaboración propia con base en datos de trabajo de campo

#PraTodoMundoVer La imagen anterior es un collage con las imágenes de 4 marchas. Del lado superior izquierdo se encuentra la movilización de Toluca, en donde se aprecia la vanguardia del contingente que tuvo más de mil personas. En la esquina superior derecha está la marcha de Silao, sobresalen los organizadores y personas invitadas que encabezan la marcha, una mujer trans y un hombre que sostienen un banderín con la leyenda “La diversidad nos une”. La imagen de la parte inferior izquierda, expone el contingente que encabeza la marcha de Querétaro, en la que se distinguen muchas personas con banderas del orgullo y una manta con la leyenda “Querétaro LGBTI Orgullo es unión”. En la esquina inferior derecha se aprecian dos personas que asistieron a la marcha de Valladolid, quienes sostienen una manta grande y colorida con la leyenda “Marcha por la diversidad sexual” y al fondo, un carro alegórico y más gente.

Imagen 1 Marchas de Toluca, Silao, Querétaro y Valladolid 

Los encuadres de protesta en el circuito nacional de movilizaciones LGBTIQ+

Cada nodo de protesta posee sus particularidades en función del contexto sociopolítico que le hacen enmarcarse en un ámbito de lucha situado del cual se impregna la movilización del Orgullo LGBTIQ+. A pesar de estas especificidades, los nodos tienen puntos de encuentro en el circuito nacional de protestas que conforman convergencias y divergencias en los casos analizados. Nodos de las grandes urbes tienen puntos convergentes entre sí, sin importar el número de edición de la marcha, mientras que nodos de localidades más pequeñas con rasgos conservadores son afines entre ellos. En este sentido, las marchas LGBTIQ+ de Toluca y Querétaro emergen desde un encuadre basado en una acción colectiva respaldada y liderada por una sociedad civil alineada que, así como negocia derechos frente a los gobiernos locales y estatales, también establece alianzas con el empresariado con el objetivo de gestionar una gobernanza local que genera armonía, matizando las desigualdades causadas por el sistema económico-político y afianzando el andamiaje democrático liberal. Derivado de este encuadre, los cierres de estas marchas comparten sentidos políticos; ambos son artísticos-disruptivos y con pronunciamientos políticos que interpelan al gobierno municipal y estatal, así como a la propia sociedad local.

Otro encuadre compartido por las marchas de Querétaro y Toluca lo constituye la sonoridad derivada de la atmósfera de protesta. En el transcurso de las marchas se escuchan consignas compartidas que recuperan las formas “adecuadas” de la protesta en el marco de ser una movilización emanada de la “sociedad civil”. Por su composición heterogénea, sucedida en grandes urbes, en la movilización también destacan voces disidentes que enarbolan gritos de consigna que dan visibilidad a posturas feministas y transfeministas. Es una sonoridad que desarmoniza las voces que demandan espacios para negociar derechos mediante decibeles que denuncian la realidad violenta cotidiana que atraviesan las trayectorias de vida de las personas LGBTIQ+. La sonoridad de ambas marchas no es uniforme, ello refleja los diferentes sentidos de lucha y orgullo que aparecen en cada una, más allá de los objetivos planteados por las personas que las organizan.

La convergencia de activismos entre las diversidades sexuales y de género que se integran a las marchas y los propios sentidos políticos que se construyen permiten una visibilización mayúscula de las identidades L-G-B-T-I-Q+, con lo cual se dislocan las hegemonías de los hombres gay-cis como frecuentemente ocurre. En las movilizaciones de Querétaro y Toluca hay una visibilización de mujeres lesbianas cis, y mujeres trans, estas últimas no necesariamente estuvieron presentes para divertir al público espectador. Se puede identificar que estos nodos urbanos de gran envergadura son propicios para hacer notar y escuchar las identidades sexuales y de género, frecuentemente opacadas por lo homosexual, entendido también como gay.

