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Educação e Filosofia

versión impresa ISSN 0102-6801versión On-line ISSN 1982-596X

Educação e Filosofia vol.33 no.68 Uberlândia mayo/ago 2019  Epub 30-Ago-2021

https://doi.org/10.14393/revedfil.v33v68a2019-51967 

Dossiê Entre o governo das diferenças e os corpos ingovernáveis: potência da vid

El aporte de la filosofía y la cultura a la vida buena de un cuerpo precario

The contribution of philosophy and culture to the good life of a precarious body

A contribuição da filosofia e da cultura para a boa vida de um corpo precário

*Doutora em Filosofia pela Universidad Nacional Autónoma de Mexico (UNAM). Professora da Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educadión (UDELAR), Uruguai. E-mail: diazgena@gmail.com


Resumen

¿Se puede llevar un buena vida a partir de una vida mala? A partir de esta pregunta que se hace Butler, tenemos el propósito de reflexionar sobre el caso de César González (ex “pibe chorro” de la villa miseria en Argentina que llega a salir de esa situación y se convierte en escritor y cineasta), a partir del enfoque de capacidades de Martha Nussbaum y la importancia que tiene en la formación humana el cuidado de sí (concepto trabajado por nosotros a partir del último Foucault), la inquietud y el autoconocimiento. Es también una reflexión sobre la importancia de la filosofía ligada al desarrollo humano, al pensamiento crítico y la imaginación creativa y es una reflexión sobre el alcance y la relevancia que tiene la educación y la cultura en la transformación de los sujetos y su vida.

Palabras-clave: Vidas precarias; Enfoque de capacidades; Cuidado de sí; César González

Abstract

Can you left a good life from a bad life? From this question asked by Butler, we have the purpose of reflecting on the case of César Gonzalez ( ex criminal of the misery village in Argentina that comes out of that situation and becomes a writer and filmmaker). Based on Martha Nussbaum's capabilities approach and the importance of caring for oneself in human formation (concept worked by us since the last Foucault), self-care and self-knowledge. It is also a reflection on the importance of philosophy linked to human development, critical thinking and creative imagination and is a reflection on the scope and relevance of education and culture in the transformation of subjects and their lives.

Keywords: Precarious lives; Capability Approach; Self of care; César González

Resumo

Você pode levar uma vida boa no meio de uma vida ruim? A partir desta pergunta feita por Butler, temos o objetivo de refletir sobre o caso de César González (ex-criminoso da vila da miséria na Argentina que sai dessa situação e se torna escritor e cineasta), com base na abordagem As capacidades de Martha Nussbaum e a importância do autocuidado na formação humana (conceito trabalhado por nós desde o último Foucault), inquietação e autoconhecimento. É também uma reflexão sobre a importância da filosofia ligada ao desenvolvimento humano, pensamento crítico e imaginação criativa e uma reflexão sobre o escopo e a relevância da educação e cultura na transformação dos sujeitos e de suas vidas.

Palavras-chave: Vidas precárias; Foco nas capacidades; Autocuidado; César González

¿Se puede llevar una vida buena a partir de una vida mala?

Esta es una pregunta que se hace Judith Butler en uno de sus últimos libros, Cuerpos aliados y lucha política. Hacía una teoría performativa de la Asamblea (2018). ¿Realmente se puede llevar una vida buena en medio de una mala vida? Recurrir a la filosofía, no implica hacer un uso de ella sólo un uso académico, teórico, sin consecuencias sino también formar filosóficamente con la intención crítica de generar a partir de esta formación una resistencia social y una propuesta de cambio. Hay una relación entre conducta moral y relaciones sociales. Cuidado de sí y cuidado de los otros, conocimiento de sí y transformación social. Hay afirmaciones interesantes que hace Butler a partir de Mínima Moralia de Th. Adorno. “No se puede vivir correctamente la vida equivocada” (2018, p.165). ¿Cuál sería la mejor manera de vivir nuestra propia vida? ¿Qué es lo que está vivo y qué es la vida? Y finalmente: ¿Cómo podríamos llevar una buena vida cuando hay procesos vitales que no puede ser asumidos? (BUTLER, 2018, p. 197). En términos de Nussbaum, como veremos más adelante, capacidades centrales que son los presupuestos para un desarrollo de lo humano en nosotros.

