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Práxis Educativa

versión impresa ISSN 1809-4031versión On-line ISSN 1809-4309

Práxis Educativa vol.16  Ponta Grossa  2021  Epub 20-Oct-2021

https://doi.org/10.5212/praxeduc.v.16.17174.035 

Dossiê: Paulo Freire (1921-2021): 100 anos de história e esperança

Paulo Freire: un pensador desde las favelas en reclamo en el Sur

Paulo Freire: um pensador das favelas em demanda no Sul

Paulo Freire: a thinker from the favelas in demand in the South

José Gregorio Lemus Maestre* 
http://orcid.org/0000-0002-0035-2327

*Universidad de Oriente, Núcleo de Sucre-Venezuela. República Bolivariana de Venezuela. Docente Investigador Activo Asociado. Postdoctor en Enseñanza de la Matemática. Doctor en Ciencias de la Educación. E-mail: <joglem@gmail.com>.


Resumen:

La indagación se inscribe en la línea de investigación: Integración Comunitaria, Pedagogía y Evaluación en la formación de profesionales, con el objetivo complejo de analizar la obra freiriana a la luz de los clamores del Sur y algunas salidas a la crisis. Desde el transmétodo rizomático transcomplejo la deconstrucción se dio cabida a la revisión de algunas obras de este insigne abogado, filósofo y educador, al mismo tiempo que se deconstruida la crisis. En la reconstrucción se encuentra plena urgencia la convocatoria de Paulo Freire; la libertad como asunto político de los ciudadanos o ciudadanas, donde la educación se repiensa con el dialogo y la alfabetización política. Se reanuda el compromiso político de liberación a la luz de la liberación de la crisis de vida, especialmente en el venezolano.

Palabras clave: Paulo Freire; Educación; Libertad; Humanidad; Política

Resumo:

A investigação faz parte da linha de pesquisa: Integração Comunitária, Pedagogia e Avaliação na formação de profissionais, com o complexo objetivo de analisar a obra de Freire à luz dos gritos do Sul e de algumas soluções para a crise. A partir do transmétodo rizomático transcomplexo, a desconstrução deu lugar à revisão de algumas obras deste ilustre advogado, filósofo e educador, ao mesmo tempo que se desconstruía a crise. Na reconstrução, a convocação de Paulo Freire é absolutamente urgente; a liberdade como questão política para os cidadãos, onde a educação é repensada com o diálogo e a alfabetização política. O compromisso político com a libertação é retomado à luz da libertação da crise da vida, especialmente na Venezuela.

Palavras-chave: Paulo Freire; Educação; Liberdade; Humanidade; Política

Abstract:

The inquiry is part of the research line: Community Integration, Pedagogy and Evaluation in the training of professionals, with the complex objective of analyzing Freire's work in light of the cries of the South and some solutions to the crisis. From the transcomplex rhizomatic transmethod, deconstruction gave room to the revision of some works of this distinguished lawyer, philosopher, and educator, while the crisis was deconstructed. In reconstruction, the summons of Paulo Freire is fully urgent; freedom as a political issue for citizens, where education is rethought with dialogue and political literacy. The political commitment to liberation is resumed considering the liberation from the crisis of life, especially in Venezuela.

Keywords: Paulo Freire; Education; Freedom; Humanity; Politics

Cartografía transmetódica. La deconstrucción rizomática transcompleja como invocación otra a la lectura de Paulo Freire

Pensar en hacer una cartografía, es recurrir a la complejidad y transdisciplinariedad como figura del pensamiento, en donde, la compleja investigadora Denise Najmanovich, rescata la palabra cartografiar, haciendo significancia con nuevas figuras de pensar (NAJMANOVICH, 2001). Esa nueva manera de pensar la crisis de la educación en el Sur, lleva la batuta de las obres de Paulo Freire en plena vigencia y necesidad de ser fotografiada, cartografiada y reconstruida a las luz de las muevas necesidad hoy, aunadas a esencias tradicionales de la crisis, que iremos develando: falta de dialogo, violación a la condición humana, escaza alfabetización política, falta de fe; entre otras que nos regresan una vez más al legado del pedagogo. El lector debe advertir que iremos develando cada situación descrita en lo adelante, luego de comprender como se erige el transmétodo, batuta de la construcción.

La indagación que se presenta se erige en un profundo sentir del autor de la investigación, desde el reconocimiento de la trayectoria de uno de los más grandes pensadores y luchadores del ser humano, cuyos aportes atraviesan como caballos incontrolables las mentes y territorios de todos aquellos que sean descubierto como colonizados, aquellos que han sufrido de hambre, miseria y quienes han sido suprimidos por las garras opresoras de la modernidad. No hay sujeto oprimido que no devele la angustia de Paulo Freire, por ayudar al ser humano, levantarlo con firmes mesetas sensibles con nuevas esperanzas, voz, acontecer, rostro y encuentro con el mundo de lo posible a la luz de una fe que atraviesa y resquebraja la propia indignación. Si esa pedagogía de la indignación (FREIRE, 2006) tan urgente hoy, que nos duela la realidad, que vayamos como la praxis como utopía freiriana día a día, que no desmayemos en nuestro ejercicio de ayudar en la liberación, como docente estamos convocados.

En la indignación referida en Paulo Freire es la generación de una conciencia crítica en los seres humanos para que tomarán la batuta de la fe en sí mismos y en su potencial como humanos; esa parquedad de la utopía (FREIRE, 2006), es una forma de descomponerse en la vida fáctica, poética, discursiva, pero también activa en un profundo respeto por la condición humana. Paulo Freire y sus líneas de acción se basan en la importancia del diálogo, y acá lo pretendemos retomar desde las necesidades del Sur actual, especialmente en Venezuela.

Hoy al cumplir cien años de la celebración de su nacimiento, es justo y bien meritorio reconocer su amplia obra inconmensurable e inmortal en el tiempo; es lo que debería ser, no podemos mentirnos en el Sur pues los caballos que atropellan con su colonialidad están vigentes en su anacronismo y encarcelamiento de la humanidad. Por eso, el Sur hoy reclama con urgencia reconocer el movimiento de educación de base freiriano, para despertar las mentes, corazones y esperanzas de quienes hemos sido oprimido por mucho tiempo y es hora, es momento, de que se levante con voz firme el oprimido, el humillado, el despojado de su propia sensibilidad humana, hoy autores como: Spivack (1998), Fanón (1952) alientan fuerte e insistentemente a Paulo Freire hacer presencia, a unir esfuerzos para que ese sujeto subalterno u oprimido sea descarcelado en su propia constitución de ser social.