Por su parte, las marchas de Silao y Valladolid comparten sentidos sociopolíticos similares: contextos pequeños, conservadores, aunque ambos nodos distan mucho en sus niveles de desarrollo socioeconómico. En Silao no hay un activismo LGBTIQ+ que confronte el orden social-político municipal, es decir, los líderes de la marcha emplean estrategias disciplinadas al poder local; no es gratuito que en la marcha las personas resguarden su identidad dentro de sus autos. La marcha LGBTIQ+ en Silao estuvo encaminada a divertir y entretener a la gente en aras de promover un “ambiente familiar”, lo que impidió que interpele directamente a la comunidad con su aparición en las calles de la ciudad. En Valladolid se ha conformado una sociedad civil acorde a las lógicas de los derechos humanos comercializables. La manera de aprehender este discurso de defensa y reivindicación de derechos no atraviesa los cuerpos, sino las narrativas posmodernas de defensa del medio ambiente, el amor, los pueblos originarios, la cultura de la paz, entre otras. Este tipo de activismos filantrópicos, aunado a un contexto fuertemente conservador, ha debilitado la formación política de las poblaciones LGBTIQ+ vallisoletanas, por lo que en la marcha del Orgullo son ellas las grandes ausentes, y aparecen preponderantemente cuerpos heterosexuales cisgénero que tutelan a esas personas en sus luchas y salen a sensibilizar a la sociedad local.

Durante los trayectos de las marchas de Silao y Valladolid, las identidades desdibujan su sentido transgresor de denuncia para aparecer más en un tono de entretenimiento. Prueba de ello es que en esas marchas, las familias sacan sus sillas para ver el “desfile cívico” y reciben a los contingentes como una ruptura al aburrimiento cotidiano. En cuanto a los actos de clausura, estos adquieren en consecuencia la semántica de festivales familiares, y sus pronunciamientos pasan desapercibidos o son inexistentes.

La sonoridad de ambas marchas es la música pegajosa que invita a bailar al público espectador, combinado con canciones de las cantantes íconos de las diversidades sexuales y de género -detalladas líneas arriba en la descripción de cada marcha-. En Valladolid aparecen tambores tocados por personas heterosexuales y cisgénero, que se identifican tras las playeras que les uniforman y les distinguen como personas que no son parte de las diversidades sexuales. Este tipo de sonoridad relaja el ambiente, hace su aparición menos confrontativa e incluso entretiene, generando respuestas como algarabías del público espectador, bailes y gritos de ánimo. En correspondencia con estos contextos conservadores de escasa conformación activista LGBTIQ+, la identidad predominante es las de los hombres gay y la aparición de las mujeres trans como actoras de reparto que dan estética a la marcha o diversión.

Sentidos oscilantes de protesta en el circuito nacional de movilizaciones LGBTIQ+

Los encuadres de los cuatro nodos permiten conocer las oscilaciones festivas y de protesta que se generan en las marchas del Orgullo LGBTIQ+ y que forman parte del circuito nacional de protesta. Referir al orgullo puede connotar un sentimiento festivo de algarabía, a un sentimiento de remembranza y conmemoración, o bien a la constitución de la protesta desde la digna rabia. Así como uno de estos sentidos puede predominar o ser el único presente en una marcha, también hay casos donde todos emergen en los recorridos que realizan las personas por las calles centrales o los barrios tradicionales de un municipio. Desde una perspectiva integral, todos se encuentran en una oscilación constante que da forma a un mosaico de prácticas de protesta. Esto es consecuencia de la reapropiación que cada localidad hace del Orgullo, en consonancia con los tipos de activismos que prevalecen. Así, activismos más gobernados buscan mantener las estructuras y subirse al tren de la historia cis y heterosexista; mientras que activismos más disruptivos pretenden descarrilar el tren y conformar otros mundos posibles desde la vida digna (Michael LOWY, 2003).

Los activismos que organizan la marcha en Toluca y Querétaro son gobernados, no porque sólo estén alineados a los poderes estatales, sino porque incorporan en sus estrategias acuerdos con los actores económicos. No confrontan el orden liberal ni a la democracia, por el contrario, aspiran a ser personas reconocidas dentro de estas dinámicas. Pero el predominio de un encuadre liberal es trastocado por el carácter metropolitano de los enclaves que albergan la protesta, ya que las fronteras que delimitan a la marcha se hacen porosas, lo que permite la entrada de activismos periféricos con una matriz disruptiva en su actuar público; estos activismos transgresores no pretenden encajar en las agendas del Estado o del mercado, sino que persiguen descarrilar el tren de la historia mediante rupturas a los órdenes hegemónicos. La confluencia de estos activismos hace que las marchas mantengan una oscilación festiva, conmemorativa y de protesta en sus trayectos por el espacio público municipal.