Butler encuentra, que la pregunta más importante de la moral, cómo vivir, cómo tener una buena vida, está unida a la biopolítica. Es decir, a los poderes que organizan la vida y que la terminan exponiendo muchas veces a la precariedad. Los medios gubernamentales y no gubernamentales que en definitiva establecen medidas que terminan dando una valoración diferenciada de la vida. La pregunta de Butler es esta. ¿Qué sucede con las vidas que no importan? (2018, p. 198). Y nosotros nos preguntamos a partir de allí ¿Qué lugar podría ocupar la filosofía para ellas? ¿Qué lugar tiene la filosofía para construir una resistencia, una crítica social a la biopolítica que genera esa precariedad? El hecho es, según Butler, que no todos los sujetos son entendidos como merecedores de derechos y de protección, seres dotados de libertades y de un sentido de pertenencia política, otra forma de decirlo es preguntar: ¿cuáles son las vidas que son dignas de ser lloradas y cuáles no? Se trata de que si mi vida no debe ser llorada es porque no tengo sostén, no merezco protección frente al dolor o la pérdida dentro del marco de los valores dominantes de esa sociedad. Cómo entonces, y este es el nudo de la cuestión puede haber vida buena si ni siquiera hay vida, o la vida que se pretende llevar es una vida invivible, prescindible, sin derechos, sin poder desarrollar capacidades, vidas abandonadas, precarias. Una vida que ha sido negada en el ámbito económico, social, cultural, educativo.

El otro negado en nuestra cultura no debe responder pasivamente a la negación.

Es alto el precio que se paga por el ninguneo, el rechazo, el insulto, la simple no aceptación, la falta de reconocimiento y la negación. Las vidas que “no merecen ser lloradas”, podrían de repente ser escuchadas en su propia voz. La filosofía podría permitirles apropiarse de su voz, aunque sea una gran excepción que así sea, y permitir que esto puede llegar a dar lugar a la posibilidad de una vida buena a pesar de toda la vida mala. Veremos cómo podemos pensarlo.

La emergencia de una vida que no debía ser llorada

¿Se puede pensar filosóficamente a partir de un caso singular? Creemos que sí, ensayaremos esta posibilidad a través de este escrito. Sin ser strictu sensu un “estudio de caso”, trataremos de reflexionar, en la historia de un joven llamado César González, ex privado de libertad, que cambió su vida a partir del encuentro con la filosofía y la cultura. Partiremos de la historia bastante peculiar de un joven que vive en el Barrio Carlos Gardel, una especie de favela del área metropolitana de Buenos Aires. Para partir de esta historia, la explicaremos tal como la recibimos del mismo testimonio de César González en una entrevista que le hicieron en un programa televisivo1. Esta historia me conmovió desde el primer momento que la escuché, pues nos permite reflexionar sobre el asunto que nos concierne, sobre lo que puede llegar a transformar la filosofía y la cultura a un sujeto. El Barrio Carlos Gardel es uno de los barrios villa miseria de área metropolitana de Buenos Aires, pero podría ser la historia en realidad de tantos otros en la misma situación. La cuestión más extraordinaria, es que este “pibe chorro”, como él se llama a sí mismo, es ahora un cineasta con varios films en su haber, un poeta que tiene varios libros, una especie de filósofo “tumbero” que encontró su propio lenguaje y su propia manera de comprender lo que le estaba pasando, usando para ello, las mismas personas que habitan esos barrios con su propio lenguaje y manera de ver el mundo. Después de irse de la cárcel se convirtió en un estudiante de filosofía de la UBA. En sus obras cinematográficas parafrasea títulos sacados de sus lecturas sobre Foucault, Deleuze, Nietzsche, etc. Por ejemplo, partiendo de Deleuze una de sus películas se titula: “¿Qué puede un cuerpo?”2 Otra, haciendo referencia a una apropiación supuestamente ilícita de la cultura privilegiada se titula: “Atenas”. Toda una provocación, pues ¿qué pueden finalmente los cuerpos de los pobres, marginados y olvidados? César nos muestra su Atenas, coches destruidos y viejos, casas totalmente descuidadas, gente abandonada que vive a puertas abiertas en casas despintadas y pobres. Mucha juventud en la calle, en las esquinas, basura por todos lados, aguas servidas, apartamentos llamados “palomares”, esquemas repetitivos de arquitectura con su estética peculiar, pensado para pobres; calles destruidas, niños jugando a la pelota en la calle. Un conjunto de personas en las esquinas, que si bien sonríen, develan en sus cuerpos la marca de la pobreza y la marginación. De pronto llega la noche y encontramos a un grupo de jóvenes en la esquina tomando alcohol, fumando marihuana, o quizás algo más fuerte. Portan armas y dialogan a través de un lenguaje peculiar que termina constituyendo toda una jerga, un submundo lingüístico dentro del mundo, preparándose para la salida a la violencia. Este es el adentro desde la perspectiva de las películas de César. El tema central para nosotros es que precisamente nadie le viene a contar su Atenas a César González, él mismo busca el lenguaje y son los personajes de ese mismo mundo quienes lo cuentan. Lo interesante es que César, ahora estudiante de Filosofía de la UBA y pudo acceder a un lenguaje que le estaba vedado, el lenguaje de los universitarios, de los grandes filósofos europeos que ponen en cuestionamiento los resortes del poder que generar estos dispositivos.