El Sur lo necesita, es urgente volver a esa lucha por los pobres, los humildes y los de menos recursos, para que estos puedan tener conciencia de lo que realmente les ocurre, no para llorar y quedarse en lamentaciones, sino para poder encauzar en ellos, una nueva conciencia de quien es, que representa y hasta dónde puede llegar a ser, pero para eso, es necesario como dice Freire, rescatar su pensamiento, hacerlo consiente, para que él pueda emprender el viaje de su liberación. Se re-insiste en la urgencia, pues hoy más que nunca el Sur es objeto de opresión más salvaje, más anquilosada, en una necesidad de poder mundial que occidente solicita como amo y dueño del mundo que hasta incluso ha originado una guerra fría con la pérdida de miles de hermanos fallecidos ante un virus mortal denominado COVID19. En particular, existe una violación de los derechos humanos en Venezuela como la otra cara de la pandemia (ARAUJO, 2020).

En medio de la crisis, el legado y las obras de Paulo Freire, siempre renace en la esperanza del necesitado, desde esa vivencia humilde y sincera que el mismo padeció en las favelas, en el hambre, en la pobreza, en la vida suprimida de ese pobre que un plato de comida es y sigue siendo un tesoro añorado cada día, hoy renacer en su pensamiento en Venezuela es mirar a ese que está siendo vejado con su salario; es ver a ese docente desnutrido, descalzo, humillado en su salario, condiciones paupérrimas de vida, en su inocencia de que un regalo del Estado puede ser el consuelo para él sentirse bien, una antítesis de lo que se pregona como socialismo, y lo que significa ser un sujeto libre y con oportunidades en el mundo, es por eso que la necesidad de ver a la educación como práctica de libertad hoy es urgente y necesario (RODRÍGUEZ; PELETEIRO, 2020).

Mirar hacia el futuro con esperanza, es necesidad, el poder enquistado en las masas dominantes debe hacer que el Sur, se levante en metamorfosis, pero no de forma banal, sino desde una conciencia plena de cómo y el para que recuperar ese poder, un poder para la vida, recuperar el árbol de la vida que hemos maltratado talado y quemado con nuestras acciones infundadas y ordenadas bajo un adiestramiento educativo que no es propio, sino externo, un mensaje claro que ha realizado la colonialidad a través de todo el sistema de formación latinoamericano y que nos ha permitido alcanzar nuestra propia cárcel, pues hemos construido nuestra propia habitación plegando ladrillos uno a uno; ladrillos de indiferencia, ambición, avaricia, envidia, violación, expropiación, humillación al otro, irrespeto, tiranía, entre otros antivalores que hoy nos erigen como oprimidos de primer nivel, a pesar, de que ni siquiera nos damos cuenta, hasta sonreímos ante eso.

El ser del Sur es ávido de subversión (FREIRE, 1970; LEMUS, 2020a) de enrumbar un nuevo acontecer social que desde la educación se rompan cadenas, se deslinde y se recorran los bordes, se desliguen las amarras y se suelten las pasiones, esperanzas, regocijos, y el peregrinar en una lucha ferviente por dignificar al ser humano en su propia humanidad. Una metamorfosis que está convocada y que ha sido confiscada por la colonialidad ante una posible inflexión o punto de quiebre que aflore nuevos acontecimientos. La subversión es un acto freiriano cuando en las favelas alfabetizo al oprimido al mismo tiempo que los ayudaba a liberarse de su opresión de vida.

En el Sur, especialmente en Venezuela, se necesita re-insistir en una inspiración subversiva, por eso, se deberá volver la mirada para encontrar nuevas inspiraciones desde obras de este gran maestro como por ejemplo en la pedagogía del oprimido (1970), la educación como práctica de libertad (1978), pedagogía del oprimido (1970), pedagogía de la autonomía (1998), entre otras grandes obras que no son de abordaje específico o exclusivo en este estudio, pero de seguro, son referencias desde donde se reivindica al ciudadano popular como un ser posible de felicidad y protagonista de la historia que se desarrolla y gesta en los pueblos. Hoy más que nunca al celebrar su nacimiento, se reencarna su mensaje de poder ser, de entenderse en una necesaria ayuda colectiva desde la educación como mecanismo emancipatorio que posibilite en el hombre y la mujer una conciencia plena y despojarse de las herraduras colonizantes que lo imposibilita en un mundo que le ofrece múltiples posibilidades.

La subversión desde la re-electura cartografiando las obras mencionadas detectamos un escaso cambio de pensamiento, un rumbo esperanzador en la educación hoy. Lo afirmamos, porque pareciera estar en evidencia que las obras de Paulo Freire que libera al oprimido que se inmiscuye en las colonialidades de las mentes, necesita ser permeada de la verdadera intencionalidad liberadora de Paulo Freire a la luz subversiva. Si se olvida, en la educación hoy, que Paulo Freire fue un subversivo del yugo soslayador del olvidado, de las favelas, esto lo digo en tanto en el Sur, vemos tales hechos a casi cien (100) años de su nacimiento y, los actores del proceso educativo, así como las políticas de Estado han olvidado que la batalla de Freire no fue dada sólo en la palabra en el texto, sino que fue llevada como praxis en la utopía de su propio andar.

Desde la obra de este ilustre pensador, se enmarca una indagación deconstructiva rizomática transcompleja que fija con voz y mensaje firme y contundente que la humanidad tiene oportunidad, en cualquier parte del planeta y, que nadie tiene el poder y el derecho de negar tales apuestas. Liberación, indignación, esperanza, docencia, entre otros son sonidos en eco que en Latinoamérica resuenan bajo el canto de feliz cumpleaños, un clamor de justicia social que bien pregona Freire en todo su pensamiento.

La apuesta de la deconstrucción rizomática transcompleja (RODRÍGUEZ, 2019) como posibilidad para este estudio, tiene pertinencia bien puntual, pues se trata de una apuesta “en contraposición a los métodos de investigación usados bajo el paradigma modernista (…) al rescate de las víctimas de la modernidad” (RODRÍGUEZ, 2019, p. 44) desde los cuales se nos han impuesto una forma única de investigar y que han establecido una linealidad en mecanismos cerrados de poder hacer ciencia. Por eso, este transmétodo, inédito (RODRÍGUEZ, 2019), que es decolonial planetario y rizomática; propone un nuevo acercamiento a las formas de investigar, donde el sujeto que investiga es reivindicado y acercado a un escenario crítico del abordaje del objeto de estudio que ha seleccionado.