Los activismos que organizan la marcha de Silao van acordes al contexto conservador que identifica a este enclave, su actividad está caracterizada por una alineación al poder local, cuya política es mantener las lógicas de la familia tradicional. En este sentido, el activismo LGBTIQ+ de este municipio se adapta a la conservación de su núcleo social para aparecer con discreción, respeto y escasa incomodidad en las calles del centro de la ciudad. Existen ciertas analogías entre la dinámica político-social de Silao con su marcha, es decir, es una movilización pequeña, con una naciente lucha LGBTIQ+, genera poca afluencia que ni siquiera potencia a la conformación de contingentes, esto le da una forma monolítica o amurallada que no da pauta a la entrada de activismos disruptivos que seguramente existen en la localidad. Dadas estas condiciones, el sentido político que se conforma en esta marcha es de un orgullo festivo carnavalesco sin oscilaciones.

En el caso de Valladolid, los sentidos políticos de la marcha quedan definidos por el protagonismo que toman las personas heterosexuales organizadoras de la marcha, quienes despolitizan la aparición pública de las personas LGBTIQ+, al imponer sus impulsos didácticos enmarcados en el discurso de una sociedad civil filantrópica que defiende los derechos humanos. Si bien es cierto que hay una empatía, ésta se construye desde la frontera de los otres, a quienes no se les cuestiona desde el régimen heterosexual y cissexista, por lo que no aparecen en la marcha activismos encarnados. Esto produce de igual manera un sentido del Orgullo basado en la festividad, en lo carnavalesco que escasas veces da chispazos de protesta.

Reflexiones finales

Aunque los nodos de las movilizaciones LGBTIQ+ son diversos y geográficamente pueden estar lejanos, al estar insertos en las lógicas del circuito nacional de protesta comparten un tiempo y un espacio que les vincula en la conformación de encuadres y sentidos políticos. Esto hace que en sus itinerarios se mantenga un carácter poroso derivado también de los flujos de tránsito entre cada uno de los puntos que lo conforman. Son diversos los elementos y rasgos que se comparten y dan forma al circuito nacional de protesta, pero uno de los que más llama la atención es la atmósfera sonora que configuran cada una de las marchas. Desde la escucha se puede dar cuenta de los sentidos políticos festivos-carnavalesco, conmemorativos de remembranza o de protesta y, al mismo tiempo, de los encuadres que enmarcan las acciones de lucha en cada uno de los enclaves municipales en donde irrumpen o aparecen las personas LGBTIQ+ para visibilizarse y hacerse escuchar.

Mediante su sonoridad, cualquier movilización que sale a demandar algo permite saber qué tanto interpela al poder estatal o a su sociedad, cómo toca a sus participantes y público espectador y qué huellas deja en el espacio público. Desde la audibilidad de las luchas se pueden interpretar las marcas sonoras que deja una movilización, tanto en las arquitecturas locales, como en las personas que viven la marcha, ya sea como manifestantes o como público espectador. La sonoridad es política y permite entonces descifrar significados para robustecer explicaciones de la acción colectiva.

Así como el circuito nacional de protestas posee una sonoridad festiva, conmemorativa o de protesta ligada a sus estructuras sociopolíticas y económicas, los análisis de este artículo dan cuenta de cómo el desarrollo económico del enclave, los tipos de activismo y las dinámicas sociales, por mencionar algunos elementos, conforman sonidos singulares y compartidos para cada lugar.9 La ausencia o presencia de gritos de consigna dice mucho, pero también se hace necesario saber qué dicen dichos gritos, porque justo ahí estarán las huellas de luchas pasadas y futuras, la influencia que tienen de otras movilizaciones, como las feministas o las de los pueblos originarios. Enclaves conservadores mantienen una sonoridad particular que es muy recatada y discreta en la emisión de consignas, no así en la música pegajosa bailable de moda. Aquellos donde imperan lógicas globales, como el turismo, se caracterizan por otros sonidos. Los grandes centros urbanos en donde acontecen otras manifestaciones tienen una sonoridad propia del ritmo acelerado y conflictivo que les imprime su carácter metropolitano, el sonido que se construye es menos uniforme y aunque exista la directriz de lanzar gritos de consigna desde las buenas formas, esto es imposible de mantener dada la llegada de contingentes disidentes que trastocan la disciplina sonora que se desea implementar.