Antes de esto, de lo que Nussbaum llama capacidad fértil, el acceso a la educación y a la cultura, la posibilidad de lecturas sobre filosofía, literatura y cine, César tenía opciones mucho más limitadas sin lugar a dudas. Vivió, como tantos otros, en medio de la pobreza, el miedo, el hambre, el frío y el abandono. Se tuvo que criar como hombre entre niños, dado que adultos no habían, sólo una pobre abuela que trabajaba todo el día. Proviene de una madre ladrona, padre alcohólico y ausente. A los dieciséis años ya quería estar en la esquina drogándose, y habiendo obtenido un arma, como tantos otros chicos de la villa miseria, salió a buscar en el “afuera” aquello que le estaba vedado por simplemente pertenecer a ese “adentro”. Seguramente el que le prestó el arma, le aclaró como bien dicen los personajes en alguna de sus películas: “acá adentro no, en el barrio no, anda a conseguir lo que quieras afuera, pero acá no” La policía en los barrios pobres es la que pega y maltrata, ampara a la gente que los ve y los discrimina. Es así como según César, que ellos van alimentando el resentimiento a través de los años, pues la sociedad de consumo incentiva el deseo por las cosas que los otros tienen y que a la villa no llegan, ni siquiera los colores son iguales, dice César en la entrevista. No es que no haya felicidad, pues como sabemos la felicidad no depende del dinero, aquí, por ejemplo, los niños pueden jugar afuera y no hay peligro de que los secuestren, como en el afuera. Lo cierto es que finalmente vino el secuestro del que participó César, muy mal planificado, a partir de su inexperiencia y producto de la desesperación. El odio ya estaba instalado, y cuando lo capturaron, lo balearon, entonces el odio siguió creciendo. Fue directo para un Instituto de Menores, donde el odio se fue acumulando aún más, donde no hay propuestas educativas, ni culturales, no hay recreación, donde los chicos están mirándose la cara todo el día y la violencia se va acumulando, va aumentado. Allí las armas son los palos, la violencia institucional de las prohibiciones y la violencia propia del sistema, donde no se deja ser ni hacer nada (lo contrario a la definición de Capacidades según Nussbaum, como veremos más adelante). ¿Cuál es la diferencia con la cárcel, a la que también fue cuando era mayor de edad? En el Instituto pegaban con palos, mientras que acá con fierros y se matan. En la cárcel se come menos, mas en ambos lados es la misma desesperanza, falta de propuestas, aburrimiento y diferentes formas de violencia institucionalizada.

Es interesante ver cómo define la cárcel César, simplemente como barbarie. Una forma de ¿envilecimiento humano, para reivindicar una rehabilitación inexistente y contradictoria. (aún sigue siendo Vigilar y Castigar, como Foucault decía). Los resultados están a la vista: más delincuencia, nada de rehabilitación. César usó armas, fue violento, lastimó a otros, reconoce. Pero las armas, no las inventó el pibe chorro, aclara César, existían o fueron inventadas para la guerra. Allí, en su barrio, no le llegó nunca a César ni propuestas recreativas, científicas, educativas, etc. Tampoco un modelo de adulto que le enseñara otros valores, otro modo de vida. La enseñanza básica que César y sus hermanos tuvieron la pudieron terminar, pero nada más. Pues en definitiva son los “nuevos negros”, como dice la serie de éxito norteamericano, son los presos (The Orange is de new black). Ellos son los perdidos, los terminan siendo privados de libertad, no sólo para que paguen lo que hicieron, como una forma implícita de venganza (como bien analiza Fassin3 en su libro) sino para no verlos, para aislarlos de los que son “gente -gente”, como escuché decir a una mujer que defendía a los de su clase, hablando de la gente “bien de bien”, la “gente- gente”. Ellos, sin embargo, son la escoria de la sociedad, los olvidados, los perdidos, los rechazados. Los que nos amenazan, aquellos por los que tenemos rechazo, los que son además de pobres e ignorantes, ladrones, violentos, asesinos, etc. La escoria de la sociedad toda junta aislada es la cárcel, ¿qué puede salir de allí?, más odio y violencia sin lugar a dudas. A ellos los apartamos, los dejamos en lugares tan pobres como los que vinieron, mal comidos, y todos juntos para que se maten y odien entre ellos, para que aprenden aun a ser más malos. Esta es la supuesta “solución de la sin solución” que es la privación de libertad. Podemos cambiar el lenguaje (los presos ahora por ejemplo son PPL, o sea personas privadas de libertad), me pregunto con César, si hemos planteado bien los problemas. En Uruguay por lo menos, cada vez más avanza un lenguaje que quiere rescatar la idea de persona, de humanidad, de conciencia de los derechos humanos para las personas privadas de libertad4. Se habla de la importancia de educarlos, de la cultura, de que no haya tantos policías y más educadores, pero no hay propuesta de educación ni culturales para todos. Este ha sido y es el proceso de reforma penitenciaria en Uruguay,5 De hecho se pretende durante los gobiernos de izquierda del Uruguay(pues ahora la realidad va a ser otra con el triunfo de la Coalición Multicolor a partir de marzo de 2019), en dicha propuesta las cárceles dejarían de ser parte del Ministerio del Interior para ser parte del Ministerio de Educación y Cultura. ¿No terminará siendo lo mismo aunque presentado de diferente modo? Como sabemos hay que pensar bien la educación y la cultura en contextos de privación de libertad para que no termine siendo una forma más sofisticada de “vigilar y castigar” como dice M Foucault en su libro ya clásico (1999)