La deconstrucción rizomática transcompleja (RODRÍGUEZ, 2019) ya se ha usado en investigaciones con Paulo Freire, la liberación freiriana del sujeto en la Educación Matemática Decolonial Transcompleja (RODRÍGUEZ, 2021), es una obra recién publicada, que trasciende en construcciones rizomáticas, complejas y transdisciplinares; ahondando desde Paulo Freire la crisis en la Educación Matemática hoy. Es de resaltar que dicho transmétodo se usa acá con la misma significancia: la deconstrucción de lo decaído en la educación en general, haciendo referencia directa a las obras de Paulo Freire y luego una reconstrucción esperanzadora que explícito a continuación.

Es de resaltar, que con el transmétodo rizomático transcomplejo la deconstrucción, el sujeto investigador es liberado y así, con ello, sus subjetividades (RODRÍGUEZ, 2019) es por ello que, las subjetividades, como espiritualidad tienen su plena realización en la investigación, de manera que no es extraño que el autor acuda a sus creencias cristianas y Fe profunda en Dios que como con Paulo Freire emitía que el ser humano, creación de Dios, no vino a padecer, ni a ser maltratado como lo padeció él en las favelas (FREIRE, 1970). En efecto, el transmétodo la deconstrucción rizomática transcompleja, es una nueva figura del pensar que va a incitar a la relectura de la figura Freiriana a la luz de la educación hoy.

Esta fe Freiriana y que comparte el autor de esta investigación no es religión; expresaba el pedagogo. Quisiera clarificar la fe que el pedagogo propende, y así lo afirma Henry Giroux en el introducción del texto titulado: la naturaleza política de la educación, Cultura, poder y liberación cuando afirma que Paulo Freire “sitúa su fe y su sentido de la esperanza en Dios de la historia y de los oprimidos, cuyas enseñanzas, según las palabras del mismo Freire, hacen imposible reconciliar el amor cristiano con la explotación de los seres humanos” (FREIRE, 1990, p. 19); nótese el ser cristiano que llevaba Paulo Freire y lo mostro en el servicio al otro. Por lo tanto, se le sugiere al lector advertir en el cuidadoso respeto con el autor que los transmétodo son liberación ontoepistemológica que acuden a la complejidad y transdisciplinariedad para mostrar la valía de la espiritualidad por ejemplo de los sujetos investigadores; tal cual el ser cristiano del sujeto autor de la presente indagación.

Esto indica que el autor está presente con sus subjetividades en la investigación; que ha rito el sistema del proyecto moderno de investigar; no está encarcelado en las fuentes rígidas de ocultamiento del sujeto investigador. El transmétodo lo ha liberado de las investigaciones donde el sujeto es objeto en el conocer. Es de resaltar que en el legado de Paulo Freire, se resalta su liberación como sujeto autor que padeció en las favelas. Que se opuso a la opresión y que hasta fue extraditado en tanto ejercicio liberador de la praxis era temido por los gobernantes dominantes de turno.

Además, resultó sumamente importante en el análisis de la obra de Freire, ya que se concatena en la búsqueda permanente irrumpir en “la crisis educativa, que trae consigo el atraso de los pueblos y el incumplimiento de las acciones tendentes al logro de desarrollo humano integral” (RODRÍGUEZ, 2019, p. 3). Situación que se reitera en la lucha ferviente del educador latinoamericano y que se rescata en el ejercicio investigativo deconstructivo, tal pertenencia hace no solo de la investigación un aporte sustantivo al pensamiento intelectual, sino, a la trascendencia del propio investigador al empoderar de otras formas descolonizantes de asumir su compromiso intelectual.

Por lo anterior, el autor, vio muy oportuno este transmétodo ya que fue “ir a una criticidad anti-método que es profundamente transcompleja en la mirada antieurocentrista” (RODRÍGUEZ, 2019, p. 51) desde la cual tomo posición de la convocatoria que hoy las sociedades latinoamericanas y en especial la venezolana reclama, le es necesario, ante un declive social sin precedentes y a la cual hay que asistir para permitirle un renacer fecundo en prosperidad, libertad, empoderamiento y fecunda paz. Se hace necesario re-insistir, volver a insistir, a inmiscuirse en ese pensamiento libertario freiriano, desde donde el sujeto pueda encontrarse para enrumbar acciones deconstructivas de su hacer y ser, en ello, es necesario que los educadores y educadoras tomen el protagonismo de alfabetizadores de conciencias y almas, para alimentar el espíritu libre y posible.

Fue también de real aplicación y utilidad este transmétodo rizomático transcomplejo para “inmiscuirse la textualidad; aquella que constituye un discurso abierto, intercede en lo indecible y lo que está fuera de la textualidad” (RODRÍGUEZ, 2019, p. 53), así se posibilitó, la revisión y contextualización del pensamiento freiriano ante las realidades que se encuentran desde las realidades de vidas y en especial educativas en la tierra venezolana, para dar emergencia a invitaciones posibles que convoquen a acciones libertarias para otras realidades decoloniales que re-dignifiquen al sujeto en toda su amplitud, que sea otro sendero posible para que la opresión sienta su despedida desde un movimiento civilizacional que lo enfrenta con astucia y conciencia plena.

En lo que deviene se sigue con la deconstrucción de la crisis en el Sur, y especialmente en Venezuela. Y de ahí la inmersión hoy en lagunas categorías freirianas que se develan al calor de la disertación; entendiendo el lector que no se hace de manera lineal, con las introducciones, resultados y conclusiones de las investigaciones modernistas (RODRIGUEZ, 2019), sino que se inmersiona complejamente en la discusión enmarañando la cartografía que se va presentando: otra manera de pensar.

Cartografía problematizadora. La in-praxis de Paulo Freire en el Sur, un olvido colonizador en Venezuela

Volver asistir al cumpleaños de Freire y ser enfrentado por él en su dialogo fecundo, característica humana de gran valía de este ilustre pedagogo, es entender que se le ha defraudado, se le está en deuda con la gran misión histórica, como es liberar al oprimido, desvalido y necesitado. Es darle como regalo, re-vivencias de su pasado, como si lo mantuviéramos en el tiempo como necesidad de que él permanezca con nosotros, pero él no quiere eso, quiere que nuestros pueblos del Sur, entiendan que su lucha no debió ser en vano, que haya quedado solo como voz al viento, sin atención ni operalización humana, siendo que lucho toda su vida porque el oprimido se liberase y tuviese otro escenario posible.