En contextos de movilización más pequeños, donde impera la vigilancia de la comunidad, el anonimato de salir a marchar se anula, las prácticas de protesta tienen menor probabilidad de ser oscilantes, es decir, de ir de lo festivo-carnavalesco a la remembranza de protesta o viceversa. En los enclaves con tradiciones de lucha recientes, las marchas se constituyen como espacios monolíticos, lo cual no da cabida a otras formas de aparecer en las calles que no sea desde la fiesta con matices carnavalescos o de desfiles cívicos, como fueron los casos de Silao y Valladolid. Las marchas que suceden en las metrópolis tienen mayor propensión a fisurar su sentido político original pues, como se ha mencionado, la llegada inesperada de contingentes de zonas aledañas y lejanas construyen otros sentidos que pueden ser más disruptivos, como aconteció en Toluca y Querétaro.

Las marchas del Orgullo guardan diversos significados, genera múltiples reapropiaciones y cada nodo de los aquí presentados muestran las muchas formas posibles de entender el Orgullo para la comunidad LGBTIQ+, el cual pasa por los marcos de comprensión de las distintas identidades sexuales y de género, las diferencias generacionales entre dichas identidades, los tipos de activismo que lideran las marchas, las formas de tradición de lucha y el contexto sociopolítico y económico en donde se lleva a cabo. Todos estos elementos se ponen en juego en el momento de la salida al espacio público, lo que traza marchas festivo-carnavalescas, de remembranza conmemorativa o de remembranza de protesta de manera oscilante y hace que ciertos encuadres del circuito nacional de protesta sean coincidentes o divergentes. Así estos matices le dan significación y vida a dicho circuito. Pero la idea del Orgullo, como móvil de la salida a las calles para disputar el espacio público y alterar el paisaje heterosexual y cissexista, no es ajena a las lógicas conservadoras, de mercado y a las gramáticas de la democracia y el orden global, que se han impuesto de manera hegemónica como formas de movilización política. En ese sentido, en casi todas las marchas se encuentra presente una marcada presencia de la sociedad civil desde el encuadre de acción de los derechos humanos.

