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Revista Diálogo Educacional

versão impressa ISSN 1518-3483versão On-line ISSN 1981-416X

Rev. Diálogo Educ. vol.17 no.55 Curitiba out./dez 2017  Epub 11-Fev-2020

https://doi.org/10.7213/1981-416x.17.055.ds03 

Dossiê

Formación ambiental y prácticas pedagógicas: una perspectiva desde los egresados de la UACM

Environmental training and pedagogical practices: a perspective from the graduates of the UACM

Miguel Ángel Arias Ortega1  *

1Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM) Ciudad de México, México


Resumen

El programa académico de la Maestría en Educación Ambiental de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM), tiene como finalidad contribuir en la formación de educadoras y educadores ambientales con un profundo sentido humanista, crítico y social, con el que participen en la construcción de alternativas para enfrentar los problemas ambientales que se viven en diferentes puntos de la Ciudad de México y del país en lo general. En este trabajo se hace un análisis sobre el tipo de prácticas pedagógicas, que vinculadas a lo ambiental, desarrollan las egresadas y egresados de este programa académico, a fin de conocer qué acciones realizan, dónde las desarrollan, a quién o quiénes las dirigen y cuáles han sido los niveles de incidencia en los grupos sociales donde enfocan su labor educativa. El documento ofrece una visión general que permite conocer y analizar cómo la formación de educadoras y educadores ambientales en la UACM, posibilita la concreción de acciones pedagógicas que coadyuvan a mejorar las condiciones ambientales a nivel local, regional y nacional; al tiempo que muestra algunos rasgos sobre cómo los egresados vivieron su proceso formativo, lo que destacan del mismo y cómo los ha habilitado o no, para el diseño y ejecución de prácticas pedagógicas a nivel personal, social e institucional en el campo de la educación ambiental (EA).

Palabras-clave: Educación Superior; Formación Ambiental; Investigación; Educación Ambiental; Egresados

Abstract

The academic program of the Master in Environmental Education of the Autonomous University of Mexico City (UACM), aims to contribute to the formation of environmental educators with a deep humanist, critical and social sense, with which they participate in the construction of alternatives to face the environmental problems that are lived in different points of Mexico City and the country in general. This paper analyzes the types of existing pedagogical practices related to the environment, that have been developed by the graduates of this academic program, in order to know what actions to take, where they were developed, what segment of the population was targeted, and what have been the levels of incidence in the social groups where they focus their educational work. The document offers an overview that allows to know and analyze how the training of environmental educators in the UACM, makes possible the concretion of pedagogical actions that contribute to improve the environmental conditions at local, regional and national level; at the same time it shows some traits about how the graduates lived their formative process, what stands out of the same and how it has enabled them or not, for the design and execution of pedagogical practices at personal, social and institutional level in the field of environmental education (EA).

Keywords: Higher Education; Environmental Training; Research; Environmental Education; Graduates

Introducción

Los procesos de formación universitaria han sido motivo de diversas revisiones institucionales en las últimas décadas, esto con el fin de conocer los niveles de incidencia que tiene al interior de la sociedad y, en particular, en los grupos sociales a los que dirigen sus esfuerzos. Para cumplir con este cometido, se han utilizado diversos mecanismos de indagación, con los que se pretende tener un mejor acercamiento a quienes han egresado de procesos de formación universitaria, donde se busca saber qué actividades profesionales desarrollan, dónde se encuentran a nivel social o institucional, cómo se corresponden su actividad con la percepción económica que obtienen y cuáles son sus perspectivas de desarrollo, personales y profesionales, en virtud del campo de conocimiento en el que participan.

Uno de los mecanismos utilizados para conocer el desarrollo profesional de los estudiantes que han concluido sus procesos formativos a nivel universitario, han sido los estudios sobre seguimiento de egresados, los cuales se inscriben en las relaciones entre el sector educativo y el sector social, donde se busca conocer y analizar la formación de los estudiantes y su inserción en el mercado de trabajo, así como las actividades profesionales que efectúan, tomando como punto de partida la disciplina o campo de conocimiento del cual hayan egresado. Este tipo de estudios permite el “análisis empírico de aspectos tales como las actividades profesionales que los egresados desarrollan, de sus actitudes y valores, resultados de la formación recibida, su campo de acción, su nivel de ingresos, su ubicación y formación académica posteriores al egreso y las exigencias y demandas a las que están sometidos en el trabajo” (BARRÓN et al., 2003, p. 31). Al tiempo que brindan la posibilidad de contar con un diagnóstico sobre ciertos aspectos medulares que gravitan en torno a las instituciones de educación superior, por ejemplo: a) Retroalimentar planes y programas de estudios; b) Valorar la calidad de la oferta de la formación profesional en función de la ubicación del egresado en el mercado laboral; c) Elevar la eficiencia externa de las instituciones educativas; d) Medir la calidad de las principales funciones de la educación superior, e) Valorar el compromiso de las instituciones educativas y su influencia en la comunidad (MUÑOZ, 1994; VALENTÍ, 1997 citado en BARRÓN et al., 2003).

Los estudios sobre seguimiento de egresados adquieren importancia desde la década de los años setenta y tienen una enorme proyección, a partir de la política nacional de modernización educativa en los años noventa, donde uno de los ejes medulares se orienta a la evaluación de la calidad educativa de las instituciones de educación superior (IES), para lo cual, este tipo de estudios se configuraron como acciones indispensables para conocer y valorar los procesos de formación profesional de los egresados al interior de las IES en el país.