Solo basta ver cómo algunos países en el Sur engrándense con gran orgullo de su miseria, su agotamiento natural, sus recursos monetarios y sus sistemas sociales, culturales, económicos y políticos. Vemos las grandes crisis políticas en Ecuador, Chile, las crisis que devela la pandemia, entre otras; mecanismos de opresión coloniales que se denotan al calor del encierro; es asín como el vivenciamos la realidad. En este tenor, Venezuela con una gran propuesta decolonizadora establecida en su constitución de 1999, el plan de la patria y la propuesta Educativa Bolivariana, ha llamado la atención a el mundo entero en una explosión de detrimento de todo orden, donde cada día se empeora la vida que se realiza y el sujeto es conducido a una opresión y soslayación cada vez más fuerte (RODRÍGUEZ; PELETEIRO, 2020)

El habla, el reclamo de sus derechos, la dignificación de su vida cada vez está más lejos, mientras este ejemplo que ha impactado la Sur recorre las noticias televisivas y en una emigración de su gente sin precedentes; los otros países latinoamericanos eligen gobernantes adictos a la misma visión socialista de Estado ¿Será que quieren tener y vivir esta realidad? ¿O será que las mismas garras opresivas enmascaradas han sido suficientemente eficientes en engañar a esos otros ciudadanos? Ante esto Freire nos aclara:

Es que “la democratización” de la desvergüenza que se ha adueñado del país, la falta de respeto a la cosa pública, la impunidad, se han profundizado y generalizado tanto que la nación se pone de pie, a protestar (…) la desesperanza nos inmoviliza y nos hace sucumbir al fatalismo en que no es posible reunir fuerzas indispensables para el embate recreador del mundo (FREIRE, 1992, p. 24).

El autor no trata de adjuntarse asuntos politiqueros, y golpes de Estado, jamás podría apostar a ello, más aún cuando sabe que la fuerza de todo orden y de todo equilibro está en el Omnipotente creador y justiciero de este mundo, nuestro Dios; recordando que en las investigaciones transmetódicas estas subjetividades, como su fe en Dios, el ser cristiano, son liberadas del sujeto investigador, cuestión imposible en las indagaciones modernistas-postmodernistas; “la deconstrucción como transmétodo va al desmantelamiento de las epistemologías coloniales, a la construcción de transepistemologías como apertura de nuevos espacios que permitan a los sujetos subalternos “encubiertos” articular sus propias formas de conocimiento, soterrados, desvalorizados u olvidados” (RODRÍGUEZ, 2019, p.43). En este caso el sujeto investigador forma parte también de la crisis y de los sujetos encubiertos, que se libera en el discurso. El autor, intenta desde la mirada de Paulo Freire anidado con el proceso deconstructivo, dar a entender que la opresión se enmascara en múltiples rostros, cumpliendo una sola finalidad, oprimir al sujeto social, a los pueblos, para que las masas de poder puedan ser sosegadas en su vil avaricia de control y engrandecimiento de capital.

Es por eso, que en el Sur y en especial Venezuela, ha sido atacada desde unos pilares fundamentales: el hambre y la educación, elementos que siempre lucho el pedagogo de los oprimidos; para atacar y entrenar mentes al servicio de la colonialidad y a su proyecto que se ejecuta dentro del margen del currículo oculto, precarias condiciones alimentarias y de salubridad, atención binaria de educar, alienación firme ante los deseos occidentales y lo peor, el entendimiento de no ser nada ni nadie en el mundo, el sujeto como entidad vacía, sin esperanzas, posibilidades, ni finalidad.

Esta crisis la padece el autor, al cual acude como agente de cambio, “sostengo pues que la sociedad venezolana está asentada sobre las ruinas de un proyecto de Modernidad abortado (…) y que la experiencia subjetiva de este aborto nos habla de consecuencias y experiencias monstruosas y abominables” (VÁSQUEZ, 2019, p. 104). Justifico, habla el autor, con fuente originales recientes de la realidad en Venezuela en tanto la educación opresora; la intención del autor no es golpista ni va en contra de los ejercicios de anti derecho en su país; narra los hechos y los deconstruye, justifica los hechos. “es de reconocer en época de pandemia que aún nuestra educación es alienadora” (RODRÍGUEZ; PELETEIRO, 2020, p. 130). De la pedagogía de la esperanza debe estar hecho el ser cotidiano venezolano, pero también urgentemente en la educación el sueño de la “humanización, cuya concreción es siempre procesos, siempre devenir, pasa por la ruptura de las amarras reales, concretas, de orden económico, político, social, ideológico, etc., que nos están condenando a la deshumanización. El sueño es así una exigencia” (FREIRE, 1992, p. 95).

En cuanto a el quiebre de la condición humana, no solo en la educación venezolana, sino en la violación a los derechos más elementales. Es encontrar en nuestras realidades, al igual que en la época de Paulo Freire en las favelas de Brasil, ahora en Venezuela “niños, niñas, mujeres, hombres, disputándose las sobras con perros hambrientos, trágicamente, animalescamente, en los grandes basureros (…) de las ciudades, para poder comer” (FREIRE, 1992, p. 122), pues los sueldos y salarios con que cuentan los padres de familia no alcanzan para poder subsistir, el afianzamiento de una economía capitalista voraz, impulsora del consumismo, sigue negando al humilde y al desfavorecido y lo inclina a actos antihumanos para poder subsistir, Dios con ellos y con nosotros. Es un clamor en lo que la fe se une al hacer como praxis; a un “la apertura hacia nuevos espacios que admitan a los sujetos subalternos, articular sus propias formas de conocimiento” (RODRÍGUEZ, 2019, p. 54)

La estimulación que desde la globalización, como faceta de la modernidad-colonialidad, se ha realizado en las masas de los campesinos proveedores de alimentos desde las tierras productivas, con la producción agraria también ha venido siendo afectada y,

En vez de estimular al campesino al desarrollo de tomar decisiones, los mecanicistas tienden a actuar de un modo paternalista, reactivando la cultura del silencio y manteniendo a los campesinos en un estado de dependencia. Los mecanicistas no hacen nada para ayudarlos a superar su perspectiva fatalista de las situaciones fronterizas; no hacen nada para ayudarles a intercambiar su fatalismo por una visión crítica, capaz de ver más allá de estas circunstancias (FREIRE, 1990, p. 55).

Así, la producción agrícola, pecuaria, piscícola, cañicultora entre otros rubros han sido minimizados, al menos en Venezuela donde reside el autor, en un cultura paternalista que incide más que positiva, negativa, que se evidencia en una cultura alimentaria deficitaria y de desnutrición de la población que ha estimulado actos delictivos, de expropiaciones, aumento de la mortalidad infantil y senil, aumento de enfermedades permanentes y un sinfín de síntomas sociales que evidencian una decadencia del sistema social que se vive (ARAUJO, 2020).

Es así como, es “la oportunidad magnífica en Venezuela, en el mundo en la que el ser humano rasgándose las vestiduras, develándose las falsas políticas mundiales, su falta de amor por el ciudadano, sus intencionalidades alienadoras con el sistema capitalista disfrazado de muchos modos de operar” (RODRÍGUEZ; PELETEIRO, 2020, p.128). En general en el Sur, lo corrobora en su más reciente texto Boaventura Do Santos “es aquí donde la pandemia opera como un analista privilegiado. Los ciudadanos ahora saben lo que está en juego” (SANTOS, 2020, p. 69).