¿Es posible un cambio? Aporte de la filosofia

Finalmente César salió y cambió, pero esto no se puede hacer sin la fe en el ser humano. Tuvo una transformación, una conversión decimos nosotros a partir de lo que el último Foucault dice a partir de P. Hadot6, un “descubrimiento”. Apareció alguien que enseñaba magia y que le acercó libros. Libros de literatura, de filosofía, de historia, etc. César nos cuenta que más que esta persona, fue el punta pie inicial que le dio esta persona para recuperar una humanidad perdida. Más que las personas, las ideas que le trajo, los pensadores, la cultura. Una forma de recuperar la fe y la esperanza en el ser humano. El creer que el ser humano pude salir de los pozos más profundos, reivindicar esto. César dice: “Adorno se preguntaba cómo hacer poesía después de Auschwitz, y se hizo mucho poesía después de Auschwitz”7. La situación me recuerda mucho a Primo Levi. Primo Levi como sabemos, había sido un prisionero ítalo judío en Auschwitz que vivió todo ese proceso de envilecimiento de lo humano hasta su extremo. En su libro Si esto es un hombre que forma parte de la Trilogía de Auschwitz (1989), hace mención a un momento de mucha emoción que le permitió recordar un conocimiento que le recordaba su condición humana, cita un texto al respecto de la Divina Comedia de Dante: “Considerad seguí, “vuestra descendencia”: para vida animal no habéis nacido, sino para adquirir virtud y ciencia” (LEVI, 1989, p. 146). Y agrega: “Como si yo lo sintiese también por vez primera: como un toque de clarín, como voz de Dios. Por un momento he olvidado quién soy y dónde estoy”. Lo cierto es que Levi vivía una existencia amenazada y sin porvenir en la más cruda realidad. Recordar a Dante lo recupera a su condición humana, a su realidad espiritual, a su alto destino como ser humano. Auschwitz había sido una “gigantesca experiencia biológica y social” acerca de los límites de lo humano. El Lager había sido una gran maquinaria para convertirnos en animales dice Levi. La única salvación para Levi, ha sido dar testimonio, pensar, tratar no de justificar pero sí de comprender toda esta maquinaria, mantenerse ligado al conocimiento, a la cultura, a la ética, que le restablece su condición humana. La voluntad de saber, es una de las piedras angulares de la formación humana (DÍAZ GENIS, 2016). Levi, de hecho clasifica a los seres humanos en Auschwitz como los hundidos y los salvados, los hundidos son, entre otras cosas, los que ni siquiera pueden Testimoniar. La exigencia de que Auschwitz no se repita es la primera dice Adorno (ADORNO, 2002p. 79). Auschwitz es la barbarie contra la que toda formación humana ha de proceder. En César González, la voluntad de saber, la voluntad de comprender y dar testimonio, también impulsa la creencia en el hombre, y la vida hacia adelante. Él nos dice que si “hubiera considerado que la vida valía más, no hubiera hecho todo lo que hice, no hubiera pasado todo lo que pasé”8