Anexo 1 Listado de consignas y gritos de protesta registrados en cada marcha 

MARCHA 1: Toluca, Estado de México MARCHA 3: Querétaro, Querétaro
Nombre de la marcha: XV Marcha LGBTTTIH. Edición: 15a. Identidades organizadoras: Mujeres jóvenes lesbianas cisgénero. Consignas: 1. "Queremos matrimonio y queremos libertad, por eso todos juntos salimos a marchar". 2. "Y va a caer y va a caer, la homofobia va a caer, la homofobia y el machismo pronto, pronto va a caer". 3. "Nadie es libre hasta que todas y todos seamos libres". 4. "Derechos iguales a lesbianas y homosexuales". 5. "No somos 1, no somos 100, pinche gobierno cuéntanos bien". 6. "Alerta, alerta, alerta al que camina, la lucha feminista por América Latina. Y tiemblen y tiemblen y tiemblen los machistas que América Latina será toda feminista". 7. "Ni una más, ni una más, ni una asesinada más". 8. "Señor, señora, no sea indiferente, se matan a gays / transexuales / lesbianas en la cara de la gente". 9. "Papás, mamás apoyen a sus hijos". 10. "Educar y respetar para no discriminar". 11. "Aplaudan, aplaudan, no dejen de aplaudir, que la homofobia se tiene que morir". 12. "Nos vamos a casar, le guste a quien le guste". 13. "Aborto legal, derecho fundamental". 14. "Bugas conscientes, se unen al contingente". 15. "Desde el cielo cayó una lesbiana". 16. "Los padres se preguntan ¿Sus hijos dónde están? Estamos en la marcha del orgullo estatal". Nombre de la marcha: III Marcha del Orgullo “#AmorEsUnionQro”. Edición: 3a. Identidades organizadoras: Hombres gays cisgénero. Consignas: 1. "No que no, sí que sí ya volvimos a salir". 2. "Derechos iguales a lesbianas y homosexuales". 3. "Matrimonio igualitario ya". 4. "Esos mirones también son maricones". 5. "No se metan con mis hijos". 6. “¡Hey lencha! dónde estás cada día somos más, ¡hey lecha!". 7. "Juana de Arco le dijo a la virgen, no seas closetera, no seas closetera, no seas closetera, vamos a perrear". 8. "Ya estamos aquí, no somos minoría" (chico de la silla de ruedas). 9. "Ahora que estamos juntas, ahora se va a poder, abajo el patriarcado se va a caer, se va a caer". 10. "De norte a sur, de este a oeste, ganaremos esta lucha cueste lo que cueste". 11. "Todas las personas, todos los derechos". 12. "Pucha con pucha, lesbianas en la lucha”. 13. "No somos 1, no somos 100, pinche gobierno cuéntanos bien". 14. "No somos 1, no somos 100, mira gobierno cuéntanos bien". 15. "Y tiemblen, y tiemblen, y tiemblen los panistas, que América Latina será toda elegebetista". 16. "Si Zapata viviera en tacones anduviera". 17. "Lesbianas y homosexuales estamos en todas partes". 18. "Esta marcha no es de fiesta es de lucha y de protesta". 19. "Impuestos iguales, derechos iguales".
MARCHA 2: Silao, Guanajuato MARCHA 4: Valladolid, Yucatán.
Nombre de la marcha: III Marcha de Silao. “La Diversidad nos Une”. Edición: 3a. Identidades organizadoras: Hombres gays cisgénero. Consignas: Ninguna consigna y ninguna pancarta. Nombre de la marcha: V Marcha por la diversidad sexual #YucatánEnDesacato #TuHomofobiaNoParaMiLucha. Edición: 5a. Identidades organizadoras: Hombres gays cisgénero, Sociedad civil organizada. Consignas: 1. "Alerta, alerta, alerta al que camina, la diversidad sexual por América Latina". 2. "No somos 4, no somos 10, Felipe Cervera cuéntanos bien”.

Fuente: Elaboración propia con información de trabajo de campo

#PraTodoMundoVer: En la imagen de este cuadro se sintetizan las consignas y gritos registrados en las cuatro marchas analizadas. Destaca que en dos de ellas (Toluca y Querétaro), hay una cantidad de enunciamientos de protesta. Sin embargo, las de Toluca oscilan más entre los gritos de transgresión y gritos de conmemoración; mientras que en Querétaro predominan las de conmemoración. En contraparte, están las marchas de Valladolid y Silao, en la primera sólo se enunciaron dos consignas; mientras que en la segunda no se documentó ninguna consigna gritada por el pequeño contingente que marchó.

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1El presente trabajo se realizó en el marco de la investigación de Ciencia Básica - CONACyT: “Trayectos y trayectorias de la participación política de la diversidad sexual en México”, con registro 285435. Proyecto Apoyado por el Fondo Sectorial de Investigación para la Educación.

2Lesbianas, Gay, Bisexuales, Trans, Intersexuales, Queer, y demás orientaciones sexo-genéricas disidentes de la hetero y cisnorma.

3Históricamente la marcha de la Ciudad de México ha sido el referente nacional de la celebración del Orgullo, ya que fue la primera que apareció en el país. Cada año viajan de distintos entornos subnacionales, colectivas, organizaciones y activistas de las diversidades sexuales y de género para participar de esta manifestación, la cual es la más numerosa al agrupar hoy día a casi medio millón de personas.