En este contexto, las siguientes líneas buscan efectuar un análisis y reflexión sobre un proceso de formación concreto y su repercusión en las prácticas profesionales de los individuos, por lo que el trabajo se ubica en el campo de los “estudios de seguimiento de egresados que se refieren a la pertinencia de la formación académica recibida, indagan la correspondencia entre ésta y el ejercicio profesional, y proporcionan una serie de indicadores sobre la eficiencia de las instituciones escolares y la influencia de la educación en la trayectoria o el desempeño de los egresados” (BARRÓN et al., 2003, p. 38). Así, el interés de este documento es mostrar un panorama general y, en algunos casos, particular sobre las orientaciones pedagógicas de la Maestría en Educación Ambiental de la UACM y hacer explícitos algunos rasgos sobre el tipo de prácticas pedagógicas que llevan a cabo las egresadas y egresados, en el ámbito de lo social-comunitario como en lo institucional.

La UACM es una institución de educación superior de carácter público, adscrita al Sistema Educativo Nacional desde el año 2002, y que incorpora en su propuesta curricular, el Posgrado en Educación Ambiental, con el que pretende participar en los procesos de formación de educadoras y educadores ambientales en el país, a fin de atender los problemas derivados del deterioro de los ecosistemas a nivel mundial, regional y nacional, a través de la modificación y revalorización de las formas en que nos relacionados con el medio ambiente. A la letra se advierte que la UACM busca “la formación de educadores capaces de impulsar estilos de vida que ten­gan como sustento la noción del ambiente como sistema humano que implica, entre otras muchas cuestiones, la transformación de la relación de los seres humanos consigo mismos, con los demás y con la naturaleza” (UACM, 2002, p. 2).

Esta pretensión busca ser plasmada en la propuesta curricular del posgrado y pretende su materialización en los procesos formativos de los estudiantes, por medio de las actividades de docencia y prácticas profesionales que en su interior se desarrollan, así como por las acciones extraescolares (conferencias, diálogos, presentaciones de libros, debates etc.) que se proponen y que están vinculas a enriquecer la perspectiva teórica y metodológica del campo de la educación ambiental en los estudiantes.

El Programa de la Maestría en Educación Ambiental de la UACM: sujeto de debate y reflexión

La Universidad Autónoma de la Ciudad de México es un proyecto educativo que nace con el firme propósito de ampliar las oportunidades de acceso a la educación superior de los habitantes de la Ciudad de México (antes Distrito Federal). Su fundación se concreta en abril del 2001 e inicia los cursos académicos en agosto de ese mismo año; alcanza su autonomía en el año 20051.

La UACM tiene como objetivo primordial velar y promover por el irrestricto derecho a la educación pública universal para todos los individuos, sin importar su raza, clase, condición social y política, ni credo religioso. Esto a fin de que cada sujeto construya y participe en un proyecto de sociedad, en el que prive la tolerancia, el respeto, la equidad y la democracia, para lo cual orienta sus funciones sustantivas de docencia, investigación, difusión de la cultura, extensión académica y vinculación cooperativa, hacia procesos formativos que permitan que el estudiante adquiera una formación profesional crítica, científica y humanista con un profundo sentido social.

En este contexto, uno de los rasgos esenciales del proyecto educativo de la UACM, lo compone su oferta educativa, con la que se busca arribar a nuevas formas de construir y abordar el conocimiento, y donde se parte del principio de que toda persona es única e importante y que puede ofrecer y enriquecer su proceso formativo. De ahí que la UACM es una institución que busca estar abierta a todos los grupos sociales, en particular a aquellos que han estado marginados de las oportunidades de educación superior. Esto con el propósito de que desarrollen proyectos y generen alternativas de solución a sus actuales y futuros desafíos, tanto en lo social, político y tecnológico, como en lo educativo y ambiental (UACM, 2016).

Como principio fundamental, la UACM busca desarrollar en el estudiante, un sentido crítico y social que lo habilite para emprender nuevos acercamientos, lecturas y propuestas ente los problemas que enfrenta. Así, su oferta educativa y los procesos pedagógicos que en ella se concretan, buscan generar en los estudiantes, profesores y trabajadores, una actitud humanista, que valora y enaltece al ser humano, reafirma su dignidad, su ser individual y único, adopta un compromiso social y real con los derechos y la dignidad de la persona, donde señala y rechaza las condiciones de opresión y dominio que degradan la vida humana y donde pugna porque se modifiquen las condiciones ambientales de nuestro planeta, y en particular, de la Ciudad de México.

En este marco, se inscribe el Programa de la Maestría en Educación Ambiental de la UACM2, el cual intenta “dotar de un nuevo sen­tido a la formación de educadores ambientales a nivel de posgrado, don­de se generen nuevos saberes, conocimientos, informaciones, experiencias, diálogos, intercambios, etc., por medio de estrategias conceptuales y me­todológicas orientadas a la construcción de una nueva racionalidad social y natural, misma que pueda tener su fundamento en los principios de li­bertad, democracia, sustentabilidad, diversidad cultural y equidad social, entre algunos otros” (ARIAS, 2014, p. 5).

Para alcanzar estos objetivos, la maestría en EA articula cuatro elementos medulares dentro del proceso formativo del estudiante: el campo educativo, ambiental, epistemológico y teórico-práctico. Así, el campo educativo aborda el estudio de las tradiciones pedagógicas, analiza las formas de aprendizaje de los sujetos y el estudio de las discusiones vigentes sobre la educación ambiental. Por su parte, el campo ambiental realiza una revisión exhaustiva sobre las teorías biológicas, ecológicas y científicas, a fin de comprender la vinculación entre los ecosis­temas y la sociedad. El campo epistemológico revisa las formas en que se construye el conocimiento, reflexiona sobre sus al­cances y analiza las múltiples maneras en que nos apropiamos y aplicamos el mismo, al tiempo que busca establecer una nueva racionalidad ambiental. Finalmente, el campo teórico-práctico trata de vincular lo trabajado en las sesiones de cada uno de los seminarios, con experiencias educativas concretas en diferentes espacios y niveles educativos.

Los egresados3

Los egresados-entrevistados

Un estudiante que alcanza la categoría de egresado, se concibe en este trabajo como la persona que se encuentra formalmente inscrito a la UACM en el posgrado en educación ambiental y que ha cursado los créditos obligatorios establecidos en el plan de estudios registrado ante la Secretaría de Educación Pública. Así como también, aquel estudiante que ha certificado el cien por ciento de éstos créditos; elaborado y defendido su tesis de maestría ante un jurado, por lo que ha obtenido el grado académico correspondiente.