Las capacidades de César González

Todo esto para pensar qué, para contar qué. La necesidad del enfoque de capacidades. Se trata de pensar que no basta con el tener capacidades internas y tener un aprendizaje, si no si se tiene lo que es básico poder realizarlas (“capacidades combinadas”). Que si alguien no tiene la educación, como un derecho básico, está siendo lesionado en algo fundamental que tiene que ver con su condición humana, pero además necesita otras cosas que también son fundamentales para desarrollar su propia educación, y que a la vez la educación las habilita. Partamos de lo que dice Nussbaum kantianamente: el ser humano es un fin en sí mismo, nunca sólo un medio. La educación y el enfoque de capacidades tienen como fin el desarrollo de una vida digna de ser vivida para los sujetos. También recordemos lo que decimos nosotros a partir del último Foucault: debemos aprendernos a cuidarnos a nosotros mismos, no podemos cuidar a otros sino aprendemos primero a cuidarnos a nosotros mismos (DÍAZ GENIS, 2016). Pero forma parte de este cuidado el desarrollo de la capacidad filosófica del pensamiento, el intento a través de la cultura de comprender, dar sentido, la capacidad de autoexamen de sí mismo, ligado a un proceso de autoconocimiento e inquietud de sí, cuestión que provoca, facilita y permite desarrollar una educación filosófica (Ve, DÍAZ GENIS, 2016). César González lo comprendió y esto le habilitó una transformación, algo que le permitiría desarrollar su humanidad en otro sentido completamente diferente de la que venía experimentando. Nos preguntamos, les preguntamos ¿el caso de César González, es la excepción a la regla o es la demostración de que la cultura filosófica, literaria, humanística principalmente, puede transformar a un sujeto y su vida? La educación y la cultura puede abrirle horizontes y darle posibilidades, esto no cabe dudas. Como bien dice Massimo Recalcati, de lo que se trata en la educación es de llevar al margen, llevar lejos, iniciar un camino de transformación que no lo dice todo, pues aclara y oscurece, a la vez que oculta y revela o protege o desvía, pero sobre todo incita a seguir, contagia la voluntad y el amor por el conocimiento y la comprensión del mundo (RECALCATI, 2016).

Sin embargo esta convicción de la importancia de las humanidades, es puesta en duda una y otra vez cuando se intenta aniquilar o dejar de dar importancia sustancial a la cultura filosófica y humanística en general (ver en este sentido el libro de Nussbaum sobre las Humanidades sin fines de lucro, 2010) . César González recupera de alguna forma su fe en la humanidad a través del acceso a la cultura, la posibilidad que se le abre de comprenderse a sí mismo y lo que le sucede a él y a toda una comunidad de excluidos, ahora puede preguntarse y encontrar algunas respuestas, buscar sentidos. Nace también la necesidad, igual que Primo Levi, de dar testimonio y denunciar esta situación de marginación a partir del capital simbólico adquirido. Si será importante recuperar esta historia para entenderla más profundamente, que nosotros no podemos perder la convicción de la importancia de la cultura humanística, en el este sentido en el que hablamos de ella a través del caso de César González y que tan bien supo defender Martha Nussbaum en sus Humanidades sin fines de lucro y en El Cultivo de la Humanidad y tantos otros libros. En lo de César, hay un proceso de metamorfosis a la inversa de lo Kafka, que lo habilita la propia cultura. Se sentía literalmente una cucaracha, pudo reconocer en él un hombre que padecía desde pequeño la injusticia social. No se trata de justificar a César, sino de entenderlo, a partir del proceso de su propia autocomprensión. Analicemos estos elementos traídos por César a partir del propio enfoque de las capacidades centrales presentado por Martha Nussbaum.

Primero y antes que nada, partamos de la propia definición de capacidad de Martha Nussbaum: la capacidad define y posibilita todo lo que es capaz de “ser y hacer un ser humano” (NUSSBAUM, 2011, p.321) pero no todo indiscriminadamente, sino aquellas capacidades que le permite o habilita una vida digna, o una vida buena de ser vivida. Obviamente que podríamos discutir esa noción de vida digna o buena de ser vivida, mas no aquí, no sólo porque la compartimos, sino porque creemos que estos elementos nos permiten explicar e interpretar perfectamente la vida de César antes de su transformación, desde otros elementos. Vamos a seguir cada uno de las capacidades centrales desde la vida contada por César brevemente.

  • 1) César efectivamente no estaba habilitado, por el tipo de vida que llevaba a tener una vida de duración normal (sea esto tomado en términos estadísticos). Seguramente estaba destinado a morir en forma prematura por el hecho de vivir en estado y situación de vulnerabildad y violencia permanente. O incluso a vivir una vida muy reducida a partir de esa misma violencia.

  • 2) No recibió alimentación adecuada, ni podía disponer de un lugar apropiado para vivir.

  • 3) Obviamente que en situación de privación de libertad no pudo desplazarse libremente de un lugar a otro, pero incluso antes de esta situación, no lo podía hacer tan libremente dado las situaciones de discriminación que padecen los integrantes del barrio Carlos Gardel. Tampoco estuvo protegido de ataques de todo tipo, dentro y fuera de la cárcel. Creo que su vulnerabilidad incluso es mucho mayor dentro de la cárcel, no sólo recibe ataques de sus pares, aumentados por la violencia que viven al estar privados de libertad sin las condiciones mínimas, sino también las del propio sistema carcelario.