En los párrafos precedentes, se hizo alusión al ataque de la educación, que como proyecto hegemónico ha sido utilizado como canal de domesticación de los sujetos, pero el lector se preguntará ¿En Venezuela no está una propuesta decolonizadora de primer nivel? Ciertamente se ha hecho referencia a ello en muchos países del Sur, donde se ha colocado a la educación venezolana como una de la mejores y más evolucionadas propuestas de emancipación. Sin embargo todo ha quedado en teorías, en filosofías utópicas apostadas a la cuesta de los pensadores venezolanos más importantes de nuestra historia.

Pero la realidad es otra, nuestros espacios de formación del subsistema de educación en todos sus niveles y modalidades sufre de un analfabetismo funcional “como si las palabras, escritas o leídas, constituyesen amuletos adheridos a una persona que no las dice, sino que sólo las repite, casi siempre sin relación alguna con la realidad y las cosas denominadas” (FREIRE, 1992, p. 33). Pues no se ha olvidado de conformar (volver a la formación del ser) a los docentes para poder desarrollar la propuesta, los programas involucrados para asistir a la propuestas: alimentación, tecnología, espacios físicos, dotación de tecnología, enlaces con otras organizaciones educativas de Latinoamérica, todo está en neutro. Todo ello habla de una escasa alfabetización política en Venezuela, que más adelante retomaremos retomando dicha categoría freiriana.

Un elemento muy importante que se debe aclarar al lector es que nuestro sistema de formación en Venezuela ha dado muestra de un gran legado, sus profesionales residenciados en diversos países del Sur y Occidente dan cuenta de ello, y han sido calificados como los mejores de sus áreas. No por ser parte de un sistema privado de educación, sino de una educación pública y gratuita que ha dado acceso a la mayoría de la población que ha querido cambiar su realidad de vida en base a la preparación profesional como evento transcendental en sus vidas que les ayuda no sólo a atender su deseo de superación sino a su misión política que le corresponde asumir en la vida misma.

Es de resaltar que la autora no ínsita en caer en la desesperanza, “la desesperanza nos inmoviliza, nos hace sucumbir al fatalismo en que no es posible reunir las fuerzas indispensables para el embate recreador del mundo [por eso] la esperanza necesita de la práctica para volverse historia concreta” (FREIRE, 1992, p. 8). Por ello, volvemos a revisarnos nosotros en tanto aportar deconstructivamente a la crisis y volverse con una metamorfosis urgente para volcarnos en la búsqueda de soluciones.

Pero las realidades que se han venido declarando, hoy más que nunca debemos revisarlo en Venezuela y el Sur, en ver cómo le ofrecemos a nuestros pobladores esa posibilidad de formarse como profesionales, de asistirlos con entidades de formación que permitan la prosecución de los estudios a costos accesibles y de alto nivel. Debemos, voltear nuestras miradas en la alfabetización funcional, ya bien lo alerta el pedagogo de los oprimidos, pues es la apuesta más idónea para que los pobladores tomen conciencia de sí mismo, de sus realidades y al ser conscientes de ello, tomen la decisión de liberarse, empoderarse y trazar senderos prósperos en las naciones; seres productivos y políticamente comprometidos con sus territorios, con lo cual “acrecentaremos la acción revolucionaria” (FREIRE, 1992, p. 115).

El autor, con profunda fe en Dios cree que esto pronto será posible, que retomaremos el espíritu libertario de nuestros ancestros libertadores como Simón Bolívar, Antonio José de Sucre, entre otros, no sólo para asumir la educación bolivariana, sino al decir de Freire, al rescate del oprimido, para estremecer al Sur con una recivilización decolonial que genere un nuevo rostro, una nueva voz, una nueva historia donde el sujeto social sea erigido como el principal elemento de interés y, en el cual, se basen auténticamente todas las ideas políticas de los Estados del Sur. Como bien lo decía nuestro Libertador Simón Bolívar: “un pueblo ignorante es un instrumento ciego de su propia destrucción” (BLANCO, 2010, p. 71).

En la valía como sujeto histórico, buscamos respuestas críticas como diría Paulo Freire, no para lamentarse, sino tener conciencia de lo que es necesario hacer, para subvertir el pensamiento y la acción, en búsqueda de la felicidad posible; por ello en el párrafo anterior acudo a nuestros libertadores. Los acontecimientos que hoy se desarrollan, nos convocan con urgencia a ello y es necesario insistirle a usted estimado lector ¿Freire esta hoy vigente? ¿Su pensamiento ha fallecido o esta cómo él más vivo que nunca en el pensamiento y corazón de los oprimidos? El educador que aliena la ignorancia, “se mantiene en posiciones fijas, invariables. Será siempre el que sabe, en tanto los educandos serán siempre los que no saben. La rigidez de estas posiciones niega a la educación y al conocimiento como procesos de búsqueda” (FREIRE, 1970, p. 73). Debemos estar alerta ante tal situación de opresión.

Los escenarios que se han venido presentando, parecen que nos retroceden en el tiempo ante la mirada de Paulo Freire, quien nos recuerda siempre, que la opresión tiene muchas facetas para resistir, y él nos asiste el pensamiento inquieto para reiterar que el socialismo a él ya le había demostrado “ser inviable y, por el otro, que la excelencia del capitalismo haya quedado demostrada” (FREIRE, 1992, p. 119). Se necesita en consecuencia un profundo proceso deconstructivo y esperanzador que reencause la vida en la tierra patria.

Este proceso deconstructivo, deseado luego en la reconstrucción de la realidad no da pie, para pensar que el autor se queda en fe si accionar; no, va con Paulo Freire a un accionar en la utopía de la praxis; pero jamás sin la fe en que si se puede, en la profunda confianza en nuestros ciudadanos y potencial. Recobra la calidad de nuestra educación que tuvimos, y declara que en marcos decoloniales puede ser aún mejor, liberadora y pertinente; e ir a la liberación de la profunda crisis que vivimos en nuestro país, y que como sujeto del transmétodo puedo hablar con mis subjetividades, y como docente investigador puedo dar testimonio de ello. El transmétodo por ser decolonial me libera en medio de la objetividad pretendida de las investigaciones modernistas, postmodernistas. Esta indagación sale fuera de esos estatutos opresores.