En la UACM han egresados de la maestría en EA cinco generaciones de estudiantes. En la condición de egresado señalada se encuentran alrededor de 60 estudiantes, de los cuales se entrevistó a 37 de ellos para esta indagación: 20 mujeres (54.1%) y 17 hombres (45.9%).

Fuente: Elaboración propia.

Gráfica 1 Género 

Edad

Con respecto a su edad, vemos como 5.4% de los egresados tienen una edad comprendida entre los 20 y 30 años y 24.3% está entre los 30 y 40 años. El 21.6% manifiesta un rango de edad de 40 a 50 años. El mayor porcentaje de egresados lo comprende el rango de 50 a 60 años, que equivale al 40.5% de ellos. Con un porcentaje del 8.1% se ubican los egresados entre 60 y 70 años.

Fuente: Elaboración propia.

Gráfica 2 Edad 

Formación académica

En cuanto a la formación, se aprecia a los egresados de la licenciatura en Biología como los de mayor porcentaje (18.9%), seguido de los estudiantes de Sociología y Químico-Farmaco-Biólogo (13.5%) respectivamente. En el tercer nivel de porcentaje se encuentran los egresados de Geografía, Psicología Educativa y Periodismo (5.4%); con un porcentaje de 2.7% se ubican los estudiantes que provienen de carreras como Derecho, Arquitectura, Pedagogía, Física, Ingeniería Ambiental, Historia, sólo por citar algunas.

Fuente: Elaboración propia.

Gráfica 3 Formación 

Puesto de trabajo

Un dato relevante es que 90% de los entrevistados están vinculados al sector educativo, ya sea como docentes, investigadores, capacitadores, asesores académicos, evaluadores, entre otros. El porcentaje restante desempeña funciones de selección de personal, enlace ciudadano, becario y, alguno más, no cuenta con espacio laboral.

Fuente: Elaboración propia.

Gráfica 4 Puesto de trabajo 

Como se aprecia, el posgrado en EA de la UACM, alberga un grupo heterogéneo de profesionistas, algunos de ellos acuden a él, en busca de un proceso formativo que les permita profesionalizar la labor educativa que han desarrollado de manera empírica a través de los años; para otros ha sido la oportunidad de incorporase a un campo de conocimiento que muestra posibilidades de desarrollo y expansión, dada la temática de actualidad que aborda; al tiempo que para algunos más, ha sido un espacio de descubrimiento profesional para emprender un proceso formativo a nivel universitario. En conjunto, este programa académico ha sido un lugar de encuentro-debate-reflexión-acción para profesionistas provenientes de distintas áreas de conocimiento, con experiencias y condiciones personales y laborales múltiples, las cuales le otorgan una particularidad al proceso formativo y a los resultados de éste dentro del contexto educativo, social, político y económico de la UACM.

Las prácticas pedagógicas en educación ambiental: lo individual y colectivo4

El desarrollo de las actividades profesionales de las egresadas y egresados de la maestría en EA en la UACM, tienen dos puntos de anclaje perfectamente definidos: el ámbito de lo personal-familiar como ellos mismos lo advierten y el espacio laboral-institucional. En el primero, se busca incidir de manera directa con aquellas personas con quienes tienen una estrecha cercanía y se constituye en el primer punto de interpelación como profesionistas: sus familiares y amigos; el segundo se vincula al tipo de quehacer profesional que desarrollan en su ámbito laboral-institucional, donde buscan poner en práctica lo concretado en su trayecto de formación universitaria.

Lo personal-familiar: las acciones educativas en la vida cotidiana

En el ámbito de lo personal-familiar las referencias de los egresados sobre las acciones que desarrollan, están relacionadas a actividades que tiene lugar al interior de sus hogares y que se vinculan a su vida cotidiana, a lo inmediato, así encontramos señalamientos que manifiestan llevar a cabo acciones educativas en educación ambiental, que son “las clásicas de separar la basura, tratar de reciclar, reusar, reutilizar, disminuir el consumismo […]”; “cotidianamente […] la separación de residuos, ahorro de agua, lo típico en lo que uno ya está formado”.

Las acciones que desarrollo están orientadas en primera instancia a mi ámbito familiar, donde llevo a cabo “el reciclaje de agua, separar la basura, reciclar-reusar, reducir”; “en la vida cotidiana en la casa, el ahorro del agua, separación de basura, reutilización de lo que se puede, un consumo sustentable, no desperdicio, digamos, lo éticamente posible”; “hago acciones en lo cotidiano, en casa nos regimos por algunas cosas como la separación de la basura, tratar de evitar comprar bolsas, tratar de no consumir cosas que no sirvan para algo, darle prioridad a la necesidad que al lujo, al afán de consumir y coleccionar y consumir [… ] de consumir de una manera más inteligente pero no aislarnos del mundo”. “En lo cotidiano en casa, en términos de mantener un conjunto de plantas como parte de una disciplina, mantenerlas ahí saludables”.