  • 4) Aunque tuvo una educación básica, digamos que hasta que accede él mismo a la lectura y al pensamiento a través del incentivo de un educador en la cárcel, no tuvo acceso a una educación de calidad y profunda. Su poder hacer uso de la imaginación, de los sentidos y del pensamiento, se profundiza a partir de su “conversión” a partir de la lectura, el acceso a la cultura humanística, las preguntas, la voluntad de saber, etc. Un proceso que le fue permitido a través de un incentivo y el acceso a un capital cultural que le estaba antes vedado.

    No tuvo antes en su período de niñez y juventud, ni en la cárcel, poder hacer uso de su propia mente en condiciones de libertad de expresión política. Fue su propia educación que al principio fue informal y luego formal, lo que le habilitó a ejercerla.

    Obviamente que no pudo en este período previo poder evitar un dolor que no era beneficioso (este pensamiento de Nussbaum es de por si un poco vago, digamos que no es bueno que haya dolor, pero el dolor puede, a pesar de no ser deseable, ser beneficioso). Aunque podemos decir también con Nietzsche, en este caso, que lo que “no me mata me hace más fuerte”. Es decir, pudo, a partir de un camino muy doloroso, y diríamos de una manera “resiliente”, transformar el sufrimiento en posibilidad, en pensamiento, en obra a partir del ejercicio de la libertad de pensamiento y la imaginación creativa.

  • 5) En cuanto al desarrollo emocional de César, si bien existen probablemente personas que lo aman (su madre, abuela, hermanos, primos, amigos, vecinos etc), no podemos afirmar que no haya sido afectado emocionalmente por culpa del miedo, la ansiedad, la injusticia, la tortura, la violencia en general que sufrió.

  • 6) Claramente César después de su proceso de maduración y el desarrollo de su pensamiento, ha podido formarse una concepción del bien y del mal a partir de una reflexión crítica, cosa que le había sido impedida por la situación en la que vivió en la infancia, niñez y juventud. Al menos como él lo manifiesta, no tenía una situación que le permitiera elegir, robar o no robar, ser violento o no, odiar o no odiar. Tampoco una opción diferente que le permitiera la salida de un círculo vicioso de la delincuencia, droga, muerte.

  • 7) Cierto que tenía la posibilidad de reconocer y afiliarse con seres humanos antes de su transformación, pero lo cierto que es no podía sentir empatía por aquellos que estaba dañando, y que no eran fines en sí mismos, sino medios que le permitían acceder a las cosas que le estaban vedadas por su condición de pobre y habitante de la villa miseria. No podía ponerse en el lugar del sufrimiento que al otro le infringía. Tampoco podía reconocer su propia estima afilarse a su propio destino, cuidarse. Sólo a partir del autoexamen de sí y de los otros, que le habilita los pensadores, la literatura el cine, etc. es que puede hacerlo y romper con el círculo vicioso de la miseria material y espiritual en la que estaba encerrado. No tenía antes (él decía que su vida antes no valía nada) la posibilidad de no sentirse humillado (lo era todo el tiempo, por la sociedad y sus imágenes de éxito, por los policías por la gente afuera de su barrio). Luego dentro de la cárcel lo mismo, y a esto se le suman sus nuevos compañeros violentos dentro del sistema, los policías de la cárcel, las autoridades, los técnicos etc.). Obviamente que si bien en su barrio disfrutó de actividades recreativas estaba restringido en las mismas, en tanto padecía hambre, miedo, necesidades básicas insatisfechas. Esta capacidad también le fue limitada en la cárcel (como él mismo cuenta se lo torturó por pedir una radio9)

  • 8) Su capacidad de participación política si bien no estuvo afectada antes del encarcelamiento (de hecho no la ejercía dado que era menor), podemos decir que sí fue afectada por la falta de todas las otras capacidades insatisfechas que le anteceden y por la privación de libertad. Su capacidad material, en medio de la pobreza más extrema obviamente que estaba lesionada. Como el muestra en sus propias obras, el acceso que les está permitido es a trabajos medianamente “independientes” con la mugre, la basura, o de empleados domésticos y sometidos al abuso, a la explotación y la discriminación.

¿Qué puede un cuerpo a partir de la cultura y la educación?

Una de las películas de César González, precisamente se llama ¿Qué puede un cuerpo? Parafraseando una frase deleuziana, trata de la vida en el Barrio Carlos Gardel, sus imposibilidades, sus condicionamientos, el círculo de la miseria material y espiritual, el callejón sin salida de la violencia. Pero César da o puede dar vuelta a la página, evidentemente es un resilente. Llamamos resiliencia a un proceso que ayuda a lidiar con acontecimientos vitales disociadores, estresantes o amenazadores de un modo que le proporciona al sujeto destrezas protectoras y defensivas adicionales (HENDERSON y MILSTEIN, 2003). En definitiva, ser resiliente implica aprender a cuidarse, encauzando el dolor y a pesar de lo destructivo o negativo crecer. ¿Mas de dónde sacamos la fuerza para la resiliencia? De la voluntad de vivir que en el caso de César implica su apertura al mundo del conocimiento y la imaginación. Los niños y jóvenes resilientes tienen aspectos comunes que se encuentran en todos según Henderson y Milstein. Poseen capacidad crítica, de resolver problemas, de tomar iniciativas entre otras capacidades internas que les hablilitan a salir adelante a pesar de todo.