De igual manera, hay que reconocer que en el Sur, ha existido movimientos de emancipación que han tratado de erosionar las cadenas opresoras y que si bien no han podido romperlas, han lesionado fuertemente cada una de ellas, y han generado contra reacciones opresivas de gran impacto que reanudan constantemente una y otra vez la lucha. Por eso, aclaramos a Freire y los amigos seguidores de su pensamiento, que ésta celebración, no es simple ocasión vivencial, sino reanudación del compromiso arduo con el movimiento decolonial que transita por el Sur, todos los territorios y pueblos del planeta. Vamos ahora a delinear algunas reconstrucciones a la luz de algunas categorías freirianas como dialogo, alfabetización política.

Una cartografía reconstructiva vuelta de la praxis de Paulo Freire en el Sur como una necesidad ineluctable

Es de clarificar que estamos en un alcance importante del transmétodo la deconstrucción que es la reconstructiva; que no se separa de las anteriores. ¿De qué se trata la reconstrucción? De acuerdo con la autora del transmétodo: es una reconstrucción esperanzadora en el discurso donde la obra freiriana a la luz de los clamores del Sur da algunas salidas a la crisis ya develada. Que ha de tenerse en cuenta que no son definitivas, el transmétodo no busca verdades últimas, admite que no existen, hace su aporte y culmina con deviene en el objeto complejo de estudio.

Lo que se ha venido refiriendo en las secciones anteriores son parte de “manifestaciones concretas de una realidad injusta” (FREIRE, 1990, p. 36) que se desarrollan en los países del Sur, que se presentan como escenarios de convocatorias, para reanudar el compromiso con el desvalido, con el hambriento, con el que se le ha negado la posibilidad de ser, a quien se le ha considerado poco o nada y es momento que en tiempos tan evolucionados y de profundos avances sociales, la población despierte con un rotundo movimiento descolonizador de todo el aparataje colonizador que hace de las poblaciones cárceles donde la orden de acción la pone occidente.

Las favelas como instancias de luchas históricas freirianas, impactadas desde el pensamiento libertario educativo, renacen como posibilidad en el centenario del natalicio del hombre humilde, de la calle, preocupado por el ser que no era, pero podía llegar a ser; bajo una simple acción: educación de calidad, pero no cualquiera, sino para la vida, para el ejercicio político pleno del ser en la existencia. Por eso, retomar la realidad de los pueblos del Sur se presenta hoy como una necesidad de alta envergadura, no para jactarnos en lamentaciones y en lo que no se hace, sino en despertar mentes y posibilidades otras para cambiar lo que existe.

Es necesario que el movimiento comunitario que se ejecuta en Venezuela y los demás países del Sur, sean repensados en el marco de una visión histórica de los pueblos y el avance que necesitamos de ellos. En entender a los procesos educativos como posibilidades del desarrollo del pensamiento del hombre y de la mujer que deben constituirse como entidades potencialmente productivas, creativas y transformadores de esos lugares donde yace su esperanza y desde donde puede emerger un cambio social significativo. Nuestro país: Venezuela, el país soñado, tiene una riqueza inconmensurable digna de indagar y recrear y de resistir por nuestras generaciones y su heredad (RODRÍGUEZ; PELETEIRO, 2020). De todo ello debe estar impregnada la educación venezolana que es convocada a la “resistencia y con-formación del ciudadano a fin de ejercer acciones de salvaguarda y transmitirlo en los discentes, (…) puede hacerse realidad en la formación y práctica de una ciudadanía hacedora de lo nuestro, de la vida con el planeta tierra” (RODRÍGUEZ; PELETEIRO, 2020, p. 139).

La posibilidad de transformación debe recrearse en un marco de esperanza social, en el impulso vigoroso del cambio sustancial de los seres sociales cuyo pensamiento, palabra y acción demarquen un acontecer crítico no sólo de sí mismo, sino de todo el entorno donde interactúa, pues él debe entender que forma parte de una totalidad y en esa totalidad él tiene mucho que ofrecer. Pero hay que entender de igual manera, que la “esperanza es necesaria pero no es suficiente. Ella sola no gana la lucha, pero sin ella la lucha flaquea y titubea” (FREIRE, 1992, p. 24).

Pero he referido a la esperanza como una esencia del cambio social y sobretodo educativo, pues es esta la que posibilita y ya el impacto revolucionario del maestro Freire lo ha demostrado, que pueda generarse en los sujetos, un movimiento de interioridad en la búsqueda de las respuestas a las situaciones que adolecen y necesitan erradicar de sus vidas, sujetos oprimidos que no podían “hablar ahora gritan y cantan, cuerpos que tenían prohibido pensar discursean y rompen las ataduras que los aprisionaban (FREIRE, 1992, p. 211). Es un clamor en Venezuela y en el Sur para enfatizar una nueva posibilidad emancipadora en nuestros pueblos oprimidos.

Se necesita urgentemente intervenir los escenarios sociales, a modo de Freire a las favelas, como instancias en donde se puede encontrar el clamor popular, el discurso y praxis más, en esencia incontaminada de la población, donde su expresión conocimiento y vigor yace en estado latente, vivo y a la espera de ser considerado. Si eso es así, hay que devolverles esa posibilidad a las personas, encontrarlos con sus preocupaciones, inquietudes y devolverles la fuerza popular que les corresponde y que está siendo oprimida por mecanismos occidentales-coloniales ocasionado en ellos “la muerte en vida es, exactamente, la vida a la cual se le prohíbe ser” (FREIRE, 1970, p. 157).

Tales acciones, deben incidir de forma positiva para que el sujeto de la ciudad y de la vida, entienda que él en las formas de como desarrolla otro “conocimiento de que no sólo están en el mundo sino con el mundo” (FREIRE, 1990, p. 41). Pero este proceso de entender en el mundo, debe incidir en reanudar el compromiso que tiene él en ese mundo para poder generar bienestar colectivo, que sirva de escenario comunal donde la vida que se desarrolla no pertenece a unos solos, sino a tejido humano que establece vínculo y redes humanas para forjar la historia popular de los pueblos.

Por eso, se insiste en base al gran maestro, que es necesario liberar al ser humano popular, hacerlo consiente, crítico y libre en su condición de ser de la vida y para la vida. Para ello, como seres claramente conscientes, debemos forjar las bases educativas que le permitan a ese sujeto encontrarse, descubrirse oprimido, es una de los primeros pasos que hay que dar, para luego de hacerlo consciente, enfrentarlo a su propia liberación, pero “la liberación es un parto. Es un parto doloroso. El hombre que nace de él es un hombre nuevo, hombre que solo es viable en la y por la superación de la contradicción opresores-oprimidos (FREIRE, 1992, p. 45).