Otro conjunto de acciones se orienta a que se realice una reflexión sobre su relación con el ambiente en la vida cotidiana. Al respecto, se señala que: “Las acciones que desarrollo están vinculadas a los aspectos de mi vida cotidiana y con mi familia, para hacer que tomen conciencia de los problemas ambientales”. En el ámbito familiar, “trato de reflexionar con mi esposa y mi hijo sobre los aspectos del consumo, en particular, cuestionarnos al momento que pretendemos comprar algún producto: ¿para qué lo quieres?, ¿en verdad lo necesitas? ¿es algo indispensable en tu vida?”. A nivel personal, “reúno a mi familia para hablar de temas ambientales con presentaciones en power point y ha sido grata la respuesta que he tenido”. “A veces no somos conscientes de lo que hacemos, por ello, uno de los aspectos importantes que desarrollo como educadora ambiental es en casa y familia; observo lo que hace mi familia, qué usan, cómo lo usan, si desperdician o no, y más allá del reciclaje, pues siempre he sido consciente de que no debe darse el desperdicio, y en casa, generalmente soy una persona organizadamente obsesiva y sobre todo he tenido a ser muy observadora en el consumo”. “Desde mi vida personal al intentar una vida más saludable, hacer ejercicio, meditar; el tratar de interpelarme a nivel personal con toda esta cuestión de justicia-injusticia”. “En la vida cotidiana, en mi casa, con mi familia, con mi novia; ella tiene una idea de educación ambiental que piensa que yo voy a conservar medio mundo, digo, no; una cosa es la ecología o el educacionismo y otra cosa es el educador ambiental. El educador ambiental debe tener conciencia de sí mismo, como ser natural que vive dentro de un mundo natural y que está relacionado con un sinfín de cosas, que podríamos decir que es la complejidad”. “En lo personal trato de no solamente tener el título de educador ambiental, sino serlo, en casa, desde mi familia, impulsar ciertas ecotecnías, que no es educación ambiental como tal, y en el transcurso de mi vida trato de fortalecer ciertas prácticas”. “Con mi familia, con mis vecinos en el condominio, ahora quiero meter un huerto ahí en el condominio”. “Lo que aprendí en la maestría lo apliqué de manera directa en mi familia, en especial con mi hijo. Todo lo que me iban enseñando se lo transmitía a él”.

Lo laboral-institucional: las prácticas ambientales

Nivel superior de educación

El ámbito laboral-profesional es uno de los espacios donde se manifiesta el desarrollo de prácticas pedagógicas relacionadas con la educación ambiental, las cuales se desprende o son resultado del proceso formativo adquirido a nivel de posgrado. Este tipo de acciones se articula de manera directa con su quehacer profesional, que, como se observó en la Gráfica 4. Puesto de Trabajo, está íntimamente relacionado al ámbito educativo. Entre los señalamientos de los egresados se advierte que: “Las acciones educativo-ambientales las desarrollo en mi ámbito laboral, ya que soy responsable de la coordinación de la licenciatura en desarrollo local sustentable”. “Las acciones que realizo son de promotoría ambiental, en particular, con los profesores de la Benemérita Escuela de Maestros a quienes se les imparte la materia de educación ambiental y se les lleva a dar recorridos al Lago de Texcoco y se les enseña sobre procesos de reforestación”. “Desarrollo la docencia donde trato de cambiar la visión sobre el entorno que tienen las personas”. “Mi trabajo es con estudiantes y ahora en la formación de docentes en educación ambiental”. “Las actividades educativas que se realizan con los estudiantes es que ellos se pregunten por el medio ambiente, y no nada más por el medio ambiente físico, químico, biológico, social… sino que queden al descubierto las relaciones de poder y trabajar con los estudiantes sobre ellas y dejar claro que existen y que podemos enfrentarlas”.

En mi actividad docente con mis estudiantes con quienes “trabajo el libro de ecología y desarrollo sustentable, y con mis compañeros universitarios con los que establezco un diálogo, ya que impartimos la materia de Cultura Científica III en la licenciatura, donde se aborda la cuestión ambiental de manera muy fuerte, y con los compañeros siempre estamos trabajando en proyectos para la docencia y en el desarrollo de investigaciones relacionadas con el tema ambiental”. “Mi trabajo ambiental es como docente y director escolar, donde desarrollo proyectos y modelos educativos socio-ambientales con praxis observable en la realidad. Mi perspectiva es llevar a la práctica todo el discurso del Desarrollo Local Sustentable, la integración de la unidad compleja, la autogestión curricular y la emancipación por la conciencia planetaria”.

Este tipo de prácticas las desarrollo “en mis clases de matemáticas donde daba algebra y geometría analítica y las vinculaba a la educación ambiental, porque aunque se dice que se trabaja por competencias, no se hace, entonces mi labor como educador ambiental era relacionar el contenido del curso con lo que está pasando en su contexto, tanto en lo social como en lo natural”. “En el trabajo estamos aplicando todo lo aprendido, ahora que hicimos este planteamiento amplio sobre las competencias ambientales y sobre lo que es la educación política, en el contexto de este tipo de competencias”. “Participo como becaria y ahí desarrollo actividades de educación ambiental en un programa de investigación sobre cambio climático”.

Nivel medio superior: el bachillerato

En el nivel de la educación media superior (Bachillerato), se realizan otras de las acciones que, en materia de educación ambiental, llevan a cabo las egresadas y egresados del programa de la maestría, esto se constata cuando se afirma que: “He tenido la oportunidad de trabajar con programas de estudio de dos instituciones distintas en bachillerato, y en ambos casos, intentamos retomar la corriente ambiental, lo que denominan ambientalización curricular”. “En mi actividad profesional que es el trabajo con estudiantes de bachillerato, a quienes les imparto un taller de educación ambiental, que está enfocado al análisis de cómo abordar algunas de las asignaturas desde un enfoque ambiental, por ejemplo, la química, donde los cuestiono sobre la manera en cómo conciben el problema ambiental, qué piensan sobre él y cómo asumen los principios de la educación ambiental. Esto ha sido una gran oportunidad para educar ambientalmente a mis estudiantes”. “Las acciones que desarrollo las llevo a cabo en la preparatoria donde trabajo y están vinculadas a la construcción de problemáticas, presionando a los profesores para que nos den sus saberes, para que desde la filosofía, nos digan qué entienden por medio ambiente y nos ayuden a armar estos problemas o estas asignaturas, con ello, contribuimos a la idea de autogestión curricular en los estudiantes”. En mis “grupos que son de bachillerato y licenciatura en el ámbito de lo formal, son con quienes trabajo la educación ambiental”.