El arma de César González

Dice Deleuze, “Huir pero mientras se huye encontrar un arma” (DELEUZE; PARNET, 2004, p.154). El arma que Cesar encontró ahora para huir, y más que huir, salir del círculo vicioso de la miseria, fue ese proceso de inquietud, autoconocimiento y cuidado, creencia en la humanidad como él díce, que le habilito la educación y la cultura. Salió para dar testimonio, como Primo Levi, de que el hombre ha nacido para más altos destinos, pero que no es un destino el que le condiciona, ni una casualidad sino injusticias sociales, económicas, políticas, educativas y culturales. El enfoque de Martha Nussbaum sobre las capacidades nos ayuda a tener herramientas conceptuales para entender por qué César estaba lesionado o negado en todas o casi todas sus capacidades. Y para entender la necesidad de políticas públicas que entiendan el desarrollo humano en término de capacidades. La formación humana a partir del último Foucault, nos ayuda a entender la fuerza que tiene la inquietud de sí, el autoconocimiento y el cuidado en la formación humana desde una perspectiva filosófica (tema que trabaja Foucault en su Hermenéutica del sujeto, 2006 y retomado por Díaz Genis, 2016). A través del caso de César González, quisimos acercarnos de una forma general, a un enfoque que para nosotros es complementario, el enfoque de capacidades de M Nussbaum, la fertilidad y la importancia de la educación para el desarrollo de capacidades10, y la importancia del cuidado de si y de los otros como formación humana a partir del último Foucault.

La conversión

El bicho de la inquietud le picó a César, su deseo de entender, testimoniar, es lo que le salva la vida. Deseo apoyado por la lectura, por ejemplos de vida, por elementos que le permitirán conocerse y comprenderse. Lo que viven los pibes de villa miseria no es casual, es causal. Y se puede salir con fe en el hombre. La fe ene l hombre que César se la inyectó la cultura, el autoexamen, la inquietud, que le lleva al cuidado de sí, y una conversión. Preguntas que nos quedan: -¿Puede la cultura y la educación producir casos de conversión como el de César, si es así que estamos esperando para darle lo mejor de la cultura y la educación a los que están en esa situación? ¿O será una excepción a la regla? ¿Cómo debería ser la formación de un sujeto para producir casos como el de César? Pues obviamente no se trata sólo de conocimientos y habilidades académicas e intelectuales. Se trata de transformar la totalidad psíquica de un sujeto como dice Hadot. Se trata de formar para un ethos, o producir un arte de existencia. Pero se trata sobre todo, del ser humano. De lo que no hace humanos y no bestias, la cultura, la formación profunda que nos transforma en pensadores, en agentes de nuestro destino, en lucidos reconocedores de nuestras padeceres, y en agente de transformación de nuestra propia vida y de la sociedad. César es un poeta es un filósofo villero, o tumbero, como él dice de sí mismo. Él no ha dejado el barrio, y está mostrando el barrio al mundo. Está ayudándonos a entender su realidad para que no le ocurra o siga ocurriendo a los jóvenes de su adentro lo que le ha sucedido a él. Una cosa conmovedora dice de sí mismo. Ahora tiene su mujer y un hijo, y no es padre ausente. Mas dice que esa idea de que me debo solo a la familia es la que ha destrozado al mundo. Esa idea de Familia propiedad. Esa solidaridad con los de adentro que son como nosotros que son mi familia. La familia que hay que cuidar es la humanidad que es un fin en sí misma. Y nos ayuda para ello, los conceptos del último Foucault, el enfoque de capacidades, y nos ayuda César, César que pesar de su Auschwitz, sigue teniendo fe en el hombre y sale a testimoniar, para que escuchemos, y escuchemos bien, antes de juzgar. Para comprender y mejorar. Para inventar, como César inventó películas, otros destinos para los habitantes del barrio Carlos Gardel y de otros similares. ¿Y finalmente se puede tener una vida buena en medio de una vida mala?

No, pero la filosofía y la educación, al menos en el caso de Cesar González, fue una capacidad fértil que le ayudó a convertir una vida mala en una vida posible, su creatividad y su cultura, sus ganas de vivir y de cambiar la realidad, le permitieron entenderse y denunciar la realidad de esas vidas que no caben, que no tienen derechos, que no valen lo mismo o que no merecen ser lloradas, vidas precarias, vidas malas., pero aun así con posibilidades de convertirse en otra cosa y de construir por sí mismas “antidestinos” (Violeta NÚÑEZ, 2003). Butler lo deja claro, mi vida, la que vivo aquí, está vinculada con un afuera, con otros procesos de vida. Está relacionada con los diferenciales de poder que deciden qué es la vida y quiénes son aquellos cuyas vidas importan más. No puedo afirmar la vida, sino critico estos procesos que la niegan o la valoran de forma diferenciada.