El desafío que enfrentan nuestras naciones es poder entender cómo los oprimidos podrán ser capaces de desarrollar esos mecanismos de liberación, pues “como seres duales, inauténticos, que alojan al opresor en sí, participar de la elaboración, de la pedagogía para su liberación” (FREIRE, 1992, p. 41). Quizás está alerta, no se ha tomado en cuenta y es, o ha sido, la génesis del fracaso de muchas de las propuestas que en los últimos años se han desarrollado en el Sur. Allí esta una gran alerta que debemos de reflexionar y a la cual estamos convocados a asistir para dirimir nuestros procesos libertarios hoy.

Para lo anterior, debemos concebirnos de forma clara como agentes políticos, no politiqueros, sino como actor político comprometido con lo que la patria debe ser y hace, un ser descomprometido con el acontecer social y que sea capaz de indignarse ante aquello que considera que no debe ser. Pero la indignación, es el comienzo de un movimiento en el cual, las sensibilidades y fragilidad humana que se posee lleva a acometer acciones para transformar positivamente eso que oprime y cercena la capacidad humana.

Es menester en el Sur, en Venezuela en particular de acuerdo con Paulo Freire, en referencia a educar para conocer críticamente la realidad y empoderarse para transformarla refiere a la alfabetización política (FREIRE, 1970) se trata de la educación para la liberación, e insiste el pedagogo que “debemos aprender a leer (interpretando y comprendiendo críticamente) la realidad de forma tal que las situaciones limitantes y opresivas se confronten y trasciendan en el proceso de pronunciar nuestra palabra y re-escribir –aquí está la acción transformadora– la historia y el destino de nuestro mundo” (FREIRE, 1970, p. 68).

La alfabetización política en la educación hoy a la luz de su praxis, es una tarea pendiente por el educador; salir de la sumisión y no seguir propagando y legitimando el sistema excluyente que normaliza el desamor y coloca la utopía en una imposibilidad. Revisar a Paulo Freire, si, al hombre, al ser humano y al pedagogo en un legado complejo es urgente en la educación hoy. No para llenarse de sus hermosas palabras de amor y fe en un centenario que desluce al culminar y que se olvida en el andar.

Pero esa alfabetización política que ocurre sólo la luz de la liberación significa para los docentes de nuestro país re-leer y reconstruir a la luz de la praxis que es política y amor; “el amor es un acto de valor, no de miedo, el amor es un compromiso con los demás. No importa dónde los oprimidos se encuentran, el acto de amor es el compromiso con su causa, la causa de la liberación” (FREIRE, 1970, p. 24). Ese acto de amor no es un acto de politiquerías del momento; no, es un acto de reconocimiento entre seres humanos, el respeto a su condición humana.

El sujeto, comprometido con el sujeto y la vida que se desarrolla para que ese sujeto sea y tenga una vida digna ¿será que esto es urgente en el Sur hoy? Necesitamos con urgencia que nuestros hermanos de patria sean capaces de ver lo que está aconteciendo en nuestras comunidades, en nuestras vidas y en nuestras vivencias sociales, si esto es realmente lo que queremos vivir y con ello demarcar el futuro de la generación que nos sigue y, si eso no es así, poder emprender una lucha contra hegemónica que sea capaz de enrumbar nuevos escenarios, donde el ser sea considerado como humano y sus posibilidades ilimitadas como la misma vida es.

Pero necesitamos conciencias claras, visiones poderosas y gente aguerrida y, allí volvemos nuevamente a Paulo Freire, ya que el plantea que para ello, es urgente una educación que permita liberar la conciencia, hacerle ver a ser social que esta oprimido, entrar en un estado consciente de su estado de opresión, para que él entienda que vive una vida que no le pertenece, una historia que no es propia y un espejismo de realidad que debe romperlo y desterrarlo de su presencia, y eso, sólo puede llegar a él a través de la educación.

El dialogo freiriano lleva en la praxis a utopías que van al proceso de cambio siempre volviendo al dialogo problematizador por excelencia. La dialogicidad, es esencia del humano que lo distingue en intencionalidad y amor por el otro. El pedagogo estaba convencido, y dejo en su legado la necesidad de asumir que con el dialogo ocurre la transitividad de la conciencia hace permeable al hombre; lo conlleva a subyugar su falta de compromiso con la existencia.

Así asumiendo el dialogo freiriano como realidad de la utopía, es necesario concienciarse que para “ser un acto de conocimiento, el proceso de alfabetización exige tanto de educadores como de educandos una relación de auténtico diálogo. El verdadero diálogo reúne a los sujetos en torno al conocimiento de un objeto cognoscible que actúa como mediador entre ellos” (FREIRE, 1990).

La íntima relación ser humano - Dios creador, que no es religión, que lleva con el dialogo freiriano a convivir al ser humano en un planeta que clama por nuevos encuentros y recivilización en tiempo difíciles y de develación de la intencionalidad del sistema crudo, inhumano y soslayador. El dialogo problematizador es un compromiso con la transformación, en tal sentido “el educador dialógico no tiene es derecho a imponer a los otros su posición. Pero nunca podrá callar ante las cuestiones sociales; no puede lavarse las manos en lo que respecta a esos problemas” (FREIRE; FAUNDEZ, 1985, p. 265)

Una educación en los términos anteriores, debe ser un ejercicio del encuentro del ser con el mismo, con su mundo familiar, con el entorno econatural donde forma parte y de forma libre con los distintos escenarios planetarios. Una educación que libere al ser debe de proveerle, un entendimiento claro de la condición política y ética de él ante las diversas manifestaciones que el mundo le ofrece y que él puede ofrecer, por eso la educación debe permitirle el encuentro con el dialogo fecundo, con el pensamiento subversivo crítico, con la textualidad lingüística de la vida, la dinámica de acción convival (LEMUS, 2020b) echa poesía, texto y oportunidad.

Entender a la educación muy lejos de ataduras soslayadoras, binarias, excluyentes y antihumanas; más todo lo contrario, debe ser una convocatoria de repensar la naturaleza humana condición de respeto, valor y sensibilidad. Un evento donde el sujeto entienda que él es importante, tiene mucho que ofrecer, que su voz es la oportunidad de él mismo y de muchos que lo valoran por su simple existencia. Y desde allí, el compromiso del sujeto consigo mismo, sus labores, las relaciones con los otros y los aportes que deben de surgir desde su actuar en las dinámicas de vida.