Educación básica: primaria y secundaria

Por su parte, en el nivel de la educación básica, se señala que: “Los conocimientos adquiridos en la maestría me han servido para llevar a cabo mi trabajo en la docencia, donde hoy en día trabajo con estudiantes de segundo, tercer y cuarto año, a quienes les cuestiono sobre el origen de donde provienen o proviene la lengua que tienen, que hablan, las tradiciones que festejan y sigo haciendo mucho énfasis en ello”. Mis conocimientos los “aplico en la escuela, donde me encuentro la mayor parte del día, tengo mi responsabilidad en los consejos técnicos escolares y es ahí donde he intentado aplicar los conocimientos de la educación ambiental, porque se nos ha pedido que incorporemos el medio ambiente”. “En la docencia porque trabajo con niñas y niños que tiene una beca y con ellos aplicó algunos de los conceptos abordados en el posgrado, principalmente sobre el enfoque ambiental en las materias de física, biología, química”.

El trabajo que he desarrollo ha estado relacionado con la docencia “con niños y jóvenes donde llevaba a los estudiantes a prácticas de campo y donde discutíamos que somos elementos conformadores de todo un complejo, que no nos sintiéramos ni más ni menos y trataba de concientizarlos en no tirar más basura, en dejar de consumir, en apartarnos de la enajenación del consumo, y que lo importante es conocer cómo viven los que producen y cómo siembran sus productos”. “Con los estudiantes trabajamos sobre la forma en que cada asignatura puede contribuir a la educación ambiental y sobre qué actividades vinculadas a lo ambiental se pueden desarrollar en ellas”.

Las prácticas que desarrollo en el ámbito de la educación ambiental, son las “comunes que tenemos en la escuela y es bajo proyectos de reforestación, cuidado del agua, tenemos una especie de jardín botánico que conservamos, y a veces vemos la parte de fertilizantes. Ahí hacemos prácticas de propagación de plantas, diseño de jardines, mantenimiento de jardines”.

Lo que hago en relación con lo ambiental está vinculado a mi espacio laboral, ya que “estoy en la coordinación académica de una escuela secundaria y desde ahí desarrollo actividades de educación ambiental, y esto lo trato de hacer en todo lo que hago, desde tomar un curso, un diplomado, un taller, hasta lo cotidiano de la secundaria”. “Un aspecto de importancia que hago es el desarrollo de proyecto ambientales en la escuela con estudiantes y profesores”.

Prácticas de EA en lo no formal: lo social-comunitario

Como parte de las actividades profesionales que efectúan las egresadas y egresados del programa académico de la maestría en EA, están las referidas al trabajo directo con grupos sociales diversos a nivel local y comunitario, donde se busca implementar los conocimientos, experiencias e información obtenida a lo largo de su proceso formativo. Así, encontramos actividades que se articulan al trabajo educativo-ambiental en el ámbito de la educación no formal, donde se advierte que: “He participado en el desarrollo de proyectos educativos a nivel delegacional, por ejemplo, en el proyecto de Maceta-Huertos para personas invidentes”.

Asimismo se señala que: “Participo en proyectos productivos donde se desarrollan acciones de educación ambiental dirigidas a los miembros de la comunidad en la Sierra Norte del Estado de Puebla. Este tipo de proyecto está vinculado a tratar de generar una conciencia en las personas que les permita hacer un uso racional de los recursos naturales para que a su vez produzcan el sustento económico para las comunidades y, que también sean respetuosos con la naturaleza”. “Coordino talleres comunitarios de cultura ambiental donde se abordan temas que tienen que ver con la conservación de las especies, por ejemplo, El Ajolote5 aquí en Xochimilco”. “Coordino talleres a nivel comunitario para gente adulta, donde se abordan temas relacionados a la EA y donde utilizo de manera importante el cuestionamiento como parte del proceso educativo, por ejemplo, en todo momento cuestiono a las personas con las que trabajo, si el taller es de EA, les pregunto qué es educación, qué es educación ambiental para ellos, y trato de vincularlo a algo más regional y a dar ejemplos”. “Desarrollo talleres comunitarios en una biblioteca pública, donde imparto temas de educación ambiental, hice el taller: ´Conoce el río de tu pueblo´, donde lo que se buscaba era que las personas reflexionaran sobre cómo era el río en décadas atrás y cómo era en la actualidad que ya estaba entubado”. “Las actividades de EA que desarrollo es proporcionar talleres sobre educación ambiental, así como también buscamos proyectos concretos en la materia para acercar a las personas a sus actividades”. “Participo con los pueblos del sur de la Ciudad de México, a fin de que puedan trabajar en un proceso de auto organización y autogestión en la comunidad, de alguna manera con elementos dados por la EA que recibí en la maestría”.

“Estoy haciendo EA en varios entornos, una con mis compañeros de trabajo, tenemos estrategias breves y pequeñas intervenciones cotidianas que tienen que ver con lo educativo, porque sostenemos que una persona que hace un trabajo secretarial, o que maneja un coche, o digamos que le toca abrir la puerta de la oficina o pasar los recados, tiene que saber que está trabajando en un ámbito educativo, en este sentido tiene una relación educativa con todo el mundo”.

Arte y educación ambiental

Como parte de las actividades que complementa el quehacer educativo-ambiental en los egresados, se encuentran acciones relacionadas a intereses profesionales específicos, en este caso concreto al arte, así encontramos un testimonio donde se señala que: “Al concluir la maestría fundé un grupo de teatro que se llama ´Escenario para la Educación Ambiental´ en la que la propuesta es que todos los montajes tengan como objetivo educar ambientalmente y mi público natural son estudiantes de preparatoria, donde soy profesor”.