Todo especie de castigo que lleva a la privación de libertad esconde los resortes profundos de una salida que tiene mucho más que ver con la venganza, como bien dice Fassin en su libro Castigar (2018) y no con el desarrollo de los sujetos y su humanidad. Si se mal entiende que la infracción, la falta, tiene que ver sólo con los sujetos individuales, se parte de una falta total en la percepción global del fenómeno delictivo. Hay una responsabilidad social detrás de la falta individual que no se deja ver, una falla que es de todo el orden social, económico y cultural. No queremos decir en este escrito, que sea el caso concreto el que soluciona la globalidad, dado que hay que criticar necesariamente los procesos, como bien dice Butler que generar la pobreza, la injusticia, la falta de posibilidades y de desarrollo de capacidades en el sentido de Nussbaum. Pero nunca hay que subestimar las posibilidades que el desarrollo de la capacidad educativa y cultural produce en el sujeto y su posible transformación en términos globales. No basta con castigar, hay que hacer mucho más, pues el castigo se legitima no sólo como retribución de la falta, sino a través de un fin mayor, la recuperación de la persona y el bienestar de la sociedad toda. Dice Fassin que si el castigo no está justificado por las razones que uno cree y favorece la restauración de las infracciones, si se castiga más el estatuto social y económico del delincuente que al que delinque, se termina reproduciendo las inequidades y la injusticia de base. Es hora de pensar muchísimo más a fondo y más complejamente este fenómeno y corta el círculo vicioso que termina reproduciendo más o peor de lo mismo.

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1“La Máquina de escribir” por Julio Leiva. Accesible en: https://www.youtube.com/watch?v=Ee3rj9jHY-0, consultada el 28 de noviembre de 2019.

2Ver Deleuze (2003): En medio de Spinoza. Buenos Aires, Editorial Cactus - Serie Clases En su Ética Spinoza dice “Nadie ha determinado hasta ahora lo que puede un cuerpo” .

4Ver la Ley 17.897, de 19 de setiembre de 2005. Entre los múltiples aspectos regulados por la norma se destacan el régimen de libertades (artículos 1 a 7), la introducción del sistema de redención de pena (artículo 13) y el estímulo a la inclusión social de los liberados (artículo 14

5Sobre la reforma penitenciaria en Uruguay ver: http://www.montevideo.com.uy/contenido/Video-sobre-reforma-penitenciaria-uruguaya-192997?plantilla=1149, consultado el 30 de setiembre de 2016.

6La filosofía es para Pierre Hadot “..no ya una elaboración teórica, sino un método de formación de una nueva forma de vivir y percibir el mundo, como una intento de transformación del hombre” (HADOT, 2006, p. 56). Foucault habla de ejercicios espirituales a partir de Hadot. Dice Foucault, “La epimeleia heautou (cuidado de sí) designa precisamente el conjunto de las condiciones de espiritualidad, el conjunto de transformaciones de sí mismo que son las condiciones necesarias para el acceso a la verdad” (FOUCAULT, 2006). Sigue diciendo…”no puede haber verdad sin una conversión o una transformación del sujeto. Esta conversión, esta transformación del sujeto(..), puede hacerse de diferentes formas” (2006, p. 34).

7Ver “La Máquina de escribir” entrevista a César González hecha por Julio Leiva. Accesible en: https://www.youtube.com/watch?v=Ee3rj9jHY-0, consultada el 28 de setiembre de 2016.

8Entrevista hecha por Julio Leiva a Cèsar González: “La Máquina de escribir” por Julio Leiva. Accesible en: https://www.youtube.com/watch?v=Ee3rj9jHY-0, consultada el 28 de noviembre de 2019.

9Relatado por César González en la entrevista hecha por Julio Leiva: : “La Máquina de escribir” por Julio Leiva. Accesible en: https://www.youtube.com/watch?v=Ee3rj9jHY-0, consultada el 28 de noviembre de 2019.

10La educación, dice Nussbaum es valiosa en sí misma y fuente de satisfacción para toda la vida de los sujetos. Y agrega “Ejerce asimismo una función capital para el desarrollo y la ejercitación de otras muchas capacidades humanas: es, pues, un ‘funcionamiento fértil’ de suma importancia para abordar los temas de la desventaja y la desigualdad” (NUSSBAUM, 2011, p. 181).

Recibido: 11 de Diciembre de 2019; Aprobado: 17 de Junio de 2020

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