La vida, como escenario vivo, dinámico y fulgente, debe ser siempre el primer interés del acto educativo, donde debe repensarse que hacen los hombres y mujeres, para que desde ella, se brinden las oportunidades de superación y transcendencia humana. El gran maestro Freire, nos ha indicado que sin ella, verdaderamente libertaria, a juicio del autor decolonial, no llegaremos a ningún lado, solo mantenernos silentes, quietos y sumisos ante una opresión que no es propia. Por eso, re-insistimos en la educación liberadora para el Sur, que nos devuelva el regocijo de ser libres, creativos, productivos, ecosustentables, de vida próspera y de mucha paz. “Es por eso por lo que existir es un concepto dinámico, implica un diálogo eterno del hombre con el hombre; del hombre con el mundo; del hombre con su Creador” (FREIRE, 1989, p. 53).

En Venezuela y el Sur, para emprender una recivilización autentica, que nos permita encontrar la liberación de nuestros territorios, necesitamos hombres y mujeres en ejercicio pleno a modo de Paulo Freire, seres políticamente comprometidos con los territorios, seres dolientes del analfabetismo, hambre, miseria, opresión, estado-Estado negligente, vida indigna, escases de recursos económicos y servicios públicos; superación de los obstáculos, y sobre todo de una educación alienante. No sólo discursivamente, sino en la acción, bajo la intervención de esos territorios, de las sensibilidades de la gente, desde el clamor del pueblo, desde de esa dolencia vivida con el pueblo, de lo que padece y siente, allí hay un gran compromiso en el Sur y su gente.

Pero necesitamos hombres y mujeres convencidos de quiénes son y que su voz no puede ser opacada, ni silenciada, sino que con profunda fe en sí mismos, pueden tomar las riendas de enfrentar con garras y coraje a la opresión, “dar origen a una formación humana más pertinente a nuestras raíces, identidades culturales, acervos comunitarios y en definitiva nuestras vidas como venezolanos” (LEMUS, 2020c, p. 36). Anteriormente se había señalado que se han hecho de manifiesto de movilizaciones decolonizantes, pero falta fuerza, unión y lucha y a eso hoy Freire nos reitera su convocatoria, libertad, libertad, libertad al oprimido, es el eco que se festeja hoy y, desde el cual se convoca al Sur a retomar la lucha contra opresora.

Por último, en la reconstrucción acudimos nuevamente al diálogo y la política como verdadera educación emergente; esa política al servicio de la liberación de la que tanto Paulo Freire clama en todas sus obras. Indignarse y retomar la vida ante las necesidades de la gente como políticas de Estado sustentables, humanas; devolviendo la fe robada, de la minimización de los profesionales de este país a la reivindicación como seres humanos; en donde la reforma del pensamiento en la utopía de la praxis es meritoria.

Cartografía conclusiva que insiste en una re-invitación permanente a volver al pensamiento Freiriano

Se ha cumplido con el objetivo complejo de analizar la obra freiriana a la luz de los clamores del Sur y algunas salidas a la crisis. Desde donde se re-insiste en el pensamiento del gran maestro Freire en la lucha contra-hegemónica para liberar al oprimido. Al rescate del ser, su humanidad, dignidad y libertad, que han sido secuestradas por muchos años y es momento oportuno que esto termine. Ante esto, el sur está convocado a reivindicarse desde sus propios actores populares, dolientes de una realidad injusta que se les ha hecho vivir.

El pensamiento de Freire se ha declarado hoy en vigencia plena, en la lucha contrahegemónica por rescatar las condiciones de vida de los pueblos soslayados por la colonialidad. La persistencia de la resistencia y contra resistencia del opresor debe ser de modo astuto, ser atacada como lo señala la obra del maestro desde la educación como proceso que posibilita al ser con su propia humanidad y lo lleva a un despertar, donde él o ella se encuentra con su realidad de opresión y en función de esto, encauza mecanismos propios de liberación. Por ello, se rescate que nadie libera a nadie, sólo el propio ser, en conciencia plena y en comunión con los otros pueden desarrollar mecanismos para liberarse y cambiar las realidades que les asiste.

La educación como proyecto de libertades y felicidad, deberá partir de un profundo reconocimiento de sus educadores como seres de igual forma oprimidos y en ello, deberán de igual manera esforzarse por encontrar alternativas diferentes que lleven a su encontró con la realidad de vida y desde allí emerger propuestas educativas que permitan el encuentro con la textualidad de la vida, su dinámica y su posibilidad de transformación. Pero, en esto, el sujeto que educa debe estar consciente que la liberación no es un evento rápido y fácil, sino todo lo contrario, es un proceso lento y doloroso que necesita de fuerzas, inteligencias y mecanismos claros para poder gestar cambios significativos y que conduzcan a una autentica liberación.

El sujeto educador con condición clara de entrega política entenderá que la sociedad necesita de él, en un ejercicio constante de alfabetización política, de su intervención de su pesquisa y rastreo permanente, para coincidir con las injusticias que se viven, desde la propia voz de los dolientes, de los escenarios en donde se transita el dolor-opresión; porque para poder incidir en esa realidad para transformarla hay que reconocerle y vivirla. No hay posibilidad de transformación, a espaldas de la realidad, y eso es un asunto que nos pasa al pueblo del Sur, con proyectos sociales y propuestas educativas que son incorporadas sin contextualidad y pertinencia, olvidándose que detrás de eso, solo hay una intención bien planeada y pensada desde occidente.

Entender la realidad, para indignarse, es una necesidad que no puede escaparse del ser en el Sur, pues si no tenemos la capacidad de indignarnos por la injusticia en la cual se nos ha apresado, no podremos reaccionar con valía y gallardía. El ser oprimido es convocado a indignarse, a recuperar su voz, su libertad, su posibilidad de ser ante el mundo, un mundo plural, sin límites más que los derivados de la convivencia social; mundo hermoso y donde él o ella tiene mucho que ofrecer y hacer, esto último, con auténtica pertinencia política.

Volverse una vez más sobre las categorías que han emergido en la reconstrucción como: dialogo y alfabetización política; así como la condición humana es urgente; ¿cómo se afectan y trastocan desde la educación?, ¿cómo podemos tomarlas en el momento actual a la luz de los instrumentos colonizadores actuales? Nos recreamos en la fe en los habitantes del Sur, especialmente en Venezuela que, con la metamorfosis, y las relecturas de las obras freirianas a la luz de la praxis podamos aportar algunas salidas a la crisis.

Libertad al oprimido, es un clamor del Sur, pidamos a Dios, nos ilumine en este reto que se reanuda, en el recuerdo permanente de uno de los legados, de mayor envergadura política-educativa que tiene la humanidad con Paulo Freire, inmortal en el tiempo, en la historia y en el pensamiento de quienes hoy nos sumergimos en la subversión decolonial para rescatar a nuestros territorios y naciones.

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Recibido: 30 de Agosto de 2020; Revisado: 28 de Febrero de 2021; Aprobado: 02 de Marzo de 2021; Publicado: 14 de Marzo de 2021

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