Medios de comunicación y difusión

El campo de la comunicación es otro de los rubros donde se encuentran actividades relacionadas con el tema ambiental, en relación con esto, se precisa que en lo laboral, “desarrollo acciones de educación ambiental en el ámbito de la comunicación, en la clase con mis estudiantes; en algunos proyectos como la elaboración de una revista sobre educación ambiental”. “En la vida cotidiana y sobre todo en la parte de comunicación educativa envío información relacionada con el tema ambiental que me llega todos los días a través de las redes sociales”. “En una radio comunitaria manejo cuestiones que van de la mano con la política, la economía y con la parte de la EA. Este es un espacio de comunicación que tengo y es donde desarrollo diversos mensajes para que las personas podamos dialogar sobre los aspectos ambientales”. “Trabajo en un proyecto virtual que se llama aprendizaje verde… es un portal en el que se presenta una gran cantidad de materiales de educación ambiental para docentes latinoamericanos”.

Educación ambiental y acciones legislativas

Otro de los rubros expresados sobre el trabajo profesional de los egresados, es lo legislativo, donde se manifiesta que “una de las acciones que llevo a cabo es buscar información sobre educación ambiental y medio ambiente para apoyar el trabajo legislativo en la Asamblea de Representes de la Ciudad de México”.

No hacen educación ambiental

En esta indagación que busca conocer la forma o formas en cómo se plasma el proceso formativo de los egresados, en prácticas educativo-ambientales concretas, se hace explícito un señalamiento donde se advierte no realizar actividades educativas en esta dirección, dada la dificultad que esto conlleva. Al respecto se arguye que: “Es muy complicado, yo creo que a veces el tratar de discutir otra situaciones más profundas acerca del cuidado del medio ambiente es muy complejo… con otras personas de mi edad o mis vecinos, de repente plantear situaciones de otro nivel es muy complicado, no están dispuestos, ni con el nivel de discusión, no tengo esa posibilidad de plantear algunas de estas cosas”.

A manera de conclusión

En concordancia con los testimonios ofrecidos por las egresadas y egresados del programa académico de la maestría en educación ambiental de la UACM, respecto a las prácticas pedagógicas que promueven en lo ambiental, se aprecia que un primer nivel de incidencia de su proceso formativo universitario, se manifiesta en su propia persona, ya que sus afirmaciones apuntan a sostener que el haber cursado el posgrado en EA, les brindó la oportunidad para contar con elementos de referencia sobre los problemas ambientales y las múltiples repercusiones que se derivan en los grupos sociales y en los propios ecosistemas. Al respecto, señalan que este hecho les “cambió la vida” y les ha permitido tener una vinculación distinta a nivel personal, familiar y con sus amistades, con quienes tratan de aplicar, en primera instancia, los conocimientos, las experiencias y la información recibida, a fin de modificar ciertas actitudes y comportamientos en relación con lo ambiental.

Las referencias expuestas por los egresados a partir de los testimonios, nos dejan ver cómo el haber participado en un proceso formativo en EA se configura en una experiencia que los habilita para reflexionar sobre cómo participar en la protección y mejoramiento del medio ambiente, situación que los conduce a identificar a las personas cercanas a ellos: familiares, parejas, hijos, amigos, como los sujetos idóneos para interactuar y transmitirles el conocimiento que poseen, lo cual resulta positivo y loable, y representa un primer nivel de concreción de las prácticas pedagógicas vinculadas a lo ambiental de los egresados. No obstante, se advierte que algunas de las acciones que realizan son de tipo “remedial” y que escasamente se vinculan a proyectos educativos de mayor envergadura donde se fortalezcan los objetivos de la educación ambiental, toda vez que ciertas acciones, se limitan a la separación de la “basura”, el ahorro del agua, al reciclaje, el cuidado del jardín, solo por mencionar algunas. Al respecto, no se descalifica ni menosprecia este tipo de ejercicios, en la medida que, una vez realizadas, pueden configurarse en un primer punto de partida, un primer punto de encuentro para que los individuos generen otro tipo de acercamientos, ideas y reflexiones en torno al medio ambiente, donde se busque la concreción de nuevas formas de relación con ellos mismos, con los demás sujetos y con la naturaleza.

Asimismo, no se desconoce que algunas de las acciones que expresan los egresados y que llevan a cabo en su vida cotidiana, tiene un enfoque ecológico, que no es educación ambiental, en la media que no se acompañan por un análisis y reflexión que devele las causas que provocan o inciden en los problemas ambientales, ya que se limitan a una simple acción, que muchas ocasiones queda descontextualizada y se fundamenta en la urgente necesidad de “actuar”, de “hacer algo” por el ambiente. El problema radica en que acciones educativas que al evadir una reflexión que les posibilite ubicar y contextualizar causas y no solo visibilizar sus consecuencias aparentes, puede tener un efecto adverso al que se desea arribar, un ejemplo de ello, es la separación de los residuos (basura), donde su aparición es consecuencia del consumismo atroz en el que estamos inmersos; de la forma irreflexiva con la cual consumimos, más que ser causa de la “mala educación” de los individuos.

Un segundo espacio de incidencia en el que los egresados realizan prácticas pedagógicas en educación ambiental, se ubica en el ámbito educativo, ya sea como docentes, directores, investigadores, asesores, académicos, etc., con lo que se advierte que existen condiciones de posibilidad para que implementen los conocimientos, información y experiencias concretadas en la maestría, así como también, porque brinda la oportunidad de incorporar la dimensión ambiental en los diferentes niveles educativos: educación básica, media superior y superior. Esto supone que las acciones realizadas por los egresados pueden generar en los estudiantes y profesores con quienes interactúan, nuevos conocimientos, ideas y reflexiones respecto al medio ambiente, con las que se incrementa la posibilidad de construir nuevas preguntas y diferentes respuestas a los problemas que enfrentamos6, lo cual resulta significativo y esperanzador para los destinos de la educación ambiental en el nivel formal de educación.