4Con el material audiovisual del trabajo de campo en las marchas de protesta LGBTIQ+, realizadas en diversos entornos municipales de México durante 2019, se editó un documental titulado: “DISIDENTES: Al sonoro rugir de la marcha”. Este largometraje pretende que las marchas sean percibidas por el público a través de sus sonidos de protesta, para expresar los sentidos políticos de cada enclave local, así como los gritos de lucha compartidos entre los escenarios en donde se hizo trabajo de campo. Por estar circulando en festivales de cine el acceso al material es restringido; sin embargo, el tráiler y teaser se pueden consultar en https://www.youtube.com/watch?v=L3LxpeAyoKo&t=16s y https://www.youtube.com/watch?v=nMe4lJMaz2Q.

5Por entorno conservador entendemos las formas morales cotidianas de resistencia a la apertura de cambios en el desarrollo de la personalidad de sus habitantes, estilos de vida, relaciones sexoafectivas, libertades a decidir sobre el propio cuerpo, entre otros elementos. En la región del Bajío mexicano los anclajes de certeza de la vida cotidiana están vinculados a lógicas religiosas e ideologías políticas relacionadas con grupos de derecha.

6En esta nota se retoman los datos del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP) para señalar que el Estado de México se mantiene como la entidad donde se registra más violencia de género en todo el país. En los primeros nueve meses del año, 256 mujeres fueron asesinadas en territorio mexiquense y sólo 110 casos han sido tipificados como feminicidios. El resto de estas muertes son investigadas como homicidios dolosos. En la lista mensual de los 100 municipios más violentos para las mujeres, el SNSP incluyó en su más reciente reporte 21 demarcaciones mexiquenses, una más que el mes anterior. El primero es Ecatepec, localidad que en los primeros nueve meses del año contabilizó siete feminicidios.

7Las consignas de protesta que se utilizan como viñetas de contraste en las cuatro marchas analizadas en el presente texto, se retomaron de la documentación audiovisual realizada en el marco de la investigación. En el Anexo 1 se pueden consultar todas las consignas registradas en cada una de las marchas.

8Esta consigna buscó interpelar al presidente del Congreso del estado de Yucatán, órgano legislativo que había rechazado días antes el reconocimiento del matrimonio igualitario.

9Para ver en detalle las consigas y gritos de protesta enunciados en cada marcha véase el Anexo 1.

Como citar este artículo de acuerdo con las normas de la revista: LÓPEZ SÁNCHEZ, Ericka; RODRÍGUEZ DOMÍNGUEZ, Emanuel. “Las protestas del orgullo LGBTIQ+ en escenarios locales mexicanos”. Revista Estudos Feministas, Florianópolis, v. 31, n. 1, e83210, 2023

Financiación: El presente trabajo se realizó en el marco de la investigación de Ciencia Básica - CONACyT: “Trayectos y trayectorias de la participación política de la diversidad sexual en México”, con registro 285435. Proyecto Apoyado por el Fondo Sectorial de Investigación para la Educación

Consentimiento de uso de imagen: No se aplica

Aprobación de un comité de ética en investigación: No se aplica

Recibido: 05 de Agosto de 2021; Revisado: 01 de Noviembre de 2022; Aprobado: 24 de Noviembre de 2022

ericka.lopez@ugto.mx; e_08renacimiento@hotmail.com

manu.rodriguez@politicas.unam.mx; manu.rodriguez@politicas.unam.mx

Ericka López Sánchez (ericka.lopez@ugto.mx; e_08renacimiento@hotmail.com) es dra. en Estudios Sociales, nivel 1 del Sistema Nacional de Investigadores, Perfil PRODEP, Coordinadora y fundadora del sitio web Between LGBT+, Integrante de la Red de Politólogas, miembro consultor e investigadora del Observatorio de Reformas Políticas en América Latina. Líneas de investigación: Democracia y género con perspectiva interseccional, ciudadanía sexual e íntima, la condición ciudadana de las personas LGBT+.

Emanuel Rodríguez Domínguez (manu.rodriguez@politicas.unam.mx; manu.rodriguez@politicas.unam.mx) es doctor en Ciencias Antropológicas por la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM). Se desempeña como Profesor-Investigador de Tiempo Completo en el Centro de Estudios Antropológicos de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Forma parte del Sistema Nacional de Investigadores nivel I del CONACyT.

Contribución de autoría: Las autoras/es contribuyeron por igual

Conflicto de intereses: No se aplica

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