Como se manifestó líneas arriba, un porcentaje importante de los egresados, no proviene del campo educativo, sino del área de las ciencias naturales, en particular del área de la biología, sin embargo, han encontrado en el desempeño de la docencia o de acciones pedagógicas dentro del Sistema Educativo Nacional, un espacio para ejercer profesionalmente y del cual obtienen una remuneración económica para subsistir. Este hecho es relevante, en la medida que la educación no es privativa de los educadores y que egresados de otras disciplinas no relacionadas a la educación, se desempeñen en el ámbito educativo, le otorga una singularidad positiva, en la medida que el campo de la EA, se ve enriquecido y fortalecido con la mirada y acercamientos de otros profesionistas provenientes de áreas de conocimiento distintas al campo educativo.

Es de subrayar también, que uno de los señalamientos reiterados con respecto a las prácticas que desarrollan los egresados, es que dentro de su quehacer educativo, buscan incorporar la dimensión ambiental en el conjunto de acciones que realizan, tanto al interior del aula como fuera de ella, y en particular, con el grupo de compañeros con los que comparten el ejercicio de la docencia. Esto es sustantivo porque brinda la posibilidad de una mayor interacción e intercambio entre estudiantes y docentes, a fin de enriquecer su labor profesional en torno a las cuestiones ambientales y su ejercicio profesional. Uno de los testimonios de los egresados, ilustra de manera importante esta aseveración, en específico cuando se señala que “A pesar de que llego y pongo fórmulas en mi clase de matemáticas, siempre trato de relacionarlo con el medio ambiente”.

Hoy en día que la educación ambiental ha tenido una escaso o nulo impulso por parte de las instituciones gubernamentales encargadas de la protección y mejoramiento del medio ambiente; resulta esperanzador conocer que los egresados del posgrado que trabajan en el Sistema Educativo Nacional, enfocan algunos de sus esfuerzos en la puesta en marcha de acciones educativo-ambientales, ya sea en la vida cotidiana o como parte de su desempeño profesional institucional.

En torno a los hallazgos en este trabajo, es de llamar la atención uno de los testimonios obtenidos, y que resulta inédito en relación con el campo de la EA en nuestro contexto, y es lo relativo al discurso que afirma realizar prácticas educativas con grupos de personas invidentes. Esto lo subrayo, en la medida que no tenía conocimiento o referencia alguna, respecto a que los educadores ambientales tuvieran experiencia con este tipo de grupos, pero al mismo tiempo, resulta gratificante conocer que el educador ambiental es sensible ante estas necesidades sociales, donde desde sus posibilidades, contribuye a que este tipo de grupos desarrolle una experiencia de vida en torno a la educación ambiental. Asimismo, porque, sin duda, enriquecerá los acercamientos, el trabajo y las reflexiones dirigidas a grupos sociales diversos, tanto en origen como en condiciones personales y materiales. Al tiempo que con acciones educativas de esta naturaleza, se promueve además uno de los objetivos que busca la UACM y que se encuentra contenido en su lema: “Nada humano me es ajeno”.

Por su parte, una de las acciones que escasamente se hace presente en los testimonios de los egresados, es lo relativo a la documentación de sus experiencias de trabajo educativo. No se hacen afirmaciones donde se pueda desprender que los egresados muestran algún interés en documentar su práctica profesional en educación ambiental. Esta singularidad se ha hecho presente en este campo de conocimientos y es una de las asignaturas pendientes del mismo. En particular, el que las educadoras y educadores ambientales puedan ser sujetos de análisis de su propia labor pedagógica al ser documentada; que escriban su experiencia, que la publiquen y compartan con otros educadores o interesados en el tema. Esto es una carencia importante, porque un ejercicio con esta intención, puede dar lugar a un debate, entablar algún nivel de diálogo e intercambio con otros educadores, a fin de potenciar la experiencia y construir otras respuestas a nuestros complicados desafíos.

Las prácticas pedagógicas vinculadas a la comunicación ambiental, es otras de acciones que se destaca en algunos de los discursos expresados por los egresados. Esto se subraya, en la medida que la comunicación es un área de conocimiento donde la incorporación de los educadores ambientales resulta sustantiva para comunicar y transmitir información oportuna y precisa sobre temas educativo-ambientales, ya que con demasiada frecuencia, la comunicación de información errónea e imprecisa, provoca confusiones y equívocos en la población, los cuales repercuten de manera directa en las formas en que se busca que participen y en las acciones que desarrollan. Un ejemplo al respecto, es la confusión que comúnmente se tiene en relación con el tema del cambio climático y el calentamiento global, donde se tiende a utilizar como sinónimos, con todo lo que esto conlleva7.

Como otro de los elementos a destacar, es la relativo al importante trabajo que desempeñan los egresados en el ámbito de la educación no formal, ya que como se puede apreciar, el desarrollo de acciones educativas como talleres comunitarios, cursos, pláticas, etc., dirigidos a diferentes grupos sociales, sigue siendo otra de las acciones que las educadoras y educadores ambientales efectúan en su ámbito laboral, y con las que participan para generar nuevas reflexiones y comportamientos en relación con el medio ambiente. Esto representa un elemento positivo del trabajo de los egresados, por la experiencia que desarrollan y por la información que obtienen, en la medida que participan con grupos de individuos que, en la mayoría de las ocasiones, están directamente vinculados con los procesos productivos, el manejo de recursos naturales y con la conservación de los ecosistemas. Relevante además, porque algunas de las prácticas que se efectúan son resultado del interés particular de los egresados por aportar al desarrollo de su comunidad, de su localidad de origen, o para el enriquecimiento de los grupos sociales con los que comparte esta labor, donde, muchas de las ocasiones, no perciben remuneración económica alguna.

Otro hallazgo en este análisis es que los egresados no evidencian participar en proyectos de investigación en el campo de la EA, solo una de las ellas expresa que se encuentra vinculada a un proyecto de investigación, sin precisar qué tipo de relación tiene con el proyecto o cuál es su nivel de participación en el mismo. Esto es de llamar la atención, porque resulta imperativo que un campo de conocimientos y prácticas como lo es la educación ambiental, se realice investigación; procesos de investigación que ayuden en la construcción de nuevas respuestas a los problemas ambientales y a las necesidades educativas que manifestamos. El trabajar en esta dirección y potenciar procesos de investigación en las propuestas curriculares que buscan formar educadores ambientales, debe ser una actividad sustancial en los años por venir.

Por otro lado, el tema del cambio climático es uno de los tópicos que escasamente apareció en los testimonios de los egresados, tal vez por no ser una pregunta explícita para ellos, pero resulta sintomático que no se haya hecho presente en los discursos sobre las actividades profesionales que desempeñan. Esto se subraya por el hecho de ser el cambio climático un tema que en la actualidad tiene amplia presencia en las propuestas de trabajo orientadas a lo ambiental y uno de los fenómenos ambientales de mayor reiteración en los medios de comunicación masiva y en las redes sociales.

En este mismo orden de ideas, queda ubicado lo relativo al arte, es decir, sólo se encuentra un testimonio que ubica al arte y su relación con la EA como una de las acciones educativas que realiza, a partir de su formación en el posgrado. Esta es una situación que debe tener una particular atención en los programas de formación de educadores ambientales, por el hecho ineludible de que necesitamos educadoras y educadores ambientales que construyan nuevas alternativas a los problemas ambientales, desde diferentes aristas, y una de ellas, que no puede estar ausente en este proceso es, sin duda, el tema del arte y su vinculación con la educación ambiental.

En suma, será indispensable continuar con otros procesos de indagación-reflexión que complemente y enriquezcan este primer acercamiento a las acciones educativo-ambientales que desarrollan los egresados del programa de la maestría en EA de la UACM, esto con el fin de contar con otros insumos que nos permitan saber cómo participan en la sociedad, cómo y en qué condiciones sociales e institucionales llevan a cabo su labor, y cuáles son algunos de los tópicos en los que centran su interés. Al tiempo que posibilite a la institución tener conocimiento sobre cómo se materializan sus objetivos en la sociedad, siendo una instancia pública del Sistema Educativo Nacional que pretende contribuir al bienestar de las personas, a mejorar sus capacidades y contribuir en la definición de sus proyectos personales y profesionales, a través de brindar una sólida formación universitaria.

Esta primer fotografía sobre las prácticas pedagógicas de los egresados del posgrado en educación ambiental, brinda una oportunidad singular para que los responsables de programas académicos analicen sus procesos de formación, revisen sus objetivos y reflexionen sobre sus alcances, a fin de generar un amplio debate en su interior, que los conduzca a tomar las mejores decisiones para fortalecer sus propuestas curriculares o en su defecto, modificar aquello que evidencia inconsistencias. Con esto podemos estar en condiciones de seguir concibiendo a la educación ambiental como un campo de conocimientos donde los individuos pueden tener la posibilidad de construir un proyecto de vida personal y social, que los lleve a participar en la sociedad, a través de la reflexión constante y la modificación oportuna de las diversas formas con las que interactúan con el medio ambiente. En otras palabras, seguir fortaleciendo una educación ambiental que proyecte un sujeto distinto al que se ha formado en el ámbito universitario, donde el cambio de pensamiento y acción, sean dos aspectos medulares que guíen el quehacer personal y profesional en los egresados de programas académicos en educación ambiental.

Referencias

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1 En el año 2005, la UACM obtuvo se autonomía cuando se promulga la ley de referencia. A la letra se señala que ésta es “[…] otorgada por la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, mediante la promulgación de la Ley de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, publicada en la Gaceta Oficial del Distrito Federal el 5 de enero de 2006” (UACM, 2016, p. 11).

2 La maestría en educación ambiental inicia los cursos propedéuticos para la primera generación de estudiantes en agosto del 2002. Hasta la fecha han egresado cinco generaciones de estudiantes y en la actualidad, la sexta generación cursa el segundo semestre.

3 En este trabajo se utiliza de manera indistinta el término egresada y egresado a fin de caracterizar al estudiante del posgrado en educación ambiental de la UACM que responde al criterio académico establecido para ello y será con este fin exclusivo, a fin de evitar repeticiones. Esto en el entendido que se concibe de manera diferenciada y las particularidades específicas entre mujeres y hombres.

4 En este apartado se recogen los testimonios de las egresadas y egresados del programa de la maestría en educación ambiental de la UACM, a fin de caracterizar el tipo de prácticas pedagógicas que desarrollan en los espacios sociales e institucionales en los que se relacionan. Los fragmentos de sus testimonios son escritos entre comillas para diferenciar el discurso que se recupera.

5 El Ajolote, nombre que proviene del náhuatl Axolotl y se refiere a una especie de anfibio (familia Ambystomatidae), que es endémico del sistema lacustre del Valle de México. En la actualidad es una especie que se encuentra amezada por los procesos de crecimiento urbano-poblacional y por los niveles de contaminanción hídrica que muestran los lugares donde aún se localiza, de manera particular el sistema de producción de Chinampas de Xochimilco. Es una especie que ha tenido una enorme influencia en la cultura mexicana.

6 En un estudio realizado en el año 2008 por la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) sobre el seguimiento de sus egresados, se precisa que las mayores exigencias en el desempeño profesional cotidiano de los egresados, son: 1) “habilidades para encontrar problemas y soluciones”; 2) “habilidad para tomar decisiones” y, 3) “disposición para aprender constantemente” (UAM, 2008, p. 311).

7 Sonia Rosales en su tesis doctoral aborda este problema, donde analiza con puntualidad, cómo la forma en que se ha tratado de comunicar el tema del cambio climático ha sido uno de los problemas que ha ocasionado una profunda confusión en las personas, principalmente por las estrategias de comunicación utilizadas y por la concepción misma de lo que significa comunicar. Véase: Rosales (2017).

Recibido: 18 de Julio de 2017; Aprobado: 06 de Septiembre de 2017

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Doctor en Educación Ambienta: miguel.arias@uacm.edu.mx

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